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Lunes, 21 de noviembre 2022, 00:50
Francia es el actual campeón del mundo. La selección de Didier Deschamps levantó el trofeo en Rusia 2018 con una selección plagada de futbolistas de origen africano, lo que generó una agria polémica en el país galo, poco conforme con que 14 de sus 23 ... campeones no fueran franceses de pura cepa. Un debate provocado por la ola de inmigración en Europa y ciertos tintes racistas que ahora se repiten en Qatar 2022.
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Todas las selecciones que han viajado a Oriente Medio tienen futbolistas que han nacido en otro país al que representan. Curiosamente, mientras que las selecciones africanas apuestan por la experiencia de futbolistas formados en Europa, en el Viejo Continente se escoge el potencial que proviene del Cono Sur y de tierras africanas. Marruecos tiene a 14 jugadores cuya nacionalidad de nacimiento es otra (cuatro neerlandeses, tres belgas, tres franceses, dos españoles, un canadiense y un italiano). Destaca entre sus filas Achraf Hakimi (Madrid, 1998), que ha militado en el Madrid, el Dortmund, el Inter y el PSG.
Le siguen de cerca Túnez y Senegal, con 12 futbolistas (con 10 y 9 franceses en cada selección respectivamente), Qatar y Gales (10) y Australia y Camerún (9). Llegados a este punto, también hay que tener en cuenta las argucias legales de algunos países para nacionalizar a futbolistas que brillan en Europa amparándose en el lugar de nacimiento de sus padres.
Ghana, con ocho nacionalizados, es un ejemplo de ello y tiene en Iñaki Williams (Bilbao, 1994) el caso más notorio. El delantero del Athletic Club llegó a jugar un amistoso con España pero fue reclutado por las Estrellas Negras cuando en julio de 2022 anunció que jugaría para la selección de sus raíces. Sus padres eran unos refugiados ghaneses que se establecieron en España antes de su nacimiento.
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No son las únicas selecciones donde juegan futbolistas nacidos en España. Serbia, con cuatro foráneos, tiene a los hermanos Vanja Milinkovic-Savic (Orense, 1997) y Sergej Milinkovic Savic (Lérida, 1995) en su equipo. En Ecuador juega el delantero del Brihgton Jeremy Sarmiento (Madrid, 2002) y en Dinamarca el extremo del Hoffenheim Robert Skov (Marbella, 1996).
Los casos Laporte y Fati
España también se ha beneficiado de esta situación legal y en sus filas tiene a dos futbolistas que nacieron fuera de su territorio: Aymeric Laporte (Francia, 1994) y Ansu Fati (Guinea-Bisáu, 2002). Aunque el defensa del City jugó en las categorías inferiores de Francia y fue convocado por Deschamps, no llegó a debutar con la absoluta. En mayo de 2021 el Consejo de Ministros le otorgó la nacionalidad española y al mes siguiente Luis Enrique le hizo debutar con España. También tienen dos futbolistas nacidos en otro país que el que representan, Polonia, Alemania y Ecuador. México, Uruguay, Dinamarca, Inglaterra, Irán, Países Bajos, Costa Rica, Japón y Bélgica solo tienen uno.
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Curiosamente, mientras que las selecciones africanas apuestan por la experiencia de futbolistas formados en Europa, en el Viejo Continente se escoge el potencial que proviene del Cono Sur y de tierras africanas. De los 831 jugadores que han comenzado este domingo a disputar el Mundial, un total de 137 se amparan en su doble nacionalidad para vestir otros colores que los del país en el que nacieron, lo que suele ser un foco de debate constante entre las aficiones con querencia al fútbol más tradicional.
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