Urgente Los Bomberos continúan los trabajos para controlar el incendio del bingo de Valencia y desvían el tráfico
Enith Salón y Alba Redondo, este martes en la estación Joaquín Sorolla. JOSÉ LUIS BORT

«Nunca pensamos que el fútbol femenino iba a mover a un país»

Alba Redondo y Enith Salón, campeonas del mundo, llegan eufóricas a Valencia

Martes, 22 de agosto 2023, 17:17

Más de dos meses fuera de casa, reventadas tras apenas haber pegado en los dos últimos días pero felices de llevar colgadas una medalla de oro bastante más grande y pesada de lo que uno pudiera imaginar. Alba Redondo y Enith Salón ya están en Valencia. La atacante del Levante y la portera del Valencia descienden del AVE y tardan más de un cuarto de hora en recorrer los pocos metros que les separan de la terminal. No pueden ni avanzar, de tantas fotos que les solicitan. Nada más cruzar las puertas de seguridad, aplausos, cánticos, un buen puñado de cámaras y periodistas y decenas de aficionados, mientras algunos amigos y familiares esperan pacientes. A las nuevas campeonas del mundo les cuesta todavía digerir este carrusel de sensaciones de un recibimiento que empezó nada más pisar Barajas, continuó con el recibimiento en la capital de España con más de veinte mil personas y que tuvo continuidad este martes a primera hora de la tarde en la estación de Joaquín Sorolla.

Publicidad

«Estoy feliz de poder estar aquí, hace mucho que me fui. Estoy cansadísima, pero merece mucho la pena», confiesa a las primeras cambio Redondo (Albacete, 27-8-1996). La granota ha tenido una participación muy activa en el éxito de la selección, en esa posición de extremo. Hasta su agencia de representación ha venido a arroparla a la estación. «Si me dicen hace un año que iba a vivir esto, no me lo creería, es un lujazo. Lo estoy disfrutando al máximo».

Redondo, rodeada de micros y teléfonos, relata su experiencia personal en todo lo que ha vivido. «Lo primero que pensé nada más pitar el final fue en correr. Las sensaciones están a flor de piel, es imposible no acordarte de tus seres queridos. Tampoco éramos conscientes de lo que habíamos conseguido hasta que hemos llegado aquí. Lo de ayer en Madrid fue una locura, agradecemos a toda la gente que estuvo, fue increíble. Nunca pensamos que el fútbol femenino iba a mover a un país y a día de hoy lo ha hecho. Y ya no bajamos».

Habla también del Levante, quien le ha dado únicamente vacaciones hasta el lunes próximo. El motivo: el partido clasificatorio para la Liga de Campeones que tiene que jugar. «Una de las cosas de lo que me siento más orgullosa es de vestir esta camiseta -vienen con el uniforme de paseo del combinado nacional- y de pertenecer al Levante. He estado en contacto con las compañeras durante el Mundial. Hubo unas referentes antes que nos hicieron el camino, lo hacemos por y para las niñas de la cantera, para que puedan tener estos privilegios».

Es inevitable que se le planteara la polémica del beso de Rubiales. Alba Redondo regatea la cuestión con cierta elegancia. «Nos hemos centrado en la victoria. Son unos actos que te llevan por el descontrol de los nervios».

Publicidad

Mientras habla la levantinista, Enith atiende a aficionados que han acudido a recibirlas. Luego, en su turno ante la prensa, descubre una más que evidente afonía. A sus 21 años, la guardameta de Moncada se desenvuelve con cierto criterio pese a su timidez. «Todo esto es algo que no me esperaba. Desde pequeña nunca lo había visto, solo con chicos y no me esperaba que iba a pasar con chicas, es algo indescriptible».

Su papel con la selección en el Mundial ha sido discreto. Pero aún así, lo ha vivido al máximo. «Cuando pitó sentí alivio porque después de todo lo que añadieron, fue como 'por favor que no nos metan ahora'. Lloramos muchísimas de alegría después de todo el trabajo que llevamos detrás».

Publicidad

Lo que vino después de esa final fue la explosión de júbilo en Madrid. «No me lo creía para nada. Cuando nos dijeron que nos apoyaba muchísima gente desde España no éramos conscientes hasta que pisamos el aeropuerto de Madrid. Luego en el bus había miles y miles de personas, era una alegría. Hemos hecho historia, viendo ahora estos micrófonos...».

Jesús Oliva, su entrenador, tampoco quiso perderse este momento en la estación del AVE. Le dará vacaciones hasta el día 1. «Es un orgullo que alguien de casa pueda conseguir un título así de grande, a veces no estamos tan valoradas como pueden ser otros equipos como ranking, es todo un orgullo», afirma la meta valencianista, que no duda en lanzarles un mensaje a las niñas de la cantera: «Que sueñen a lo grande, a veces los sueños se cumplen».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad