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Es visto como un hijo pródigo. Pablo Hernández, de 36 años, regresó al pasado verano al Castellón para disfrutar como albinegro del tramo final ... de su carrera. El centrocampista, quien en 2017 se involucró en el grupo empresarial que se hizo con la mayoría accionarial del club, quiere colgar las botas con el equipo en Segunda División. Su sueño.
–¿Cómo está viviendo su regreso al Castellón directamente desde el Leeds United?
–Muy bien. Estoy muy contento de poder volver a casa. Siempre he dicho que mi ilusión sería poder jugar en el primer equipo del Castellón antes de acabar mi carrera. Ya lo hice en la cantera. Después de muchos años fuera de casa y consultando con la familia, todos pensamos que este era el momento idóneo.
–¿Cuesta mucho pasar de la Premier League a la tercera categoría del fútbol español?
–Hay un cambio grande de jugar en la Premier contra equipos como el Manchester City o el Manchester United en estadios tan míticos como Old Trafford o Anfield a venir aquí y jugar en campos diferentes contra rivales diferentes. Sé que es un fútbol diferente y que he bajado algunos escalones, pero siempre he dicho que mientras disfrute, tenga ilusión de jugar y el físico me respete, voy a seguir haciéndolo. Y de momento estoy disfrutando mucho de la experiencia.
–¿Ha renunciado a mucho dinero por volver a Castalia?
–Tenía otras opciones y la opción de seguir en el Leeds porque me quedaba un año de contrato. Fue decisión mía salir. Ellos contaban conmigo. No puedes comparar la Premier o la Primera y la Segunda División con la economía que por desgracia hay en la Primera RFEF, donde los clubes necesitan muchas ayudas. Hay mucha diferencia. Pero a estas alturas de mi carrera he priorizado otras cosas y tenía muy claro que lo que quería era jugar en el Castellón. No miré el tema económico.
–¿Los compañeros se sorprendieron por su fichaje?
–Con mis compañeros estoy muy bien. Intento transmitir ese respeto mutuo e intento hacerles ver que soy uno más. Tengo mi pasado, tengo mi carrera, pero hoy por hoy estoy con ellos en un vestuario de Primera RFEF y soy uno más. Yo estoy aquí para ganarme el sitio, dar mi cien por cien y ser un ejemplo para ellos.
–¿Y con los rivales?
–Algunos rivales sí que me han preguntado por qué he venido a jugar aquí. Hay mucho respeto. Cuando era más joven y estaba en categorías inferiores, era bonito enfrentarme a jugadores que había visto en la selección, la Champions o equipos grandes como el Valencia. Ahora me toca estar en el lado opuesto. Es una experiencia bonita para esos jóvenes que me han visto por la tele muchas veces y ahora se enfrentan a mí. Estoy agradecido de las muestras de cariño.
–Se comprometió con el Castellón hasta 2024. ¿Se está formando pensando en el futuro?
–Sí. Sé que la carrera del futbolista tiene sus límites y, aunque ahora mismo me encuentre bien físicamente, sé que estoy llegando al final. Me estoy formando como entrenador y, si Dios quiere, este año acabaré los tres niveles. El día de mañana veremos qué camino tomo. Sé que va a ser algo ligado al fútbol porque ha sido mi vida. No sé si de entrenador o en otra faceta dentro de un club, pero seguro que voy a estar ligado al mundo del fútbol. Tengo un hijo que juega a fútbol y otro más pequeñito que pronto empezará porque le gusta mucho.
–¿Qué edades tienen?
–Nueve años el mayor y tres el pequeño. El mayor juega en la cantera del Castellón y estoy contento, viviendo el fútbol desde otra perspectiva.
–¿Su sueño es colgar las botas con el Castellón en Segunda?
–Obviamente. Por desgracia el año pasado se perdió la categoría después de tantos años que costó recuperarla. Estamos en el buen camino y este año vamos a pelear por estar en el play off. ¿Por qué no vamos a volver este año? Vamos a darlo todo y para mí sería un sueño disfrutar de un ascenso en el Castellón. Sería el colofón perfecto para mi carrera.
–En 2017, decidió salir al rescate del Castellón junto al exfutbolista Ángel Dealbert.
–Ángel y yo junto a Vicente Montesinos decidimos hacernos con la mayoría accionarial del club y empezar un bonito proyecto para, primero, salvarlo de su desastrosa situación. Tuvimos la suerte de ascender de Tercera a Segunda B el primer año. Luego ha habido algunos cambios accionariales. Ángel y yo seguimos estando ahí junto a Vicente Montesinos. pero hemos perdido poder accionarial. De todas formas, seguimos involucrados al cien por cien en el club. Ángel está en el área deportiva. Y yo, estos años desde fuera, he estado con ellos ayudándoles en el tema deportivo a la hora firmar jugadores y tomar decisiones en ese ámbito. Y ahora que he venido de jugador, sigo informado del día a día y hablando mucho con ellos. Pero ya dije que quería centrarme al cien pro cien en el terreno de juego y estoy un poco más aislado.
–¿Cuál es la situación económica del club?
–La situación es delicada y se está intentando trabajar para solucionarlo. El club necesita ingresos y estamos en búsqueda y trabajando al máximo para que el club vaya saneándose y creciendo. Ojalá pudiera entrar algún inversor y ayudar a dar un paso adelante al club. Es importante volver al fútbol profesional cuanto antes.
–¿Su mejor momento?
–Es difícil muchas veces comparar. Lo que más me ha llenado y lo que más he sentido como un éxito ha sido el ascenso del Leeds a la Premier hace dos años. Vivirlo con un club como el Leeds, que es un histórico de Inglaterra, ha sido lo máximo a nivel colectivo. A nivel personal, mi debut con la selección fue cumplir un sueño.
–Ha compartido tres años con Bielsa en el Leeds. ¿Eso marca?
–Sí. He estado tres años con él y muy bien. He aprendido muchas cosas. He intentado aprovecharme de su experiencia y eso me ha hecho crecer como jugador. Estoy contento de haber podido vivir con él esa experiencia.
–Formó parte de una plantilla histórica del Valencia, aunque no llegó a levantar ningún título. Disputó la final de Copa de 2008, pero en el Getafe. Estaba cedido en el conjunto azulón.
–Todos los jugadores queremos ganar títulos, pero en ese momento era muy difícil. Había dos clubes como el Madrid y el Barcelona a un nivel increíble. Fue un orgullo poder formar parte de ese equipo, poder jugar al lado de futbolistas de la talla de Villa, Silva, Mata, Joaquín... Gente tan histórica para el club como Albelda o Baraja. Jugamos Champions y fui a la selección. Fue un sueño vivir todo eso. Sólo guardo buenos recuerdos de esa época.
–¿Cómo valora la actual situación del Valencia?
–Desde que me fui han ido pasando muchas cosas. Actualmente, la gente tiene muchas dudas a nivel institucional y tiene muchas ganas de saber más cosas porque los dueños actuales hacen las cosas y siembran muchas dudas. Y en lo deportivo, ahora mismo se está viviendo un momento feliz porque se va a jugar una final de Copa y existe la posibilidad de ganar otro título, que sería algo increíble para el club y la afición sobre todo. Y en Liga, está luchando por los objetivos. Con la llegada de Bordalás parecía que se había cogido una identidad y que iba a ser un año en que se iba a luchar por estar más arriba. Los resultados no acompañaron en una fase de la Liga pero está ahí en la pelea y ojalá acabe bien la temporada y pueda pelear por entrar en Europa.
–Conoce lo que supone formar parte de un grupo inversor en el fútbol. ¿Ve arriesgada la irrupción de empresarios que compran clubes en los que no tienen ninguna raíz?
–En el fútbol lo que manda es el dinero. El fútbol es un negocio y cada vez se está viendo más fondos de inversiones y grupos extranjeros que compran clubes. Hoy en día, todo el circo del fútbol se mueve alrededor del dinero y por suerte o por desgracia es lo que hay. Cuando un club está en una situación límite, es difícil gestionar eso. Es como está montado el fútbol a día de hoy y hay que aceptarlo.
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