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Aficionados del Buñol. J. C. Villena

Un pueblo entero volcado por una ilusión

3.500 aficionados. Más de un tercio de la población buñolera se desplazó a Requena en una caravana por carretera que recordó al ambiente que se vive antes de una final

Jorge Pinés

Valencia

Jueves, 2 de noviembre 2023, 18:06

La Copa del Rey es una competición que está llena de historias increíbles. Más aún desde el cambio de formato implantado hace unos años en ... el que hasta semifinales, las eliminatorias son a partido único, dejando encuentros para el recuerdo. Y es que este certamen, usado por muchos equipos profesionales como un método para dar minutos a los menos habituales al mismo tiempo une a poblaciones enteras en el sueño de enfrentarse a un rival de primer nivel. Ese ha sido el caso de Buñol.

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Más de 3.500 aficionados llenaron, junto a unos 500 donostiarras, las gradas del Estadio Tomás Berlanga para animar a su equipo en un encuentro contra todo un rival Champions como es el caso de la Real Sociedad. Un choque en el que lo deportivo pasó a segundo plano. Y es que como se pudo ver en los aledaños del estadio requenense el ambiente fue espectacular, con una afición entregada para recibir a sus héroes al bajarse del autobús. Un cariño que fue correspondido por los integrantes de la plantilla, parándose a saludar. No era para menos, con más de un tercio de la población haciendo un desplazamiento por carretera que recordó al ambiente previo a una final por un título.

El estadio era de grato recuerdo para el combinado de Buñol, ya que en el Tomás Berlanga lograron imponerse al Requena en una promoción de ascenso en un encuentro que estuvo arbitrado por un joven Mateu Lahoz. Martín López, fiel aficionado del equipo, destacó la ilusión con la que el pueblo encaraba este partido: «Buñol, lo vive como lo que es, un día histórico porque para él Buñol es la segunda vez que juega una competición de tanto prestigio y con mucha ilusión. Un partido para disfrutar la afición y jugadores ya que no siempre se puede jugar ante un primera y siempre es un privilegio para el disfrute del pueblo y la afición».

El recibimiento no sorprendió al entrenador del Buñol, Luis Navarro: « Sí que me esperaba este ambiente. Conozco a la gente de Buñol y en el partido entre semana ha venido mucha gente a seguirnos. Con un equipo Champions era de suponer que íbamos a tener este recibimiento tan espectacular».

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Y es que no solo hubo aficionados en las gradas del estadio. La amplia demanda por parte de la afición del Buñol hizo que las entradas del Tomás Berlanga se agotaran, dejando fuera del estadio a un grupo considerable de hinchas. Algunos de estos, llenos de ingenio, escalaron a un cerro cercano para ver el partido. Una imagen curiosa, que fue muy comentada por el público presente en el estadio.

Durante el transcurso del partido todo fue buen rollo entre las dos aficiones. Desde las ovaciones a Paco, emblemático portero local cuando hasta en dos ocasiones se atrevió a recortar a los jugadores de la Real Sociedad hasta los innumerables cánticos de apoyo al equipo sin importar el resultado en el marcador. Finalmente no pudo ser. Era lo previsible, más aún teniendo en cuenta la calidad de los jugadores rivales.

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No obstante, el premio para el Buñol y su afición es la lección de comunión y fidelidad que han mostrado a toda España, ya que juntar a un tercio de una localidad para desplazarse a un partido de fútbol no es para nada una tarea sencilla. Al término del partido se produjo una invasión de campo en la que la mayoría eran niños y a la que ni policía ni jugadores pusieron oposición.

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