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Por qué sustituye a este futbolista con lo bien que está jugando?» Quizás con ese cambio, incomprensible para muchos, el entrenador le esté salvando de ... una lesión. Detrás de muchas decisiones como esta de los cuerpos técnicos de los equipos de fútbol, rugby o baloncesto se esconden datos. Unas cifras extraídas de sensores ubicados, por ejemplo, en esos mini chalecos que muchas veces llaman la atención de los espectadores cuando los profesionales se cambian la elástica durante los encuentros o sesiones preparatorias.
La Universidad Católica de Valencia trabaja con varias empresas dedicadas a la recogida de datos. Desde hace alrededor de tres años lo hace mano a mano con la empresa líder en la recogida y puesta a disposición de datos para técnicos, médicos y otros profesionales de clubes en todo el mundo. Peter Demopoulos, Customer Solutions, en Hudl habla de WIMU: «Varios deportes colectivos han adoptado herramientas de tecnología portátil para evaluar el rendimiento de los atletas con el fin de gestionar las demandas físicas durante las temporadas competitivas con un enfoque en la optimización del rendimiento y minimización del riesgo de lesiones».
Explica el portavoz que las métricas ofrecidas pueden analizar «variedades y peculiaridades de distintos deportes». Muchas veces, introducir novedades en deportes como el fútbol puede parecer complicado y que mucha gente apela a aquella nostalgia del balompié de antaño, la mayoría de profesionales que trabajan en la preparación de equipos son «receptivos a este tipo de dispositivos». Los motivos se deben a los resultados positivos que obtienen y el bienestar que proporciona al propio profesional que siente que su vida deportiva puede prolongarse: «Esta tecnología puede proporcionar información sobre la mejora del rendimiento del entrenamiento y la preparación para competir».
20.000 datos por segundo
pueden llegar a acumular estos dispositivos inalámbricos.
70 gramos
pesa el dispositivo que se introduce en el chaleco.
«Los equipos pueden asegurarse de que sus atletas estén en forma, saludables y disponibles para jugar, y pueden hacer que sus flujos de trabajo de alto rendimiento sean eficientes», añade el especialista.
¿Pero de dónde salen estos datos? En el caso de esta empresa, se cuenta con un dispositivo que sólo cuenta con 70 gramos de peso. Éste se ubica en el bolsillo de un chaleco que cuenta con varias tallas para que se adapten a los deportistas, tienen en cuenta también la diferente fisionomía entre hombres y mujeres. Carlos Martínez es sport scientist de Wimu. Esta figura se considera como una evolución del tradicional preparador físico, una persona que cada vez se encuentra en más cuerpos técnicos y que es capaz de descifrar estos datos: «El dispositivo tiene cuatro sensores de aceleramiento, medidos a través de la aceleración; tres giroscopios, un magnetómetro 3D y un barómetro. También tiene la posibilidad de conectarse mediante GPS o LPS».
También incide en la importancia que tienen estas cifras a nivel de juego: «Con las distintas aplicaciones, puedes no sólo ver los datos, también es posible realizar análisis tácticos así que puedes tomar decisiones a tiempo real, mientras se desarrolla el partido».
Por su parte, Carlos Cruz, preparador físico de las selecciones masculinas de las diferentes categorías de la selección española, reconoce que es «muy importante conocer la evolución de cada deportista»: «Los estudios científicos refrendan los datos que extraemos del dispositivo».
Una de las claves y el objetivo hacia el que trabaja la compañía es llegar a democratizar estos dispositivos para salvaguardar la salud no sólo de la élite, también de las personas que practican deporte a nivel aficionado en un momento en el que cada vez más, la sociedad ha dado el paso y practica cada vez más deporte. Sin ir más lejos, en la última encuesta de hábitos deportivos en España realizada por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deporte, los resultados arrojaron datos que así lo confirman. «6 de cada 10 personas de 15 años en adelante practicó deporte en el último año, 57,3%, ya sea de forma periódica u ocasional. Esta cifra representa un incremento de 3,8 puntos porcen- tuales respecto a 2015, etapa pre-COVID-19 en la que el porcentaje se situó en 53,5%», refleja el informe. El fútbol o el baloncesto se encuentran entre las actividades colectivas más practicadas, sobre todo entre hombres aunque el incremento de las mujeres que se decantan por ellas también aumenta.
En sus versiones más desarrolladas, el dispositivo Wimu puede acumular más de 20.000 datos por segundo con muchas variables: «Algunas de las más destacadas es la indicación de la intensidad del rendimiento. La distancia recorrida es un ejemplo de métrica de volumen. El análisis de cambio de dirección puede proporcionar información sobre la capacidad de elasticidad para realizar este tipo de acciones a altas velocidades de forma repetitiva». En deportes como el fútbol los aficionados son conscientes de la importancia de los mapas de calor: « Estos proporcionan información objetiva sobre la posición del atleta y las áreas en las que ha pasado más tiempo, que también se resaltan y pueden ofrecer información sobre el compromiso con la formación y los perfiles de movimiento, por ejemplo». Estas zonas de influencia, explica el experto, «pueden proporcionar información sobre áreas que están ocupadas para explotar mayores posibilidades de marcar goles o cumplir objetivos concretos».
El impacto de las estadísticas que se extraen como las del dispositivo que se ponen en el chaleco los deportistas cada vez se extiende a más ámbitos dentro de los distintos estamentos que trabajan por y para la salud y productividad de los deportistas: «Los científicos deportivos son los principales usuarios, así como el personal médico, incluidos los fisioterapeutas, que aprovechan los datos que podemos proporcionar. Estamos viendo la aparición de nuevos casos de uso donde los entrenadores y analistas están analizando métricas de rendimiento en el contexto de situaciones de juego. Por lo tanto, acabamos de integrar WIMU en Hudl Sportscode, eliminando barreras entre la ciencia del deporte, el coaching y el análisis de rendimiento. Además, hay uso de datos en el departamento de nutrición y el departamento de rehabilitación», explica Demopoulos.
En definitiva, con Wimu, se refrenda la idea de que detrás de los éxitos y los fracasos de los deportistas se encuentra el trabajo de muchas personas cuyas decisiones no sólo pueden afectar en los rendimientos profesionales de éstos, también en su estado de salud.
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