Sandra Paños: «Yo no compararía el fútbol femenino y el masculino»

–El pasado curso conquistó la Champions, la Liga y la Copa de la Reina y está nominada para el Balón de Oro. ¿Con qué expectativas afronta esta campaña?

–La temporada pasada prácticamente hicimos un completo. Nos faltó la Supercopa. Es muy ilusionante. Sabemos que es complicado, pero nuestros objetivos están puestos en repetir lo del año pasado e incluso superarlo. La nominación y el premio a mejor portera de la Champions junto a mis compañeros es, en gran parte, a todo el trabajo colectivo que hemos hecho durante varios años. Hemos obtenido la recompensa ahora. Estoy súper feliz de estar nominada. Es un orgullo.

–El aplastante dominio del Barcelona en la liga femenina se ha convertido en rutinario. ¿Echa en falta una mayor competencia en los partidos?

–Echamos de menos competir cada fin de semana y tenerlo mucho más complicado. En Champions te puedes llegar a sentir en igualdad de condiciones. La Liga es como es y nos encantaría que hubiese un salto de calidad y mejorase en todos los sentidos. No sólo a nivel competitivo sino también a nivel de recursos. Tenemos la suerte de que tenemos un equipo de grandísimas jugadoras y nuestro nivel competitivo lo tenemos en los entrenamientos. Y eso también nos ayuda a seguir mejorando y crecer. De cara a la exterior, ver un partido en que metes muchísimos goles tampoco es vistoso. Pero no es fácil en cada partido meter tantos goles, ser tan insistente y no parar de trabajar. Tiene mucho mérito lo que estamos haciendo.

–¿Los clubes con equipos masculinos en Primera deberían contar obligatoriamente con una sección femenina potente?

–Eso creo que sería bastante interesante. A nosotras nos encantaría. Pero tampoco queremos que los equipos se metan sin luego realmente tener una buena estructura o un buen funcionamiento. Se trata de que estés convencido de lo que haces. Creo que poco a poco la gente se va dando cuenta de que el fútbol femenino está creciendo, de que es un papel en blanco y le queda mucho para evolucionar y mejorar. Los clubes se están dando cuenta y están invirtiendo en fútbol femenino. Estando dentro de un club con una estructura como la que hay en los equipos masculinos, tienes más facilidad para realizar esa apuesta por el fútbol femenino. Tienes más recursos.

–La liga profesional se está retrasando más de la cuenta. No hay acuerdo entre clubes sobre la propuesta que debe ser aceptada por el CSD. ¿Qué ocurre?

–Todos tenemos que ir en una misma línea e intentar trabajar para que el fútbol femenino crezca. Para eso tenemos que estar todos en la misma dirección. Siempre cuesta ponerse de acuerdo. El problema es que al final las perjudicadas siempre somos las jugadoras. Eso es lo que más rabia da. Pero esperemos que se solucione pronto y podamos disfrutar tanto jugadoras como clubes y aficionados de unos mínimos.

–Resulta sorprendente que una liga así siga sin ser profesional.

–Hacer una liga profesional tiene su trabajo y, si no se llega a un acuerdo, cuesta aún más. Pero creo que al final se podrá llegar a un acuerdo y hará que el fútbol femenino esté en el sitio que le toca estar. Ciertos clubes estamos haciendo una apuesta enorme por esto, las jugadoras estamos haciendo un esfuerzo enorme por intentar que el fútbol femenino tenga más visibilidad. Estamos intentando ser referente en todos los sentidos. Y ojalá tengamos esa respuesta por parte de la competición.

–¿Considera que el reciente crecimiento es sólo el principio?

–Sí, yo creo que sí. En el masculino pasó algo parecido en los inicios. A nivel de rendimiento hay ciertas lesiones y quizás faltan estructuras más fuertes con gente con competencia y con más conocimiento para estar tanto en cuerpo técnico como en cuerpo médico. Eso puede ayudar al desarrollo de las jugadoras y que las jugadoras tengan más conocimiento desde la base, que se desarrollen deportivamente mucho mejor. Eso va a hacer que el fútbol femenino en un futuro sea mucho más vistoso y tenga más fuerza. No digo que llegue a los niveles del masculino, pero la evolución puede ser muy buena.

–¿Ve adecuado entrar en comparaciones entre el estilo del fútbol femenino y el masculino?

–El fútbol es fútbol. Pero también hay que entender que un hombre no es lo mismo que una mujer. La fisiología no se puede cambiar. Evidentemente, no vamos a hacer un juego tan rápido o tan potente o tan fuerte como el masculino. Las condiciones físicas de una mujer y un hombre son totalmente diferentes. Ha cambiado mucho a nivel físico. El aspecto de las jugadoras es totalmente diferente al de hace años, el ritmo de juego y la fuerza han cambiado... Estamos teniendo una evolución que será aún mayor. Yo no haría comparaciones. El deporte es el mismo. No hay que disociar deportes. El terreno de juego es el mismo. El balón es el mismo. Juegan 22. Hay los mismos cambios. No habría que hacer diferenciación, pero hay que entender y hacer entender a la sociedad que la diferencia es sobre todo a nivel fisiológico.

–¿Siente que se ha convertido en un referente o un icono para muchas chicas?

–Sí. Ha sido todo bastante rápido y luego te das cuenta del impacto que tienes hacia las niñas y la gente que sigue este deporte. Y es súper bonito que sea así. A nosotras, cuando éramos más jóvenes, nos era mucho más difícil poder fijarnos en alguien. Y eso es súper bonito para el desarrollo del fútbol femenino, que las niñas tengan en quién fijarse. Pero también tienes esa responsabilidad de que hagas lo que hagas vas a estar en el punto de mira.

–¿De niña encontró alguna barrera para practicar el fútbol?

–Mi hermano jugaba a fútbol y mi hermana también jugaba en el cole. Yo llegué al colegio Jesuitas de Alicante y a mí no me dejaban competir en fútbol. Tuve que pelearme con la coordinadora del colegio para que me dejase jugar porque yo tenía los mismos derechos que cualquier niño. Jugué con niños pero no estaba bien visto en ese momento. Me costó lo mío. Después de haberme peleado con la coordinadora, sacaron un equipo de niñas más mayores que competían en fútbol sala. Actualmente hay más facilidad porque hay más equipos de fútbol femenino y ves a pocas jugadoras que están compitiendo en un equipo mixto. Nosotras tenemos un equipo de 'peques' que están compitiendo en una liga de chicos. ¿Cuando estás en formación, por qué no? Llega un momento en que el hombre y la mujer, por condiciones, tienen una gran diferencia. Pero hasta entonces, hay posibilidad de competir.

–Hace un mes, una jugadora de Osasuna B denunció insultos sexistas durante un partido. ¿Cómo vive situaciones así?

–Por suerte, no he tenido ese problema. Cuando eres pequeña, a lo mejor te dicen «marimacho» o comentarios así, o simplemente te señalan y dicen: «Mira, hay una chica en ese equipo». Pero no de esa manera que estamos viendo ahora. No cabe en ninguna cabeza que haya ese tipo de comentarios e insultos. Es gente que quiere ir a hacer daño y no tiene ningún tipo de valor ni principio.

–Las circunstancias económicas del Rayo femenino son precarias. ¿Hay varios equipos así?

–Cada vez menos, pero evidentemente esto aún sigue estando. El fútbol femenino ha crecido en cuatro años de manera exponencial. Y hay clubes que no tienen la estructura o incluso que no quieren hacer un esfuerzo por cuidar a sus jugadoras o su sección. Eso ya depende de cada club, pero no se debería permitir que se tenga a las jugadoras viviendo esas situaciones. No sé de qué manera se podría parar. Pero o estás aquí o no estás. Estar a medias es malo. Da pena, sobre todo por las compañeras. Equipos que traten así a sus jugadoras no deberían existir.