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Mestalla cambió su habitual tono naranja por el rojo de la selección, en un día muy especial marcado por el recuerdo a los afectados por ... la dana. La recaudación íntegra de las entradas, junto con la de la venta de camisetas conmemorativas del partido, será donada para las labores de reconstrucción necesarias en las localidades que sufrieron el desastre del 29 de octubre. Mención especial también para la Federación de Fútbol de los Países Bajos, que realizó una donación de 10.000 euros a la causa de los afectados por la dana. Es más, los niños que saltaron al campo de la mano de los jugadores eran de dichas poblaciones.
En cuanto al ambiente del partido, ya desde las seis de la tarde, casi tres horas antes del inicio del duelo, la Avenida de Suecia lucía llena —«de gom a gom», como se dice en Valencia—. Del blanquinegro habitual al rojo y amarillo de la selección. También destellos naranjas de los neerlandeses infltrados, aunque la mayoría de la afición visitante realizó la previa en la zona de la Malvarrosa, trasladándose posteriormente al estadio, con muchos de ellos ni si quiera entrando al no tener entradas.
Ya en el interior de Mestalla, no sería una exageración decir que cada aficionado sentado en una butaca llevaba una bandera de España. El graderío al completo lucía el colorido de las señas de identidad nacional, en una muestra de orgullo patrio que parece que solamente el fútbol es capaz de conseguir en este país.
Un partido de la selección atrae a muchas personalidades y durante el calentamiento, uno de los más reclamados por el público de la tribuna principal de Mestalla fue el padre de Lamine Yamal —que se ha hecho famoso por sus excentricidades en redes sociales—, el cual no paró de sacarse fotos con el público español.
Se desplegó una gran lona en el círculo central, que leía el mensaje «Jugamos por vosotros», en referencia a los afectados por la dana. Destacable también la sonora pitada que se llevó Ronald Koeman cuando fue anunciado por megafonía. No hubo tifo de respuesta al que mostraron los neerlandeses en Róterdam, pero sí se mostró la repetición del gol de Iniesta en la final de Sudáfrica, provocando el éxtasis de la grada de Mestalla.
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