El sueño de un equipo centenario

A sus 41 años, Paco Fernández se prepara para vivir el partido más excitante de su carrera deportiva. El incombustible guardameta es uno de los líderes del Buñol. Sus intervenciones resultaron clave para que el conjunto valenciano, que compite en Regional Preferente, eliminara al Guía y rompiera todos los esquemas. Los de Adrián Ferrandis han hecho historia y se enfrentarán en la Copa del Rey a un equipo de Primera División. Un sueño convertido en realidad. Ayer por la tarde, los vecinos recibieron como héroes a los futbolistas. En especial, a Albert Valero, quien firmó el gol de la victoria en el minuto 75. Tanto el joven centrocampista como el veterano portero representan la esencia de una plantilla de obreros que, merced a su hazaña, podrán codearse con la élite del fútbol.

El lunes se celebrará el sorteo de la primera ronda de la Copa del Rey. Y el Buñol quedará emparejado con un club de Primera División, exceptuando los cuatro equipos que disputarán la Supercopa de España (Real Madrid, Barcelona, Athletic y Real Sociedad).

El Buñol va a celebrar por todo lo alto la temporada de su centenario. Ha marcado un hito en el fútbol valenciano, ya que se alza como el primer club de Preferente que se medirá a un conjunto de la máxima categoría. «En el vestuario se habla de Luis Suárez, Joao Félix... El que nos toque va a ser un premio y lo vamos a disfrutar igual», destaca Paco Fernández. Albert Valero tiene una clara preferencia. «Me gustaría que nos tocara el Valencia porque soy aficionado. El Atlético de Madrid también nos gustaría«, apunta el centrocampista. Después de desbancar a un recién ascendido a Tercera como el Benicarló, los de Adrián Ferrandis hicieron lo propio contra el Guía.

El pasado miércoles, el Buñol se desplazó a Gran Canaria para enfrentarse al Guía en una eliminatoria a partido único. El rival, también de Tercera, contó con el aliento de unas 500 personas en las gradas. Contra todo pronóstico, venció el cuadro valenciano.

«Estoy en una nube. Es una mezcla de emociones tan fuertes que cuesta asimilarlo. Esto se va a vivir sólo una vez en la vida», afirma Albert, de 24 años. El centrocampista de Cheste se siente orgulloso: «Se puede decir que es el gol de mi vida. Aparte de lo que significó, fue un golazo. Queda feo decirlo, pero lo fue. Lo he visto repetido. Supuso soltar toda la rabia y toda la tensión acumulada. Fue una locura».

El Buñol está formado por futbolistas que tienen su oficio fuera de la competición o estudian. Albert, por ejemplo, trabaja en el campo. Paco Fernández llegó a jugar en Segunda División con el Levante y, actualmente, busca alternativas laborales. «Estoy haciendo mis pinitos como entrenador de porteros en escuelas. Y este año, con el tema del Covid, empecé a trabajar en un comedor de colegio con nanos. Me gustan los niños. Te buscas la vida«, explica el arquero valenciano, quien se resiste a colgar los guantes.

«En el equipo hay de todo. Hay gente que cobra y gente que no, gente que lo hace porque es del pueblo... Muchos futbolistas lo hacen porque quieren continuar en este mundo y les gusta. Me meto en ese grupo, porque no vemos el momento de dejarlo. Queremos seguir disfrutando de esto. Para ir a Gran Canaria, el 99,9% tuvo que pedir un justificante para la universidad y los estudios o vacaciones en el trabajo«, añade.

Paco, uno de los capitanes, dejó su portería a cero: «Por muchas batallas que tengas, nunca te acostumbras a las cosas buenas. Es de las cosas más especiales que me han pasado. Puede que sea la guinda que me faltaba en mi trayectoria». El arquero nunca se ha enfrentado a un equipo de Primera: «Con el Dénia, nos tocó en Copa el Sevilla, pero yo jugaba en Liga y no en Copa. Y alguna vez con el Levante, pero no llegué a jugar».

Ayer, en Buñol, los aficionados recibieron con vítores al autobús del equipo. Francisco Zanón, presidente del club, estaba pletórico. «Fue una explosión de alegría y emoción brutal. Había muchos nervios. Aún no hemos asimilado lo que realmente hemos logrado, porque es algo muy grande e histórico. Y probablemente será muy difícil volver a conseguirlo. Poder jugar contra un equipo de Primera División en un club modestro como el nuestro... En cien años de historia es la primera vez», subraya el dirigente, quien recibió una llamada de la Federación Española para inspeccionar urgentemente las instalaciones del estadio Beltrán Báguena: «Veremos lo que nos dicen, si tenemos que adaptar algo, si podemos cumplir... No lo sé. Creo que será difícil que juguemos en nuestro campo por tema de iluminación y demás». Una revolución.