La vuelta al mundo de Javi Verdú

El futbolista valenciano, que juega en Tasmania tras pasar por tres países antes, se rompió la rodilla y la tibia y sufrió un desgarro en el cuádriceps tras un mal gesto durante un partido

Lourdes Martí

Valencia

Miércoles, 29 de julio 2020, 00:46

Javi Verdú ama el fútbol por encima de todas las cosas. Este valenciano de 25 años ha dado prácticamente la vuelta al globo terráqueo siempre con un balón pegado al pie. Cuando le surgió la opción de irse a jugar a Filipinas, su padre, le tanteó acerca de cuál era la oferta, y él, sólo le dijo que lo haría aunque fuese «por una tacita de arroz al día».

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Lleva el fútbol en su ADN. Tanto él como su hermano Nacho pasaron por la Academia del Valencia. Ambos son laterales izquierdos. Una posición en la que la fábrica de Paterna destaca por su calidad. «Eso dicen», comenta Javi entre risas. Ahora ya sonríe. Una lesión de rodilla truncó la carrera profesional a su hermano. Siempre le preguntaba a Nacho qué se sentía al romperse. «Me decía que cuando me ocurriese, lo sabría», explica. Hace un mes lo comprobó en sus propias carnes.

Fue en Tasmania, Australia. «Durante un partido, en un uno contra uno, regateé, giré yo entero pero la rodilla no... y supe que me había roto al cien por cien», recuerda. Fue hace un mes. Lo que no era consciente es que la lesión no se quedaba sólo en eso: «También me quebré la tibia y me desgarré el cuádriceps». Nunca se había lesionado: «Ni siquiera había tenido un esguince».

El quirófano era inevitable. Sin embargo, no iba a ser fácil: «Fue justo antes de que parásemos por el Covid-19 y los hospitales públicos, al estar centrados en la lucha por la pandemia, no me podían operar». Debía ser en un centro privado pero el seguro en el Kingborough Lions United Football Club, su equipo desde el pasado 7 de diciembre, no lo cubría. «Entonces empezamos una campaña de crowdfunding», es decir, de recaudación de fondos. La cifra que se alcanzó: 12.500 dólares. «Tuve mucha suerte y me di cuenta de todo lo que me apoyaba la gente. Anteriormente había jugado en Estados Unidos y allí hice amigos que también me ayudaron».

Una vez recogida la cantidad necesaria, entró a quirófano: «Me operó el segundo mejor médico de Australia en la especialidad». La población ya estaba confinada, así que Javi, lejos de poder recuperarse en la ciudad deportiva, donde al menos te cruzas con un compañero con el que cruzas esas palabras necesarias para seguir, pasó el inicio de la recuperación en casa. «Estaba viviendo con otro compañero del equipo, un chico americano, pero él siguió trabajando por lo que me pasé bastante tiempo solo». Desde la otra parte del mundo nunca le faltó aliento: «Mis amigos de Valencia y mi familia estaban muy pendientes de mí y con vídeo llamadas y demás ocupé el tiempo».

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Cuando pudo, regresó a España. Los doctores le dieron toda la documentación sobre la intervención quirúrgica, incluidas fotografías, que afirma «no haber visto ni tener ganas de ello», y se las entregó a sus fisioterapeutas de confianza en Valencia. Aunque no quiere «pensar» en muy a largo plazo sí que reconoce que el estar en casa le permite estar feliz y disfrutar: «Ahora recuerdo todo aquello como que no veía el momento de estar aquí, junto a los míos. Nunca había estado tan desesperado, era como un túnel en el que no se veía el final».

Si regresará o no a Australia, no lo sabe. Allí sabe que le esperan. Tanto su entrenador como sus compañeros quieren que vuelva. Pero él no descarta marcharse a otros lugares que tenía en mente como Noruega o Filipinas. Si finalmente deja su equipo de Tasmania, habrá puesto el punto final a un viaje que empezó el pasado 7 de diciembre. «Lo tenía medio firmado con el equipo y me marché allí y rubriqué mi contrato. Encontré un trabajo en la construcción y también entrenaba a un equipo de mi club de fútbol base».

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Porque si hay algo que le guste más a Javi jugar a fútbol es hacer de él el vehículo perfecto para la formación. En Estados Unidos, su anterior destino, fue entrenador. De allí destaca la consciencia que se tiene en los clubes de que en las etapas iniciales del fútbol, o cualquier otro deporte, lo más importante es la formación: «También fui árbitro en EE.UU. y lo más importante es educar y transmitir los valores del deporte a los niños. De convertirlos en alguien. El fútbol es lo menos importante a esas edades, lo que vale es la formación».

La lesión es sólo un paréntesis. La maleta la tiene preparada, aunque convencido de que su regreso será más tarde que pronto, Javi quiere continuar escribiendo la historia de un futbolista que salió de casa con 16 años para jugar en Irlanda. Defendió el escudo del Athlone Town un par de temporadas y después, cruzó el charco. Se marchó al Oklahoma City, donde estuvo durante un lustro. Más tarde volvió a cambiar de continente. Tailandia fue su destino. Hasta recalar en la remota Tasmania. Y los países que vengan, porque allí donde haya una cancha de fútbol él seguirá siendo un hombre feliz.

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