ALBERTO MARTÍNEZ
Domingo, 6 de julio 2014, 17:20
Sergio Gadea necesita vivir a más de 200 km/h para sentirse completo. De lo contrario, el mundo gira demasiado despacio para él. Una filosofía que le llevó a volar sobre una moto por todo el mundo y que ahora le ha empujado a hacerlo literalmente. El ya expiloto valenciano decidió dejar las dos ruedas para entregarse a una pasión que le fue poseyendo poco a poco: el paracaidismo. Le mueve la adrenalina. No escatima cuando se trata de deportes de alto riesgo. Ha caído incluso en las redes del salto Base.
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El de Puçol abandonó definitivamente el motociclismo el pasado año para dar un cambio de rumbo a su carrera. Se ha convertido en instructor de paracaidismo y trabaja en el centro Skydive Lillo, en Toledo. Lleva 1.300 saltos.
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