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Sugoi Uriarte, en la plaza del Ayuntamiento de L'Eliana, su localidad de residencia. :: damián torres
Sugoi Uriarte, el pelotari que se hizo valenciano en el tatami
CAMINO A RÍO

Sugoi Uriarte, el pelotari que se hizo valenciano en el tatami

«Laura Gómez nos invitó a unas Fallas y vi cómo se entrenaba. A la vuelta a Vitoria le dije a mi madre: 'Ama, he de marcharme para allá'», recuerda

MOISÉS RODRÍGUEZ

Lunes, 25 de abril 2016, 00:00

l'eliana. Sugoi Uriarte debió ser pelotari. Al menos eso es lo que quería su padre, jugador de frontón en sus años mozos. «En Vitoria es un deporte que practican todos los niños en el recreo, en muchos casos antes que el fútbol», recuerda. Al salir de clase, su agenda extaescolar también incluía el atletismo, el ciclismo, el fútbol y el judo. Al final ha hecho su vida en el tatami, que le ha permitido conocer amigos, hallar su media naranja y degustar la miel y la hiel de la alta competición.

¿QUIÉN ES SUGOI URIARTE?

  • u31 años. Su edad. Vino a vivir Valencia con 17 años para entrenar con Salvador Gómez, el padre de la también judoca Laura Gómez, su mujer.

  • uIngeniero. Tiene dos carreras, ingeniería técnica electrónica e ingeniería superior en organización industrial. Hizo otros tantos másters, uno de ingeniería avanzada y otro de gestión deportiva. «En la facultad hice amigos de verdad, me ayudaban mucho con los apuntes», reconoce.

  • uProyecto FER. Ha sido incluido este año, en que las ayudas han escaseado y la beca ADO no ha llegado cuando más se necesitaba.

La pelota se le daba bien. «Había dos fases de eliminatorias, de ciudad y de pueblos, luego nos enfrentábamos entre nosotros. Recuerdo que un chaval de pueblo me pasó por encima, tiraba siempre la pelota al 6. Creo que los tres tantos que hice fueron por fallos suyos», recuerda Sugoi Uriarte: «Me gustaba. Lo dejé porque no podía más».

Entonces tenía 12 años. Al tiempo también se alejó del ciclismo y del atletismo. Se quedó con el fútbol y el judo, el que ha sido su deporte. «Yo en el fútbol era un jugador trabajador. Me molestaban los enchufes y que mis compañeros sólo corrieran para marcar el gol y salir en la foto. Me marché porque echaron a mi entrenador por ponerme a mí, y no era muy ético que yo siguiese», comenta. Bueno, eso y porque Laura Gómez ya había movido ficha para echarle el lazo.

Quizás por aquel entonces no tuviera esa intención, pero lo cierto es que la valenciana invitó a sus amigos en la selección infantil a venir en Fallas. «Yo creía que en Vitoria tenía el mejor entrenamiento, pero me llevé una decepción. Pensé que aquí podía crecer más junto a unos rivales de mayor nivel. Cuando regresé a casa, le dije a mi madre: 'Ama, he de marcharme para allá'», narra Uriarte. Pero ella no le dejó. No sin antes acabar el Bachillerato. «Lo pasé fatal, porque en las vacaciones ya viajaba a Valencia a entrenar».

Pero finalmente hizo las maletas y empezó su nueva vida. La que le ha llevado a casarse, a estudiar dos carreras y otros tantos másters, y a preparar dos ciclos olímpicos a orillas del Mediterráneo. «Estoy orgulloso de ser vasco, pero a nivel deportivo y de estudios me he hecho aquí. Va a ser difícil que me vaya. Mis amigos de Vitoria me dicen que tengo acento valenciano», apostilla cuando se le resalta que el habla aún evidencia sus orígenes.

Lo cierto es que en Valencia se pulió un diamante en bruto. «Yo agradezco mucho la labor de mi entrenador en Vitoria. Me ayudó muchísimo, pero con Salvador Gómez, el padre de Laura, todo cambió. Él ha preparado a judocas olímpicos. Es como pasar de graduarte a preparar el doctorado», señala. Le ayudó tanto en el aspecto técnico y físico y realiza una labor decisiva al estudiar a los rivales en la competición.

Como en los Juegos de Londres, donde las lágrimas de Sugoi Uriarte dieron la vuelta al mundo. «Los jueces no estuvieron acertados, fue un combate muy igualado y creo que las pequeñas diferencias eran para mí, peor al final es una labor difícil», recuerda. «En teoría, 2012 me vino bien para aprender a levantarme en el peor momento. Me siento orgulloso, no del resultado, sino por el trabajo que hicimos. Igual que me quedé sin medalla, pudo ser de oro. Espero que en Río tenga esa pizca de suerte que me faltó».

Sugoi admite que tras los Juegos se evadió del mundo: «Laura y yo nos fuimos a Menorca una semana. En aquel momento, si veía a alguien en el podio, me caía la lagrimita». A día de hoy, considera que los Juegos están sobrevalorados. «Nos obsesionamos, pero el camino también es bonito. El día que me retire quiero estar satisfecho por mi trayectoria. Yo prefiero ser cuarto de Europa que cuarto olímpico», afirma.

Por ello, no mira al futuro más allá de Río. Tiene por decidir si se prepara para Tokio, si sigue un año, o se retira. «Me da pereza pensar en otro ciclo después de cómo lo hemos pasado en este. Hemos tenido que pagarnos algunos viajes», lamenta Sugoi Uriarte.

Tiene bastante claro que quiere preparar judocas de élite. «Pero que mi dinero no dependa de eso», precisa. Afirma, sin embargo, que aún no ha tomado una decisión de futuro. «No lo sabe ni Laura, pero es que no sé qué voy a hacer. Después de Río, lo decidiré».

sitúan a Uriarte en el puesto 21 entre los judocas de -66 Kg. clasificados para Río. En el IJF Senior World Ranking figura el décimo octavo con 876 puntos.

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