Aguayo queda segundo en el triatlón de Gasteiz y le roban la bici de 12.000 euros antes de recoger el trofeo

«Todo fue rapidísimo. Llevaba al peque en brazos porque estaba durmiendo. Estábamos sentados en unas escalinatas que hay en la plaza y dejé la bicicleta apoyada en la escalera. Cuando iban ya a entregar los premios de la categoría masculina general me acerqué al podium y cuando eché un vistazo a la bici, porque la tenía enfrente, ya no estaba. Eché a correr escaleras para arriba mientras escuchaba mi nombre por megafonía. Ni me esperé», relata Emilio Aguayo este lunes desde el Natura Resort donde se ha quedado concentrado esta semana, con su familia, para seguir sus entrenamientos de cara al Half de Zarautz del sábado que viene.

Por fortuna, a los pocos minutos del susto en el cuerpo, la policía local llamó a la organización del evento para informar que la habían recuperado. «Yo no vi cómo la robaban pero una señora que me vio cómo iba corriendo en busca de la bici me dijo quién la había cogido. Pero mientras eso sucedía, resulta que una pareja de policías locales que iban de paisano, se dieron cuenta de que un conocido y que siempre está metido en hurtos y robos de diversa índole, llevaba una bicicleta de competición, con el dorsal puesto y todo, que lógicamente no cuadraba mucho con sus características. Lo pillaron justo cuando estaba a punto de entrar en un portal. Si llega a entrar, la hubiéramos perdido definitivamente», afirma.

No se trata de una bicicleta de las que pueden usar los ciclistas populares. Se trata de una bici de alta competición para el triatlón, una cabra como se conoce habitualmente, cuyo valor ronda los 12.000 euros. «Nunca me había pasado nada por el estilo», confiesa. Por supuesto, la organización esperó a que regresara para otorgarle el premio, que en metálico es de 1.250 euros. Luego le tocó a Aguayo toda la tramitación policial que se sigue en un caso de esta índole, con la dificultad que hubo en las horas siguientes para intentar hacer un juicio rápido con el traductor correspondiente para los arrestados.

Además de la pérdida económica que hubiera supuesto para Aguayo, el trastorno hubiera sido mayor aún porque está ultimando la preparación no sólo de la prueba de este sábado que viene sino el Ironman de Vitoria de mediados de julio.

Pero, ademá de la satisfacción de todo lo ocurrido con la bicicleta, el segundo puesto reconforta sobre todo al reconocido triatleta valenciano porque hace algo más de tres meses fue intervenido de un tumor en el aductor izquierdo. Participó en el Medio Ironman de Valencia, también en Xilxes y ahora ha alcanzado ya su punto óptimo con ese segundo puesto en una prueba (1,9 kms de nado, 90 kms de bici y 21 kms corriendo) que completó en 3:49. «Nos llovió y nos hizo mucho viento pero las sensaciones que tuve fueron muy buenas. Gómez Noya, el mejor triatleta de la historia, me sacó un 1:20 en el agua y 1:10 en la bici. Corrí a 3.30 el kilómetro pero no pude alcanzarle. Fuímos muy rápidos y de hecho se batió el récord del circuito. Gómez Noya con 40 años está en un estado de forma excepcional, es un gran ejemplo para todos».