«Me alimento de retos y me gusta superarme cada día un poco más»

Sus abuelos la llamaban «sirenita» y no iban desencaminados. La surfista valenciana Mireia Cabañes es una deportista todoterreno. Lleva cerca de dos años practicando surf adaptado debido a su discapacidad - a los 6 años empezó con dolores en la pierna izquierda y al final le detectaron un sarcoma de Ewing y se la tuvieron que amputar para luego reinsertar-. Ha ganado un sinfín de medallas en España y viene de lograr una plata en el pasado Mundial disputado en Pismo Beach, California. Y no ganó por un segundo de diferencia con la española María Martín-Granizo. «Me alimento de retos y me gusta superarme cada día un poco más», apunta.

«Tardé en llegar al surf porque no tenía referentes, y ahora yo trato de serlo para intentar hacer ver lo que yo siento, para acercarlos a este deporte. Estoy segura que si alguien lo prueba, al final sigue», afirma sonriente la surfista, que empezó desde pequeña a practicar natación y luego se pasó al surf gracias a un documental que le inspiró.

Vive en Valencia pero está instalada para entrenar en el norte en la mayoría de ocasiones, a través de la Federación Cántabra. En Valencia no hay un organismo al respecto y allí hay más recursos y mejores condiciones de tiempo para practicar lo que más le apasiona. Además, Mireia irá a la concentración a principios de enero de Allianz Promesas Paralímpicas para competir en la nieve por primera vez. Es uno de sus próximos retos. «Tenía previsto en enero bajar a Sierra Nevada a entrenar y me ha surgido la oportunidad de hacer unas pruebas para el Allianz Promesas en la modalidad de snow. A ver si consigo que me seleccionen y entrenar con ellos, sería empezar el 2023 de la mejor manera», subraya la valenciana.

Hace unas semanas participó en su segundo campeonato del mundo. En el primero tuvo mala suerte porque además llegó con fiebre y no pudo estar en la final. El segundo fue mejor. Consiguió una plata con el equipo español y por tan solo un segundo no se hizo con el oro. «Fui ganando toda la manga, pero me la jugué en la última ola y me caí y en los últimos diez o quince segundos María cogió una ola y cuando salimos no sabíamos quien había ganado. No hay que bajar la guardia hasta el final, es una lección aprendida y fue una manga muy reñida y muy divertida», señala a Las Provincias.

Además de la nieve, también tiene marcado otro objetivo. Una nueva prótesis que le permita emplearla en el agua, que no existe por ahora y lleva un año tratando de lograrla. Le proporcionaría la autonomía que le falta. «Estoy pidiendo presupuestos porque además la tengo que pagar yo, no me la financian. El objetivo es conseguirla para el primer trimestre del año y a largo plazo sería un salto, es más esfuerzo pero valdrá la pena», reseña al respecto.

Con 7 años se quedó sin su pierna izquierda. Le hicieron una rotoplastia y desde ese momento fue otra persona. «Me ha robado tiempo y una pierna, pero me ha dado muchas cosas, como mi personalidad y perder el miedo», cuenta. «Entreno en readaptación deportiva en el Hospital Imske, con muchos estiramientos y cada vez que puedo me escapo al norte para poder entrenar, porque aquí (en Valencia) no es fácil por la falta de olas. Espero que acaben la piscina de olas de La Nucía y, si no, me iría al norte como hago a veces», afirma sobre su día a día.

Proyecto Di-Capacidad del Levante

A su discapacidad se le suma el tema económico, que todavía lo complica pero sale adelante. La surfista tiene una beca predoctoral en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y gracias a algunos patrocinadores que le proporcionan ayuda. El Proyecto FER también se interesó, pero no se concretó porque el surf no es una disciplina paralímpica. Pero hay otro proyecto que tiene opciones de abrazarla. Y es el de Di-Capacidad del Levante UD. Le llamaron, tuvo una reunión con ellos y probablemente entre en 2023 a formar parte del proyecto granota. «A mí lo que más me gusta es concienciar y quieren tener más representantes femeninas», comenta sobre ello.

Traspasa fronteras en redes sociales

Con TikTok se ha dado a conocer fuera de nuestras fronteras e incluso desde Argentina o México le han escrito para pedirle consejos alrededor de sus vivencias. «Es muy gratificante, porque poder ayudar desde tu experiencia es muy bonito». También le ha ocurrido con gente que no tiene ningún tipo de diversidad y gracias a ella ha probado el surf. Además, participa en charlas en colegios y ponencias para exponer su historia a través de amigos y asociaciones, incluso alguna empresa le ha llamado para hacer de motivadora de cara a sus empleados. Sin duda, es todo un ejemplo de superación y un espejo para la sociedad.

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