Àlvar Gimeno aún tiene la voz ronca, vestigio del estallido de euforia y las horas posteriores del histórico partido entre España y Portugal de ... este domingo 13 de marzo. El valenciano es uno de los leones que disputarán un Mundial 24 años después. «Bueno, ahora hay que llegar», matiza el jugador, que en estos momentos vive su segunda etapa en el VRAC, después de dos temporadas en Francia. Contra Rumanía se marcó un impresionante ensayo rompiendo la línea rival, frente a los lusos el triunfo fue aún más trabajado: «Son un equipo muy físico, ahora me duele todo el cuerpo. Hoy a descansar, trabajo con el fisio y mañana (este martes), ya tenemos que entrenar».
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Porque esta selección no se conforma con nada. El triunfo ante Portugal les permite disputar el Mundial del próximo año… «Ahora vamos a por el Campeonato de Europa. Sabemos que es complicado porque tenemos que ganar a Georgia, los ganadores de las últimas ediciones, y en su casa. Pero nosotros lo intentaremos», comenta Àlvar Gimeno, de cara al encuentro que se disputará el próximo fin de semana.
Los Leones acaban de conseguir un éxito que muchos aficionados al rugby catalogan como una nueva oportunidad para relanzar este deporte en España. Ya lo fue en la fase de clasificación del anterior Mundial, y en aquella ocasión se desató una polémica que perjudicó claramente una modalidad de la que suelen destacar sus valores. Parecía el mejor momento de la historia en este país, después de que los equipos de seven hubieran participado en los Juegos Olímpicos de Río, y aquello acabó en pesadilla.
Ahora España ha juntado un grupo al que se le ha presentado de nuevo la ocasión y no la ha desaprovechado. «Se ha trabajado muy bien, es una selección fuerte en cuanto a mentalidad y en el aspecto físico», señala Àlvar Gimeno, que lo tiene claro cuando se le pregunta por el lugar de origen de algunos de los componentes de la selección: «Lo importante no es eso, sino lo que sienten por este país y por este proyecto».
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¿Y cuál es el sentimiento de Àlvar Gimeno? «Estoy como si se hubiera hecho realidad un sueño», resalta. Cuando se le pregunta por el siguiente reto, replica: «Déjame que viva este, que aún tenemos que disputar el Mundial de Francia… pero yo no me conformo con nada, hay que luchar. Me gustaría en algún momento de mi carrera experimentar lo que es jugar a rugby en Nueva Zelanda. Será lo más pronto posible».
De momento completa su segunda etapa en el VRAC, uno de los clubes punteros de la División de Honor, después de haber pasado dos años en Francia tras una primera en Valladolid tras salir del CAU, su equipo de origen. «Del rugby lo que he sacado son los amigos y todo lo que he disfrutado de este deporte. He tenido la suerte de integrar una gran generación, de gente que nacimos entre el 96 y el 98. He podido disfrutar mucho», señala Àlvar Gimeno.
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Su padre es Toni Gimeno, alma máter del CAU tanto de jugador como entrenador, pero también le queda una pequeña espina: el balonmano. «Es un deporte que me habría gustado practicar», señala Àlvar, hijo de Yolanda Soria, que fue profesional de esa modalidad en el histórico Iber, con el que ganó varios títulos, y fue internacional: «Siempre he dicho que me habría gustado jugar a balonmano, podría haber dado caña… pero es que al final tienes que elegir. De niño también hice judo y fútbol, que fue el primero que descarté porque se solapaban los horarios con el rugby».
El rugby español ganó un león y el de la Comunitat, un referente. «En la selección también están Guillermo Domínguez, que suele entrenar con nosotros, y Vicente del Hoyo, que ahora está lesionado», apunta Àlvar Gimeno. Son figuras que deben ser incentivar a las nuevas generaciones para que el deporte ovalado crezca en Castellón, Valencia y Alicante, donde en la actualidad hay unas 5.000 licencias. Cuando se le pregunta si existe materia prima para convertirse en una tercera 'potencia' nacional, similar al País Vasco o Valladolid, responde: «Es que eso son palabras mayores… en Valladolid se vive el rugby de una manera diferente, pero con trabajo todo se puede conseguir».
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El tiempo dirá cuántos campeonatos internacionales disputa Àlvar Gimeno, nacido en diciembre de 1997. Por cuántas ligas pasa y si, aunque él cree que no, en algún momento prueba con el seven para ser olímpico: «En principio no entra en mis planes, es casi un deporte diferente». Lo que no olvida es al CAU Valencia. De hecho, nunca ha dejado de ser cauero. «Volveré a jugar en mi club, en la categoría que sea. Y en el futuro me veo en el equipo de veteranos», afirma. Y vinculado, de alguna forma, al rugby para toda la vida. De momento se ha ganado por derecho propio lucir el escudo del león dentro de un año en Francia, cuando España dispute un Mundial casi un cuarto de siglo después.
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