Ayumi Leiva, la judoca que escapó del yugo de Cuba y pelea por competir en España

Todo esto a pesar de que la Federación Valenciana solicitara a la Española que se hiciera una excepción. Sólo con conocer su historia de cómo entró a España resulta evidente que no podrá documentar que lleva 11 años practicando judo. Su salto al vacío tuvo lugar el 7 de agosto. Viajaba con la selección cubana para disputar un clasificatorio para el Panamericano junior, que se celebraba en Cali. Al no haber vuelos directos desde la isla a Colombia, la expedición hizo escala en Madrid. Aprovechó un descuido en el aeropuerto de Barajas para escaparse junto a otra compañera y pedir asilo político.

«La policía me atendió muy bien, no parecían policías. Fuimos a un centro de acogida de Madrid y allí me explicaron que podía permanecer seis meses en un plan», explica la joven en una carta remitida a Juan Carlos Barcos, presidente de la Federación Española. En ella la chica de 19 años explica su situación con la esperanza de que le permitieran competir en el Campeonato de España absoluto y en el junior de 2022: «Así podré optar a unos resultados que me permitirán obtener alguna ayuda para vivir porque en marzo dejaré de resibir la de la Cruz Roja».

Fue precisamente esta institución la que se hizo cargo de la joven cuando se tramitó su asilo político, con lo que es residente legal de pleno derecho en España. Ayumi ya tenía clara su estrategia en busca de nuevos horizontes porque sabía del centro de alto rendimiento de Benimaclet. «Pedí que me trajeran a Valencia porque sé desde que residía en Cuba que aquí puedo conseguir grandes resultados», señala Ayumi Leiva: «Lo más duro de todo es que sé que no voy a poder ver a mi familia, pero he encontrado una segunda familia con mis compañeros».

En su país de origen deja atrás a los suyos, pero también el cinturón negro y los documentos que acreditan que lleva once años practicando judo. Claro está, tampoco pudo hacerse con su equipaje en Barajas. Le toca empezar de cero, pero no había previsto que la primera técnica de ippon en España debería aplicársela a una Federación. Cuenta con permiso de residencia, NIE, tarjeta roja... lo suficiente para competir en la fase territorial y en los campeonatos internacionales, ¡pero no en el de España!

«Mi deseo es nacionalizarme y poder competir por España para devolver todo lo que han hecho por mí. Quiero intentar conseguir esa medalla olímpica que tanto anhelan», comenta la cubana, que compite habitualmente en la categoría de -48 kilos. «Cualquier ayuda que reciba es muy importante. Sólo con lo que ahorro con las dietas de un día cuando vamos de campeonato puedo vivir yo y enviar dinero a mi madre para que puedan comer durante dos semanas. Es doloroso decirlo, pero es así», asegura en su carta al presidente de la Federación Española.

Cuando a Ayumi le dieron el billete de AVE con destino a Valencia sonrió. En Benimaclet empezó a labrarse, sobre el tatami, un nuevo futuro para ella y la familia que dejó atrás al escapar del yugo cubano. Ahora esa felicidad se ha tornado en lágrimas a causa de una aplicación estricta de la normativa. Desde luego decisiones así encajan difícilmente con la estrategia del COE de fomentar el desarrollo personal de refugiados a través del deporte. Al menos así se argumentó cuando el presidente del comité olímpico español, Alejandro Blanco, inauguró en Getafe el pasado mes de julio. el primer polideportivo del mundo para refugiados. Ayumi tiene en Valencia dónde residir, con quién entrenar y condiciones para labrarse una nueva vida a través de yudo. Necesita cuanto antes olvidarse de la burocracia y centrarse en el judo.