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Marcos Sánchez
Valencia
Sábado, 22 de febrero 2025, 18:49
No, la normalidad no se ha alcanzado en los pueblos afectados por la dana. Por más que se repita hasta la saciedad por parte de la clase política, todavía queda mucho por hacer. Las calles necesitan una constante limpieza debido a la suciedad en el ambiente, negocios destartalados que tardarán meses en retomar la actividad y polideportivos y colegios que se encuentran en estado pésimo que no permiten su utilización. Y así un sinfín de cosas más.
Uno de los colegios que sufrió esta situación es el Lluís Vives de Paiporta. En este mismo centro educativo estaba entrenando el Club Gimnasia Estética de Paiporta antes de la dana, sin embargo, tras los estragos del temporal en la infraestructura es peligroso continuar en el gimnasio del colegio. Ante esta situación se vieron desamparadas, un grupo de seis entrenadoras a cargo de casi 90 niñas, sin espacio para entrenar, sin material deportivo y con el campeonato de España a menos de un mes. ¿Qué quedaba ante esto? la improvisación.
«Empezamos a buscar algún sitio para poder entrenar. Ya que, en la propia calle, las niñas no tenían ni para poder salir a entrenar, ni a un parque. Al final, quedamos para poder entrenar en un parque, a jugar y a hacer un poco de deporte, pero vimos, que esto no podíamos llevarlo a cabo, porque no se podía ni andar por las calles», afirmaba Ana María Araes, presidenta del gimnasia de Paiporta.
Entonces es cuando se les apareció un club salvador, un ángel en su camino, el Club de Gimnasia Estética de la Canyada que viendo en el momento que se encontraban decidieron abrirles las puertas dos semanas después de la dana para que, pese a la gravedad de la situación en el municipio, algunas niñas pudiesen alejarse de esta situación excepcional y recuperar unas horas de normalidad tras tanto caos. Además, en ese mismo momento, una ayuda de la Fundación Trinidad Alfonso para poder tener acceso a una furgoneta de nueve plazas.
Sin embargo, llevarlas para entrenar tan solo una hora era un ejercicio titánico que demostraba la entrega y el sacrificio, que hacían desde el propio club para que esas niñas, que algunas habían perdido su casa, pudiesen recuperar su sonrisa y brillo que se había apagado por culpa de la dana.
«Salir de Paiporta, era una más de una hora, y volver más de lo mismo. Pero, claro, allí solo podíamos ir algunos días con cada equipo, no podían ir todas, de las 90 que éramos, solo iban unas 20 y pocas, y no todos los días, porque íbamos turnándolas, y en la furgoneta cabían nueve. Algún día íbamos con la furgoneta a Valencia, ellas cogían un Cabify y así podían venir unas cuantas más. Todo esto lo hicimos porque teníamos el campeonato de España en diciembre. Además, queríamos que las niñas pues se juntasen y entrenasen, para salir un poco de la población», afirmaba la presidenta del club.
Un esfuerzo que valió la pena, porque gracias tanto el apoyo de los clubes, como de la Federación consiguieron ir al campeonato de España, y los tres equipos que las representaron no se fueron de vacío, porque consiguieron dos subcampeonatos de España en senior, y un tercer puesto.
A día de hoy, el reto sigue siendo a un mayor. La situación ha mejorado, ya que gracias a las ayudas que han recibido tanto de Divina Pastora, como la de plataforma Alcem-se han pasado de entrenar en una sala grande de un casino a una nave que pueden alquilar y ya van recuperando el material deportivo tan básico como, unas colchonetas o equipos de música, pero todavía les quedan cosas esenciales por tener. Además, tras este traslado también se presentan nuevas dificultades, como el frío.
«Hemos comprado el suelo de colchonetas. De hecho, ya me han traído otro lote. Porque, tu imagínate el frío que hace, ya que el suelo de la nave es de hormigón, y ahí no se puede estar. Lo que necesitamos son barras para la pared, que son barras de ballet que están sobre una pared, para sujetarse y hacer ejercicios ahí. Tampoco tenemos bancos suizos, nada donde apoyarnos o sentarnos, material de trabajo para ellas que le hacen falta cosas, e incluso, nos haría falta una bomba de calor», afirmaba la presidenta del club.
Si a las propias dificultades que ha generado la dana, se le suma que esta temporada de 2025, el campeonato de España se ha adelantado al mes de junio. las cosas se ponen cuesta arriba, ya que llegan con los tiempos justos, porque la gimnasia estética es un deporte que requiere de una minuciosa precisión y perfecta coordinación.
«Al final este deporte no es como el baloncesto o el fútbol, en el que se entrena y ya está. Aquí es más que eso, ya que hay que entrenar una coreografía, que eso lleva un tiempo. Posteriormente hay que trabajar enormemente esa coreografía muchas veces para poder estar totalmente sincronizadas para poder ir a competición. Entonces se necesitan unos meses para esto, porque si no termina saliendo, tiene que estar hecho al milímetro y coordinado», afirmaba María Araes Martínez, presidenta del club.
Además, la mentalidad de ellas, pese a que no lleguen al 100% es positiva. sin embargo, ni ellas ni las niñas esconden el sufrimiento de estos meses, y como ahora, después de tanto tiempo en el que no podían entrenar han vuelto a reunirse poco a poco y retomando la rutina de antes.
«Está claro que no podemos ir al 100%, aunque, eso siempre es difícil de conseguir, pero conseguir al menos ir al 80%. En el momento en el que nos juntamos para volver a entrenar, las sonrisas volvieron a las caras. No tenían forma de verse con ellas o con otros niños, piensa que estaban encerradas en casa o las habían mandado a otras poblaciones, y eso les había roto totalmente sus esquemas de colegio, de deporte, de amistades, de todo. Entonces al volver a juntarnos para entrenar, no toné ese brillo en los ojos que no se me va a olvidar, ni las sonrisas, fue mágico, lo que hace el deporte y como te unes como una familia», explicaba la presidenta del club.
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