«Debería ser el abanderado porque soy el que tiene mayor palmarés»

Dos medallas de oro, una de plata y una de bronce deberían bastar para considerar a Saúl Craviotto como el candidato perfecto a ser el abanderado español de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Sin embargo, el piragüista de Lérida no quiere «entrar en polémicas» y solo le preocupa vencer al combinado alemán para subirse al escalón más alto del podio. Para conseguirlo, Valencia se ha convertido en la ciudad elegida para entrenarse durante los últimos diez días.

-¿Qué han encontrado aquí en Valencia que les ha conquistado en tan solo diez días?

-Bueno, pues a nivel deportivo reúne las condicione que necesitamos para Tokio. Nos ha gustado mucho y nos vamos con un gran sabor de boca. Luego, a nivel ocio, tener una ciudad como Valencia cerca también ayuda. El deporte no es sólo el físico. Hemos tenido poco tiempo libre, pero lo hemos aprovechado. Hemos visitado las zonas más turísticas y nos ha encantado. Hay muchas cosas que nos han cautivado.

-¿De aquí a un año podremos decir que los campeones olímpicos se entrenaron en Valencia?

-Bueno, ojalá. La búsqueda de ese oro se ha iniciado en Valencia. Seguramente vengamos más veces porque hemos tenido una concentración muy chula. Yo voy a por el oro, pero al igual que los alemanes, igual que los rusos e igual que todos los contrincantes. Hemos obtenido plata en 2017, 2018 y 2019, o sea que estamos en la pomada y tenemos a los alemanes cada vez más cerca. Así que vamos a por el oro.

-En esa batalla particular frente a la selección alemana, ¿tiene usted ganas de revancha?

-Sí, yo estoy bastante picado, la verdad. El ganar siempre te acaba relajando porque ya no tienes esa necesidad de analizar o de investigar cómo arañar esas milésimas. Si siempre ganas te tranquilizas. Cuando eres siempre segundo tienes algo dentro e intentas rascar milésimas de la forma que sea. Ahora estamos cada vez más cerca de lograrlo. En el Mundial ya asustamos a los alemanes y tenemos los ingredientes perfectos para ganarles en Tokio.

-A pesar de esa filosofía de dejar de ganar para ser más competitivo, es usted uno de los españoles más laureados de la historia del deporte nacional. ¿Cómo se siente?

-Pues la verdad que normal. Tampoco pienso mucho en ello. Yo ahora mismo pienso en mi día a día. Yo creo que cuando anuncie mi retirada ya miraré para atrás y veré todo lo que he conseguido. Lo que tengo claro es que del pasado no se puede vivir y aunque tenga muchas medallas, eso no me va a ayudar a ganar en Tokio. Hay que centrarse, poner los pies en el suelo, con humildad, con respeto a los rivales y con la mente puesta en esa quinta medalla que queremos conseguir.

-Lo ha mencionado pero, ¿cuánto tiempo queda para esa retirada?

-Bueno, no lo sé. Tengo 34 años y en breve cumplo 35, a los siguientes Juegos llegaría con 38 o 39 años. Si me cuido, me mantengo bien y si estoy ilusionado, que al final es lo más importante, seguiré. Uno de los alemanes que va en el K4 tiene 38 años, así que si me cuido y tengo ganas puedo aguantar hasta los siguientes Juegos. Ahora mismo sólo pienso en Tokio. Después de las vacaciones y de ver cómo ha ido todo, ya veremos si empiezo otra vez.

-¿Cuál cree que es la sensación que tienen sus compañeros al formar equipo con uno de los mejores piragüistas españoles de la historia?

-Bueno, eso habría que preguntárselo a ellos. Pero aquí yo soy uno más. La clave es que en el equipo todos valemos y aportamos lo mismo. Yo no creo que sientan ni más presión ni menos presión ni más exigencia ni menos. Estamos haciendo un grandísimo trabajo y estoy convencido de que si nos dejan trabajar tranquilos lograremos ese oro.

-¿Considera que la humildad es la base de todo el éxito que ha conseguido?

-Bueno, yo siempre soy así. Mis padres me han enseñado que nunca puedes creerte nada. Es importante disfrutar el éxito, tampoco es ganar un oro olímpico y al día siguiente tener los pies en el suelo. Tienes que disfrutar unas semanas porque para eso luchas durante cuatro años. Una vez pasado ese mes o dos meses, es importante darle a la tecla de reset y volver a poner los pies en el suelo para no desvariar.

-Tiene la cabeza en la parte deportiva de Tokio pero imagino que de vez en cuando le rondará por la mente el tema de ser el abanderado español, ¿no?

-Lo pienso de refilón. Tampoco le quiero dar muchas vueltas porque al final te acabas ilusionando y es una decisión en la que yo no tengo nada que ver. Yo soy un deportista, soy como un trabajador más de una gran empresa y los que mandan y deciden eso son una junta de federaciones. Si se siguen los criterios actuales, en principio, tendría que ser yo porque soy el que tiene mayor palmarés. Aunque ha habido veces que no ha sido así. En los Juegos pasados fue Rafa Nadal y no era el que más medallas tenía. No sé quién va a decidir eso, pero si me toca a mí sería muy feliz.

-¿Qué le parecen las declaraciones de Sergio Ramos en las que aseguró que quería jugar con la selección en las Olimpiadas y ser el abanderado nacional?

-No sé si es Sergio Ramos el que lo pide. Desconozco quién está luchando porque él sea el abanderado. Yo estoy centrado en lo mío y si al final se decide que sea él, yo le apoyaré encantado. Al final lo más importante es sacar el mayor número de medallas para nuestro país. Yo no quiero entrar en polémicas ni en luchas.

-Si consigue esa medalla de oro tan deseada, ¿volverá a Valencia aunque solo sea para enseñar el metal?

-Por supuesto. Si gano me recorro España entera si hace falta.