El equipo del que más presume Les Abelles

Sobre el césped del polideportivo Quatre Carreres se escucha al entrenador dando indicaciones para el siguiente ejercicio:«Darío, ponte aquí». Mientras, Santi Sanmartí, uno de los impulsores de este proyecto, explica cómo surgió:«En Cullera montaron un equipo a raíz de un chaval que estuvo en Escocia con chicos con habilidades especiales». La idea les encantó y se pusieron en marcha: «Junto a Nacho Ruiz, estudiamos la posibilidad de encontrar asociaciones para empezar el proyecto. Con Tots Junts Podem hicimos unas ocho o diez sesiones de preparación y el resultado fue increíble».

Reconoce Sanmartí que esperaban «menos gente». Corría el año 2017 y llegaron a sumar más de 20 personas los lunes en el campo de Diego 'El Pantera'. La pandemia ha frenado un poco el ritmo de crecimiento de los inscritos. Ahora, son alguno menos pero se lo pasan en grande. Hace unos fines de semana atrás se marcharon a realizar diferentes actividades, como rafting. «Algunos miembros del equipo son autónomos, pero otros no y nos ayudamos todos», explican.

El equipo está formado por jugadores y por facilitadores. Estos últimos son voluntarios como Belén o Mery, también María José, que es la mamá de Walter, uno de los chicos que ayudan a aquellos con menor movilidad. Lo hacen tanto en las sesiones preparatorias como en los partidos. «Los jugadores que no tienen un control sobre su habilidad psicomotriz o los facilitadores que no saben jugar, llevan un casco rojo. Así que cuando ves a uno, en lugar de placarle, lo que tienes que hacer es cogerlo y lo acompañas al suelo y lo dejas ahí, así se evita cualquier tipo de lesión».

Una vez consolidado el equipo, ahora los impulsores de la iniciativa tienen dos objetivos. Uno de ellos va encaminado hacia los más pequeños. El desconocimiento y algunos estigmas sobre el rugby le alejan del foco de algunas familias que ni se plantean inscribir a sus pequeños en este deporte. Desprenderse de las etiquetas es fundamental para todos, desde las personas hasta el propio deporte. «Walter juega los lunes con nosotros, pero también está con el equipo sub-18 porque tiene capacidad para ello. Si un niño o niña empieza a practicar rugby con seis o siete añitos, como lo hacen en el equipo no inclusivo, es posible que pueda llegar a asumir conceptos como cualquier otro». Tania, que justo hace un ensayo, también es una «súper atleta» que sería muy bien recibida en el equipo femenino de Les Abelles División de Honor, pero prefiere esperar.

El otro foco de esta sección y de las de equipos de Cullera, Madrid, Toledo o Barcelona es crear una liga que no disgregue:«En la Federación Internacional apuestan por unos campeonatos que no son mixtos y para nosotros eso es una inclusión exclusiva, así que no participamos. Queremos esa competición mixta que sea totalmente inclusiva». También explica Sanmartí que sería interesante campeonatos donde los vencedores fueran todos aquellos que disfrutan:«A todos nos gusta ganar, tenemos ese gen competitivo pero, ¿por qué no hacer de estas competiciones una fiesta en la que todos ganen?».

El miércoles, Walter, Tania, Javi, Quique y los demás vuelven al polideportivo, es día de 'running'. Los viernes, la actividad la eligen ellos y seguro que pese a los 'piques' todos ganan. Como Les Abelles.