Gedeón Guardiola forma parte de una camada de los Hispanos que está a punto de ceder el testigo tras acumular un sinfín de éxitos. En el caso del pivote de Petrer, tiene un oro mundial y dos europeos, donde también se ha colgado una plata y un bronce. Le falta el metal olímpico. «En Estocolmo cierran todo pronto, no nos dieron demasiada bola», bromea sobre la celebración de la victoria en la final del domingo ante Croacia. A sus 35 años, el pivote permanecerá al menos dos temporadas más en activo, ya que acaba de firmar por el Lemgo, donde volverá a coincidir con Isaías, su hermano gemelo.
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–¿En qué momento de su carrera deportiva se encuentra?
–Físicamente, por ahora me encuentro bien. La selección exige un punto más de esfuerzo, de dejar a la familia y de entrenamientos. Eso hay que planteárselo a corto plazo, pero aún no he decidido nada.
–¿Dejarla tras los Juegos?
–Seguramente debería... pero voy a hablar con Jordi (Ribera, el seleccionador), a ver qué planes tiene.
–Se está hablando mucho de un final de etapa en los Hispanos...
–Sí. Nuestro grupo ha logrado un gran rendimiento, pero detrás viene gente joven que, con paciencia y tiempo, cogerá ese nivel, y más si sigue Jordi. Le encanta trabajar con gente joven con proyección y creo que en España el balonmano siempre ha sido un deporte fuerte.
–¿Cómo es posible que el balonmano dé tantos éxitos con la poca atención que se le presta?
–Ha coincidido un grupo humano y trabajo bien hecho. Más de la mitad de los jugadores están en equipos punteros de ligas extranjeras, y eso también eso ha dado un plus a la selección. Casi todos disputan la Champions, que es mucho más exigente que hace unos años y eso individualmente nos ha mejorado mucho. A ver si poco a poco la Asobal se va poniendo más competitiva y se puede jugar en España a un buen nivel.
–¿Sueña con retirarse en España?
–No lo tengo claro. Me gustaría retirarme en casa y más después de tanto tiempo fuera (se marchó a Alemania en 2012). Lo que pasa es que no querría estar arrastrándome en las pistas por el hecho de acabar en España. Haré estos dos años que he firmado con el Lemgo y luego lo hablaremos en familia.
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–Tiene dos hijos...
–Sí, uno de cinco y otro de tres, y están encantados en Alemania. Ahora han pasado unos días en Petrer y pedían volver. Para nosotros es muy importante que se sientan como en casa. Paula (su mujer) y yo también estamos muy cómodos allí.
–¿Ella no le pide regresar?
–¡No, no! Hemos cogido la rutina, tenemos amigos y nos hemos adaptado a las tradiciones y la vida alemanas. A la hora de decidir el siguiente contrato ella tenía claro que no quería cambiar de país.
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–¿Qué echa de menos?
–Sobre todo, que vivimos en un pueblo pequeño y no hay tanta vida en la calle. Y la alimentación. Aquí hay poca variedad de pescado, así que cuando vamos unos días a casa, compramos casi todos los días.
–¿Cómo ve la situación del balonmano en la Comunitat?
–Lo sigo por las redes y en las categorías de base están bien, crece el interés por el balonmano, tanto masculino como femenino. En élite, Benidorm y Puerto de Sagunto están haciendo un esfuerzo que es de admirar. Comparo con la situación de Alemania y en unas condiciones bastante peores están siendo capaces de disfrutar de nuestro deporte.
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–¿Qué hay que hacer para que la Asobal tenga ese crecimiento?
–Justo lo hemos estado hablando en la selección. Se necesita que el Gobierno ayude en la esponsorización de los clubes con la ley de mecenazgo, eso en Alemania funciona muy bien. Creo que es fundamental para que los deportes evolucionen, el espectáculo prospere y tengamos variedad, que no sea todo fútbol.
–Más allá de lo económico, ¿les sorprende que la gente se emocione tanto con partidos como el del domingo y luego le preste tan poca atención al balonmano?
–Hay que incentivar a la gente a que vaya a los pabellones, que sea más espectáculo. Es difícil competir con el fútbol, pero que el balonmano apueste más por lugares con pocos deportes. Y creo que debería salir más en la televisión.
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–¿Ve una solución que apoyen los clubes de fútbol?
–Podría serlo. Sabemos los presupuestos que manejan y montar un equipo de balonmano no supone tanto. Es sólo que esas instituciones tengan un poco de interés.
–¿Cómo vivió la polémica acción de la final del Mundial femenino que privó a las Guerreras del oro?
–De primeras me indigné mucho. Está mal que lo diga, pero no conocía esa regla. Está bien pitado.
–¿Se habló en la concentración, no fuera a sucederles algo similar a los Hispanos en el Europeo?
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–No. Sabemos qué parejas de árbitros son más influyentes, pero el equipo estaba muy seguro de que si hacía bien su trabajo las decisiones no iban a pesar tanto.
–El equipo ha sabido sufrir en los finales ajustados...
–Sí. En la fase previa hemos ganado con bastante soltura, pero después hemos tenido momentos complicados. El equipo ha respondido y sobre todo ha mantenido el nivel defensivo y de repliegue. Son detalles que te dan el plus necesario.
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–Contra Croacia, cuando se atascaron en ataque, se vio lo bien que defiende esta selección...
–Todo el mundo sabe que es nuestro punto más fuerte. En este campeonato hemos variado las defensas 6-0 y 5-1 y hemos mantenido un nivel increíble. De los mejores en los años que llevo aquí.
–¿Tiene ansiedad de cara a los Juegos al ser la medalla que le falta?
–Ahora no. Supone un alivio que el equipo español esté presente porque cuando nos quedamos fuera en Río fue el mayor palo de nuestra carrera. El grupo tenía una espina clavada y ahora contamos con cuatro o cinco meses para preparar los Juegos a conciencia. Es la medalla que nos falta a muchos y vamos a intentar sacarla en Tokio como sea.
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–¿Sería la que guarde con más cariño cuando se retire?
–Buena pregunta. El oro del Mundial de España fue la primera, pero la de este campeonato la voy a recordar mucho porque es el último Europeo de muchos. Espero que me quede alguna medalla por recoger.
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