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Gedeón Guardiola: «Nos valoran más en el extranjero»
TRABAJO, SILENCIO Y SUERTE

Gedeón Guardiola: «Nos valoran más en el extranjero»

El de Petrer, pivote de España en el Mundial de Egipto, repasa su trayectoria en el CB Valencia y ahora en Alemania

cayetano ros

Jueves, 4 de febrero 2021, 23:47

- Gedeón es un nombre hebreo que significa 'guerrero poderoso'. ¿Fue un vaticinio?

- No, tiene que ver con mi bisabuelo. Su padre era sacristán de la parroquia de Petrer y tuvo dos hijos gemelos: al primero tenía claro que se llamaría Isaías y, al ver que había un segundo, abrió la biblia y salió el nombre de Gedeón. Entonces mi abuela materna, al ver que nosotros íbamos a ser también gemelos, le dijo a mi madre que nos pusiera los mismos nombres: Isaías y Gedeón. No conozco a nadie que se llame como yo. A mi abuelo, pese a llamarse Pepe, todos en el pueblo le llamaban El Gedeón.

- ¿Qué valores les transmitieron sus padres?

- Esfuerzo, constancia y que hay que trabajar desde cero, como ellos. Mi madre fue ‘aparadora’: cosía los zapatos; y mi padre gerente de una fábrica de bolsos. Toda la zona vive de eso, de la marroquinería. No tuvieron estudios ni tampoco fueron deportistas salvo mi abuelo materno, que fue un delantero centro del Eldense muy famoso en el pueblo.

- Su pueblo está en la frontera lingüística del valenciano.

- Sí, mi madre lo habla, yo estudié en la línea en valenciano y siempre me ha gustado hablarlo y escucharlo. En el pueblo de al lado, Elda, ya se habla solo castellano.

- ¿Estudió en colegios públicos?

- Sí, en el Reina Sofía de Petrer, y después en instituto Paco Mollà, hasta que, con 16 años, me trasladé a Valencia y entré en el Ferrer y Guardia hasta la selectividad. Intenté varias carreras y retomé una de ellas hace cinco años: Psicología.

- ¿De qué le ha servido en su profesión de jugador de balonmano?

- Me ayuda a concentrarme en los partidos. La psicología quiero aplicarla cuando sea entrenador: quiero sacarme la licencia de entrenador nacional e internacional. En el deporte hay que llevar bien la victoria, la derrota, ganar dinero, no ganarlo… Pocos profesionales tienen una vida tan sacrificada como un deportista de alto nivel. Sobre todo por el tiempo que pasas fuera sin ver a tu mujer (Paula) y a tus hijos (Gedeón, de 6 años, y Alma, de 4).

- ¿Cómo le condicionó el físico (mide 1,99m y pese 104 kilos)?

- En las filas del colegio, mi hermano y yo siempre éramos grandes. A los nueve años, en Educación Física, nos enseñaron a jugar al balonmano y nos gustó bastante. Entendimos muy rápido las reglas y nos vimos muy capacitados. Nos apuntamos a la escuela municipal y creamos un grupo de amigos que aún perdura.

- ¿Quién es mejor, usted o su hermano?

- Los dos nos hemos desarrollado como especialistas defensivos: blocajes y robos de balón. Yo empecé de lateral izquierdo y mi hermano se hizo zurdo para jugar al otro lado. Cuando fui al Valencia ya me pusieron de pivote.

- ¿Cómo que se hizo zurdo?

- El entrenador de la escuela municipal, Quique Maestre, vio que a mi hermano se le daba bien la izquierda, así que le hizo jugar solo con la zurda. Y ahora mi hermano escribe, come y juega al tenis con la derecha, pero al balonmano con la izquierda.

- ¿No le aburre ser un jugador tan defensivo (ha sido el segundo mejor recuperador del reciente Mundial de Egipto, en el que España ha sido bronce)?

- Me encanta. A veces robo un balón y me paro, no tiro la contra, y se lo paso al compañero. ‘Soy más listo que tú porque te he robado el balón’. Me encanta hacer una muralla. Los compañeros y entrenadores lo valoran mucho; puede que el espectador valore más a los jugadores de ataque. Pero yo no dejo de entrenarme en ataque por si alguna vez el equipo me necesita.

- ¿Cómo concilia el paso de los años con el peso y la agilidad?

- Ahora peso entre 105 y 106 kilos porque hemos hecho muchas pesas. Al menos una vez al día hago ejercicios específicos. Tengo que estar muy fuerte, con masa muscular alta, pero al mismo tiempo ser rápido. Combinar las dos cosas.

- ¿Le da rabia que los medios de comunicación solo nos ocupemos del balonmano cuando la selección gana algo?

- Es entendible. Competir con el fútbol y el baloncesto es muy difícil. Este mes al menos la gente ha estado pendiente del balonmano. ¡Qué le vamos a hacer! La Liga española no está en su mejor momento y casi todos los internacionales estamos fuera de España jugando.

- ¿Por qué?

- Porque te pagan mucho más en el extranjero y te tratan como un verdadero profesional, sobre todo en Francia y Alemania. Económica y deportivamente te valoran más. También los mejores entrenadores españoles están fuera. Y eso quiere decir que el balonmano es un deporte importante en España. Es un orgullo.

- Pero también da pena que se tengan que marchar.

- Sí, sobre todo por los jóvenes. En Alemania la ley de mecenazgo permite que los equipos estén mucho mejor formados estructuralmente, con un montón de departamentos, mucho más profesionalizados. El Estado compensa a los patrocinadores que ayudan a los clubes. Eso falta en España para que la Liga sea más potente. Muchos nos hemos ido y también muchos ‘sponsors’ han dejado de patrocinar.

- Y el Barça no tiene rival en la Liga española…

- El Barça ha mantenido un gran equipo gracias al fútbol, pero igual opta por irse a otra Liga o por dar más importancia a la Champions.

- Ha sido 120 veces internacional. ¿Cómo se ha mantenido tanto tiempo?

- Por compromiso, esfuerzo y compenetración con los compañeros. He tenido tres seleccionadores (Valero Rivera, Manolo Cadenas y Jordi Ribera) y los tres me han respetado.

- ¿De qué título guarda mejor recuerdo?

- Del primer Mundial (2013), por ser en casa y por la gran repercusión que tuvo. Y del primer Europeo (Croacia, 2018), porque muchos de nuestros referentes no pudieron conseguirlo.

- ¿Quién ha sido su referente?

- El pivote Andrei Xepkin.

- ¿Su gol favorito?

- Los dos de la final del Mundial de España, los dos a la contra (35-18 a Dinamarca). Pero también me gusta marcar de rosca o de vaselina, para que luego digan que los jugadores defensivos no tenemos lanzamientos de habilidad.

- ¿Hay relevo para esta selección?

- Jordi Ribera trabaja mucho en la formación de jugadores y de entrenadores. Somos unos cuantos mayores de 35 años a los que nos tocará tarde o temprano la retirada, pero hay cantera para seguir en lo más alto.

- ¿Cómo fue su fichaje por el CB Valencia?

- César Argilés, que era el seleccionador y estaba vinculado al club, nos recomendó al Valencia junto al CB Marni. El director técnico era Emilio Hernández. Teníamos 16 años y fuimos a desarrollarnos como jugadores. Al principio me costó, pasar de un pueblo a una ciudad tan grande, pero crecí como jugador enormemente. Yo venía del Petrel y me quedaba a verlos entrenar porque quería jugar en el primer equipo. Debuté a los 15 años.

- ¿Por qué se marcha al Teucro (Pontevedra)?

- El Valencia desapareció, era insolvente. Y nos fuimos a Segunda, al Teucro, y allí subí a Asobal, empecé a cobrar y a entrenar mañana y tarde. Después un año en Logroño, otra vez con mi hermano, y llegó un grande de Europa como era el Portland San Antonio (Pamplona). Trabajé duro y acabé jugando. Como ya no había tanto dinero, nos vino bien a la gente joven. Valero Rivera se fijó en mí y me llamó a la selección.

- ¿Cuándo le llaman de Alemania?

- Después del Europeo de 2012. El Portland nos debía mucho dinero y fue la llamada de la esperanza. Al principio yo era reacio, pero mi mujer me animó y no me arrepiento: aprendes muchísimas cosas como jugador y como persona. He estado muy vinculado a ese club (el Rhein-Neckar Löwen, de Mannheim). Fue un crecimiento mutuo en esos ocho años. Cuando llegué, no habían ganado nada y empezaron a caer los títulos: dos Ligas, una Copa, tres Supercopas y una EHF. Hasta que vino un técnico que no tenía espacio para mí. Mi hermano se lo dijo a su entrenador, del TBV Lemgo, y les venía muy bien mi experiencia. Es un club más humilde.

- ¿Qué ha aprendido en Alemania?

- He mejorado mucho individualmente y he estado en una Liga más competitiva. El juego es muy rápido y físico.

- ¿Cómo ha sido volver a jugar con su hermano?

- Antes discutíamos mucho; ahora jugamos mejor. Es la experiencia.

- ¿Qué otro deporte le gusta?

- La ‘mountain bike’ (la otra bici, no, porque es muy peligrosa). En Elda y Petrer hay muchos parajes. Y en Alemania, también hay muchas montañas para perdernos algunos fines de semana.

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