Las Hoces del Cabriel, un caudal de alternativas de deportes de aventura

En un punto del interior donde uno no sabe si tiene un pie en la Comunitat Valenciana y otro en Castilla La Mancha hay un paraíso por su belleza paisajística, pero también para los amantes de los deportes de aventura. Las Hoces del Cabriel, A una hora de Valencia en coche, este emplazamiento encierra una variada oferta, desde bicicleta de montaña, a barranquismo, escalada, piragüismo o rafting.

Esta última es una modalidad atractiva para grupos, y que muchos esperan encontrar más en ríos del norte de España. Pero está ahí, en la Comunitat de l'Esport, en un Cabriel cuyas aguas frías incluso en los meses estivales quedan reguladas por las sueltas del embalse de Contreras. Esto se da especialmente en el tramo entre Tamayo y el Tete, de unos 7 kilómetros, con un caudal de en torno a 7 metros cúbicos por segundo entre septiembre y mayo. En verano puede llegar a entre 16 y 23 metros cúbicos por segundo dependiendo de la temporada y de las necesidades hídricas.

«Es de dificultad baja, y el tramo de más concentración de rápidos fuera del cañón de las Hoces del Cabriel», indica Antonio Robledo, natural de Venta del Moro y experto en el descenso de ríos en varias modalidades. Otra de las opciones, precisamente en las Hoces, es el tramo entre Contreras y puente de Vadocañas, de 20 kilómetros y que está considerado de dificultad media.

La empresas de la zona ofrecen también expediciones en otras embarcaciones como es el caso de canoa canadiense, river sup y kayak. Para esta última existe incluso una ruta extrema, sólo apta para expertos y que no figura en los catálogos comerciales: es por las Chorreras y únicamente resulta franqueable cuando se suelta agua desde la presa por esta zona. Una pregunta que puede hacerse el lector es cuándo surgirá en la zona un deportista de élite que pueda aspirar a una carrera olímpica, como el resto de los deportistas apadrinados por el Proyecto FER, el programa de mecenazgo de Juan Roig a través de la Fundación Trinidad Alfonso. El entorno del Cabriel se utiliza –en algunos tramos en demasía y por eso se regulan los usos desde el parque natural– para fines lúdicos.

Algunas empresas sí han establecido en tierra instalaciones, por ejemplo, para entrenar carreras de obstáculos. Sin embargo no hay un circuito para entrenar piragüismo en aguas bravas, como sí que existe por ejemplo en la Seu d'Urgell, uno de los epicentros en España. «Es algo que nos hemos planteado y no sería demasiado complejo. Sería poner algunos diques y cables de lado a lado del río para instalar las puertas, que al final son barras de plástico», comenta Robledo.

De momento esta es una idea para ampliar todavía más la oferta, que incluye barranquismo en dos modalidades: en seco en Moluengo (dificultad media con cuatro rapeles) y las Chorreras (entre marzo y noviembre, con salto, toboganes y sifones). Con esta opción hay que tener presente que debe evitarse cuando la presa suelte agua y la actividad precisa del pertinente permiso.

El entorno de las Hoces del Cabriel ofrece un mundo de alternativas de deportes de aventura como sucede en el resto de zonas de río en la Comunitat de l'Esport. «Para los amantes de la bicicleta hay innumerables rutas», señala Antonio Robledo. Y en las Hoces también se puede realizar escalada clásica, pero sólo en la parte valenciana y no en Castilla. ¿Por qué? Pues porque cuando se construyó la A-3 una de las alternativas propuestas por el Gobierno central fue este paraje. El ejecutivo manchego, para evitarlo, declaró de forma exprés el parque, prohibiendo toda actividad deportiva excepto la caza y la pesca.

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