Jairo Noriega, la semana pasada en el club de boxeo San Cristóbal. J. L. BORT

De carretillero a conquistar el ring en Japón: la historia del valenciano que quiere ser campeón del mundo de boxeo

Jairo Noriega ha viajado a Japón para convertirse en el tercer púgil de la Comunitat en tocar el cielo: «Esta pelea me puede cambiar la vida» | El de Vila-real lucha este domingo contra el nipón Shochiki Iwata en busca del cinturón minimosca de la WBO

Sábado, 12 de octubre 2024, 01:29

Jairo Noriega ha aterrizado en Tokio con un ambicioso sueño guardado en la maleta. Convertirse en el decimosexto boxeador español de la historia en levantar el cinturón de campeón del mundo. Y se ha propuesto hacerlo en una categoría dominada tradicionalmente por los púgiles de ... Asia y América Latina. El de Vila-real ha decidido conquistar Japón. Peleará en territorio hostil, pero confía plenamente en sus capacidades. Lleva mucho tiempo golpeando con fuerza para no dejar escapar una oportunidad como esta. Será en el Ariake Arena, con capacidad para 15.000 espectadores. El estadio polideportivo de la capital nipona albergará este domingo una macrovelada, que arrancará a las 10 horas con el combate entre el valenciano y el autóctono Shochiki Iwata. Atrás queda una dura preparación para afrontar el reto con las máximas garantías. A escasas horas de subir al ring en el pelea más esperada de su vida, cuenta cómo ha vivido los últimos días, que han estado marcados por la adaptación al país y el pertinente recorte de peso con tal de cumplir en la báscula. Todo listo para la batalla.

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Noriega llegó a Japón pesando 53 kilos el pasado domingo. Y este sábado ha afrontado el pesaje oficial. Ha tenido seis días por delante para que la báscula marque entre 47,6 y 48,9 kilos. Es la horquilla estipulada en minimosca. Una categoría muy poco común en España. Deshidratación, retirada de hidratos de carbono... Pese al evidente sacrificio que supone este proceso, se trata de un trámite al que los boxeadores están acostumbrados. Forma parte de su estricta rutina. El verdadero reto lo encarará el valenciano en el estadio de Tokio, donde el nipón Iwata le espera con el cuchillo entre los dientes para luchar por un título que actualmente está vacante.

El cinturón mundial minimosca de la WBO, una de las cuatro organizaciones que rigen el boxeo, busca dueño. El último campeón, el puertorriqueño Jonathan 'Bomba' González, lo abandonó para escalar al peso mosca.

Se ven las caras el líder del ranking WBO, Shochiki Iwata, y el segundo clasificado. El valenciano ya ha hecho historia al alzarse como el primer español que disputa un título mundial minimosca. «Voy con un poquito de nerviosismo, pero confío en el trabajo que he hecho todos estos años y creo que que puedo sacarlo adelante cien por cien. Si no, no me hubieran dado la oportunidad. Realmente no me la han dado. La oportunidad me la he ganado yo. He tenido que hacer peleas muy duras para llegar aquí y lo vamos a demostrar», avisa.

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Asume que el público será un factor que jugará en contra: «Voy a la boca del lobo. En España el boxeo está como está, aunque ha mejorado muchísimo y vamos hacia arriba. Pero bueno, las grandes bolsas de dinero en los tres o cuatro pesos pequeños están en Asia. Da igual donde vayamos a pelear, al final te subes al ring y yo intento demostrar que soy el mejor aquí y en cualquier parte del mundo», apunta.

El valenciano compite en una categoría inusual en España, por debajo de 49 kilos: «La élite de los pesos pequeños está en Japón»

El de Vila-real aspira a tomar el relevo del ilicitano Kiko Martínez, el último campeón del mundo que ha ofrecido el boxeo español. La Sensación lo logró en cuatro ocasiones (tres en peso supergallo y uno en pluma). La última, en 2021. Después de tres años de sequía, Jairo Noriega confía en volver a colocar en lo más alto el pugilismo nacional y valenciano.

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«El último estandarte ha sido Kiko Martínez. Es uno de los referentes a nivel español y un buen amigo y compañero. Estuvimos hablando y me comentó unas cositas que hay que hacer que me encuentre mejor en Tokio, ya que él ha venido varias veces. Estoy muy agradecido por la ayuda que me brinda. Kiko me dijo que confía mucho en mí, que me lo merezco», explica Noriega. El ilicitano también le recomendó algún suplemento de melatonina «para dormir y descansar bien».

Precisamente, esa adaptación al cambio horario es el motivo por el que el valenciano viajó a Japón siete días antes del combate: «Lo hacemos para que no nos dé el jet lag y aclimatarnos lo antes posible a la zona donde vamos a pelear». Durante la semana pasada, en casa, ya inició el proceso: «Como en Japón son siete horas más, fui levantándome cada día una hora antes».

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Noriega se convertiría en el tercer campeón del mundo de la Comunitat. El valenciano Baltasar Belenguer Hervás, apodado Sangchili y dominador del peso gallo, abrió el camino el 1 de junio de 1935, cuando en la capital del Turia superó al panameño Alf Brown para convertirse en el primer español en subir a la cima planetaria del boxeo.

El de Vila-real compite en una categoría inusual a nivel nacional: «En España he hecho la carrera una o dos categorías por encima de mi peso real, porque en minimosca hay muy pocos. En el mosca ya hay un poquito más y en el gallo mucho más. Las peleas oficiales de 49 kilos las he hecho en el extranjero. Actualmente, la élite de los pesos pequeños está en Japón».

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Noriega, invicto con un balance de 14-0 y tres KO, llega a la cita después del triunfo cosechado el pasado mes de marzo. Se coronó como campeón del mundo latino WBO del peso minimosca en Nicaragua. En su vitrina, brillan otros títulos: campeón de España amateur del peso gallo en 2018, campeón de la Unión Europea del peso mosca en 2021, campeón mundial plata del peso minimosca WBC en 2021 y campeón de Europa del peso mosca en 2022.

Hace seis años, Jairo se puso en manos de Sento en el club San Cristóbal. «La compenetración que tenemos se ve muy pocas veces en el boxeo», destaca el entrenador

Su peso natural son 55 kilos. Así que, lógicamente, tocaba bajar. Un proceso que arrancó la semana pasada. Llegó a Japón con 53: «Esta semana ha sido el recorte más duro. La última semana siempre quitamos tres o cuatro kilos». ¿Cómo logran jugar con el peso de esa forma?

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«La última semana te deshidratas, cortas el carbohidrato… Haces una jugada estratégica que te marca el nutricionista para llegar un poquito deshidratado y vacío de glucosa en el músculo. Entonces acabas de perder los kilitos que te faltan», explica. Pero no se queda ahí: «Sauna, correr, baños de agua caliente…». Este sábado se ha llevado a cabo el pesaje.

«Del viernes al sábado sí que se suele pasar mal porque has entrenado, has roto a sudar y ya tienes que beber muy poca agua», cuenta. Tras el beneplácito de la báscula, arranca inmediatamente la fase de la rehidratación: «Luego tienes 24 horas. Ya depende de lo que tu cuerpo te deje recuperar. Hay gente que reabsorbe más el agua y otros menos».

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Para Noriega es mucho más que un combate: «Si gano, esta pelea me puede cambiar la vida, la de mi familia. Eso está claro». Tiene proyectos dibujados: «Me cambiaría de casa o pagaría lo que me queda e intentaría dejar a mi familia lo más estable posible».

Noriega nació en Badajoz hace 31 años. Con seis, su familia se afincó en Vila-real, de donde no se ha movido: «Yo estaba jugando a fútbol como todos los chavales. A los 17 me llevó mi padre al gimnasio y empecé practicando kickboxing. Y luego a los 23 me tuve que ir a trabajar por temas personales». Ejercía de carretillero: «Iba con el torito, con el elevador cargando contenedores que iban a Japón, Estados Unidos, México… Hacía mis ocho horas. Tampoco me desagradaba, era una faena que me gustaba».

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Sin embargo, cuando tenía 26 años, decidió dar un volantazo a su vida y apostar por el boxeo. «Llevaba dándole vueltas mucho tiempo. Estaba un día cargando y dije: 'Es el momento de ir a por todas o nada. Si se me da bien, bien; y si no, pues a volver a trabajar'. Consideré que mi camino era otro. Y es este».

La decisión albergaba sus riesgos, ya que su experiencia se basaba en el kickboxing: «Retomé los entrenamientos pero en boxeo. La verdad es que no se me daban muy bien los puños, pero soy un chaval al que le gustan los retos». Hace casi seis años, se puso en manos de Sento Martínez en el club de boxeo San Cristóbal, en el corazón del Cabañal.

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Sento Martínez da indicaciones a Jairo Noriega. J. L. BORT

En el templo del boxeo valenciano, Sento ya ha moldeado 15 campeones de España. Ahora busca su primer título mundial. «Desde que pasé a profesional, estoy trabajando con él. Hemos hecho el camino juntos», indica Noriega, quien compagina su preparación con su empleo como monitor de boxeo en Vila-real.

Sento está curtido: «Es una pelea que no me asusta en absoluto. Tengo una dilatada carrera tanto en Europa como en eliminatorias mundiales en Estados Unidos». El entrenador, en 2019, ya vaticinó lo que iba a ocurrir a través de una publicación en redes sociales: «Escribí que Jairo iba a ser campeón de lo que él quisiera». Hablaba con conocimientos de causa: «Cuando tú ves un boxeador trabajar durante un mes contigo, ya sabes de lo que es capaz. Vi que lo tiene todo para ser campeón mundial. Trabaja a muerte, tiene una familia que le acompaña tanto afectiva como económicamente, tiene mucho talento, está convencido de lo que quiere…». Y hay algo de mística: «La compenetración que tengo con Jairo es una compenetración que se ve muy pocas veces en el boxeo. Muchos críticos y muchos entendidos del boxeo dicen que Jairo es un coche teledirigido por mí». La predicción de Sento está cerca de cumplirse.

Así ha sido la semana de Jairo Noriega en Tokio

Diario

Así ha sido la semana de Jairo Noriega en Tokio

Jairo y Sento aterrizaron en Tokio el pasado domingo. Para acelerar la bajada de peso, el de Vila-real retiró la sal y los hidratos de carbono de su estricta dieta. «Come cada día menos y entrenamos fuerte. Por la mañana hacemos pesas como siempre y por la tarde boxeo. Realizamos entrenamiento de manopla, punching, sombra... Está con muchas ganas y muy motivado. Está pegando muy fuerte», afirmaba el preparador a principios de semana.

Jairo Noriega, durante su preparación en Tokio. LP

Para potenciar la deshidratación, se ha sumergido en baños de agua caliente diariamente. El martes, que fue el último día que ejecutó trabajo de pesas, la báscula marcaba 52 kilos. «Esta es nuestra tercera noche en Tokio y ya nos hemos acabado de aclimatar bien a la hora local. Estamos bajando muy bien de peso y ahora estamos con la carga de agua. Estamos bebiendo cinco litros de agua hasta el jueves», explicaba Jairo.

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Ha estado llevando a cabo los entrenamientos en un escenario emblemático. Histórico. Se trata del Teiken Boxing Gym, un club legendario que nació en 1926. «Es un gimnasio mítico a nivel mundial. Ahí han estado todos los campeones asiáticos. Estamos de maravilla», destacaba Sento.

El jueves completó el último entrenamiento de boxeo. «A partir de ahí, hace sombra, que consiste en disparar al aire», puntualizaba Sento. Ese día, la báscula indicaba 51,5 kilos. Posteriormente, redujo la ingesta de agua a sólo un litro «para secarse».

El valenciano ultima el proceso y cumple con el pesaje oficial. LP

El viernes, sobre las siete de la tarde de Japón, Jairo pesaba 51,3 kilos. Encaraba 18 horas en las que debía perder los 2.400 gramos que todavía le sobraban para ajustarse a los 48,9 que marcan el límite en minimosca. Y es que el pesaje oficial se iba a celebrar este sábado a las 13:00. «Va todo como esperamos. Durmiendo pierde un kilo. Y el resto, en la bañera», avisaba el entrenador.

Sento hablaba de horas «muy duras» para el boxeador: «Al salir del baño, se tumba en la cama tapado para seguir sudando». Este sábado se presentaba como una jornada clave: la del pesaje oficial. Cumplió. Su sueño le espera. Este ha sido su día a día hacia la conquista de Japón.

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