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Marcos Sánchez
Valencia
Domingo, 13 de octubre 2024, 22:48
Jairo Noriega había advertido en la previa que este domingo en Tokio no se guardaría nada. A sus 31 años, finalmente le había llegado la oportunidad de pelear por cosas grandes, por un título mundial, y con determinación expresó: «Prefiero perder siendo valiente». Fiel a ... su palabra, su valentía pudo costarle caro. En el tercer asalto, Iwata lo dejó tocado, y a escasos segundos de acabar el decidió lanzarse al intercambio. Una pena enorme, ya que hasta ese momento estaba teniendo un combate muy igualado con el japonés, quien tras doblegar al español ahora ostenta el cinturón mundial de la WBO en el peso minimosca.
A las 10:20, hora de España peninsular, Jimmy Lennon Jr. anunciaba al boxeador de Vila-real. El valenciano, serio y enfocado, tenía ante sí uno de los momentos más importantes de su vida, se podía convertir en campeón mundial del peso minimosca. En el ring, a Itawa se le veía más corpulento y proyectando una sombra atemorizante, pero el español demostraba ser más ágil y rápido de puños. Sin embargo, Jairo debía mantenerse cauto con la potencia desmedida en los ataques del japonés.
A pesar de eso, 'El Leñador' tenía las ideas claras, lanzando golpes adecuados que lograban impactar al japonés, quien no se achantaba y demostraba el poderío de sus golpes. Los primeros tres asaltos estuvieron a la par, con ambos peleadores estando prácticamente al mismo nivel.
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El valenciano, conocido por su excelente condición física y sus cambios de ritmo a lo largo del combate, fue de menos a más, aprovechando momentos clave del combate para dejar marca. Sin embargo, en el tercer round, el paonés le sorprendió con un uppercut que lo dejó algo perjudicado. 'El Leñador' recibió dos mazazos más, el último claramente ilegal al ser en la nuca, pero el árbitro solo aplicó el conteo de protección sin reconocer el error.
Con apenas diez segundos restantes del asalto, Noriega cayó al suelo. Lo ideal hubiera sido aguantar esos segundos y recuperar durante el descanso, pero su corazón le jugó una mala pasada. En los últimos momentos del round, decidió ir al intercambio buscando un golpe decisivo, intentando redimirse, pero Iwata lo volvió a tirar al suelo con una izquierda contundente.
Esta vez, el árbitro no dudó y detuvo la pelea, justo antes del inicio del descanso. Así, Jairo Noriega tenía que decir adiós a su sueño de coronarse campeón mundial de minimosca en Tokio. No obstante, por su calidad y perseverancia, si él lo decide, tendrá otra oportunidad seguramente que llegará en el futuro.
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