José Quiles, el púgil a quien no pudo noquear el virus

Un año después, por lo tanto, se muestra confiado pese al desgarro en el bíceps que sufrió a principio de mes. «A los Juegos llego seguro. Fue por un golpe fallido en la Liga. Noté un dolor brutal, sabía que me había roto. Acabé el combate con un brazo y lo gané, pero luego tuve que pasar por el quirófano. La semana que viene ya me quitan los puntos, por lo que ya, a por todas», señala el boxeador, que forma parte del Proyecto FER. «Iré a Tokio y mi intención es seguir al menos un ciclo más», apunta.

El boxeo llegó a la vida de José Quiles por inquieto. «Mi hermano lo practicaba y a mí me apuntaron por inquieto», afirma. «¡Es que no paraba! Mi abuelo me perseguía con una goma de butano. Me decía que así luego no me dolerían los golpes... pero nunca me pillaba. Corríamos los dos, hacíamos deporte», bromea.

Pero sí, los golpes siguen doliendo... aunque José Quiles defiende que el boxeo no es un deporte violento. «Al final sientes lo mismo que tu rival, los miedos, tienes tus sueños... como me pasó en Londres. Después de los combates, lo normal es intercambiar palabras y abrazarte con tu contrincante», sostiene: «El boxeo me ha dado disciplina y respeto».

Esa que fue necesaria cuando con 14 años ya se marchó al centro de alto rendimiento en Murcia. O para irse después a Madrid, donde se somete a sesiones dobles diarias, por mucho que cada mañana le duela cada músculo. «Yo no renuncio a nada, ya que estamos, voy a luchar por una medalla olímpica», proclama.

José Quiles se autodefine como un boxeador «listo» (esboza una sonrisa) y como su golpe favorito destaca el crochet de izquierda. Aunque niega ser mitómano, admira a Floyd Mayweather: «Me gusta mucho ver sus combates y me fijo mucho en él». «Me encanta analizar... los míos me los habré visto como 20 veces cada uno», apunta el alicantino.

También tiene como modelos a sus entrenadores en Madrid, Rafa Lozano, doble medallista olímpico, y a Carlos Peñate. «Nos dicen que somos una buena generación para hacer algo grande en Tokio, que se alegrarían mucho por nosotros», asegura.

Mientras tanto, José Quiles prepara su futuro. Quiere hacer oposiciones para bombero o policía. «No lo sé, cuando acabe con el boxeo me sentaré conmigo mismo a reflexionar y decidiré», señala el deportista de Elda, que por ahora no se ve peleando en veladas profesionales por títulos europeos o mundiales: «De momento no se ha dirigido a mí ningún promotor». Tampoco lo descarta tajantemente porque no renuncia a nada. Por eso siguió entrenando en casa en el confinamiento. Y por ello se levanta cada día, con esa disciplina que le da el boxeo. Por mucho que, al contrario de lo que le aseguró su abuelo, los golpes no le hayan dejado de doler.