j. molano
Viernes, 14 de septiembre 2018
«Un niño siempre quiere demostrarle a su padre de lo que es capaz. Es una pena que no hubiese peleas más interesantes en su juventud. Lo que vieron fue una prueba de carácter, no un buen ejercicio». Así explicaba Abdulmanap Nurmagomedov la escena en la que aparece su hijo Khabib con solo nueve años intentando someter con técnicas de lucha a un osezno encadenado.
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Veinte años después de que se grabaran en una cinta VHS las inusuales prácticas, aquel pequeño se ha erigido en uno de los peleadores de artes marciales mixtas más respetados del planeta. Convertido en campeón mundial del peso ligero de la Ultimate Fighting Championship (UFC) -la élite mundial de este deporte-, medirá sus fuerzas el próximo 6 de octubre con el mediático Conor McGregor, cuyo último pleito fue hace ya un año en un ring de boxeo. En aquella contienda, catalogada por muchos aficionados y expertos como una farsa, fue derrotado por el púgil Floyd Mayweather. No obstante, al irlandés le quedó el consuelo de embolsarse 75 millones de dólares más otros cuantos más en concepto de comisiones.
La cuenta atrás para que arranque uno de los combates de MMA más esperados del momento ha comenzado. En pocos días, el 20 de septiembre, ambos se verán las caras en público, ofrecerán una comparecencia de prensa en el Radio City Music Hall de Nueva York. Un 'face to face' que se presume tenso.
El enfrentamiento está ya a la vuelta de la esquina y no le falta picante. A medida que se acerca la fecha de la pelea, Nurmagomedov y McGregor intercambian provocaciones. La cosa se calienta para animar el espectáculo. Saben que el mundo entero está pendiende de ellos. El ruso afirmó recientemente que desea «aplastar» al irlandés, «hacer que se vea como una gallina en el octágono» y aseguró que ve imposible que este le gane salvo que tenga un «golpe de suerte». Conor, por su parte, ha arremetido contra su oponente y su padre llamándoles cobardes. En abril fue más allá. Lanzó una valla y una carretilla contra uno de los autobuses de la UFC en el que viajaba Khabib. Destrozó la luna del vehículo e hirió a varios luchadores. Tras lo sucedido, el irlandés fue detenido y juzgado. Asumió su culpabilidad y deberá cumplir una pena económica además de realizar servicios en favor de la comunidad.
Las entradas para presenciar la pelea en el T-Mobile Arena de Las Vegas -20.000 espectadores- están agotadas (podrá verse en España en pago por visión) y las casas de apuestas ya se han pronunciado: dan favorito a Nurmagomedov. The Notorious lo tiene crudo según las compañías de juego. ¿Por qué? Básicamente porque el ruso, también campeón mundial de Sambo (un completo sistema de lucha que nació en la antigua Unión Soviética) y cinturón negro de judo, no conoce la derrota desde que se dedica a repartir a diestra y siniestra dentro de un octágono mientras que McGregor lleva dos años desactivado de la competición.
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Nurmagomedov, apodado 'The Eagle' -'El Águila'- por su agresividad a la hora de derribar a sus oponentes, ha ganado los 26 combates que ha disputado como profesional en la UFC, división en la que debutó en 2012. Unas estadísticas que no deben sorprender si tenemos en cuenta su historia de vida.
Khabib es un tipo despiadado que nació y se crió -dio sus primeros pasos en un tatami de lucha libre- en el pueblo de Slide, en Daguestán, donde fue entrenado para combatir bajo la estricta disciplina de su padre, un sargento de hierro especializado en boxeo y judo. En esa república caucásica los hombres tienen poco margen a la hora de escoger profesión. Deben decidir entre convertise en militares, campesinos o guerreros. El cabeza de familia no dudó, su cachorro sería una fiera de las artes marciales mixtas. El plan perfecto para alejarlo del terrorismo y el fundamentalismo radical instaurado en la región a la que pertenecen.
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'El Águila' es rápido, ágil, frío y calculador. Cualidades que le sirvieron para conquistar el pasado abril el cinturón del peso ligero en el UFC 223 al imponerse por decisión unánime a Al 'Ranging' laquinta. Este fue el tercer plato para disputar el cetro al daguestaní ya que antes se retiraron a última hora del duelo los estadounidenses Tony Ferguson, por lesión, y Max Holloway.
El próximo sábado 6 de octubre McGregor le disputará la corona a Nurmagomedov en el denominado 'combate de la historia', pero... ¿realmente tiene opciones el irlandés de 'crujir' al invicto al margen de lo que digan las casas de apuestas? Para Dani Bárez, campeón mundial de artes marciales mixtas en la división de BAMMA, el pleito va a estar reñido. «Se van a enfrentar el mejor 'striker' (golpeador) contra el mejor 'wrestler' (luchador en suelo). Si ambos quedan en pie la contienda podría decantarse del lado de McGregor», señala el gladiador valenciano, que también advierte de que «Khabib es un poco más fuerte y está acostumbrado a pelear en corta distancia». «Si tuviera que apostar lo haría por el ruso, a pesar de que una mano de Conor te puede enviar a la lona rápidamente».
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Si Bárez finalmente se jugaría los euros por Nurmagomedov, el luchador veterano de la UFC Abner Lloveras se decanta por 'The Notorious', aunque sabe que sus posibilidades de llevarse la victoria son escasas. El peleador catalán destaca todas las virtudes del ruso. «Peleé por el título mundial de M1 -ha sido el único español en hacerlo- contra Shamil Zavurov, primo hermano de Khabib, un gran luchador. Ambos tienen un juego parecido, son fuertes en la lucha además de incansables, tienen mucho cardio. Trabajan mucho esa faceta, realizan un juego de desgaste, te proyectan -lanzan al suelo- y esperan tu reacción de defensa para cambiar de posición y provocar que te agotes. Hacen que intentes levantarte con su peso encima. Khabib estará en 80 kilos el día de la pelea y cuando Conor intente ponerse en pie haciendo frente a la gran fuerza física de su rival le acarreará un desgaste continuo».
Lloveras destaca que «nadie consigue aguantar el ritmo» que plantea 'El Águila' en la jaula. «Todo el mundo sabe la estrategia que sigue Khabib, posee un 'ground and pound' -golpeo en el suelo- bestial y McGregor puede pasarlo muy mal si llega al segundo o tercer asalto y cae en el juego de lucha porque sufre en ese escenario». «Con todo, deseo que gane el irlandés. Tiene probabilidades siempre y cuando consiga llevar el combate a su terreno».
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