Noemi Hernández, una estrella forjada entre campeones

El pasado 20 de diciembre, Noemi Hernández se proclamó subcampeona de España en categoría kumite sub-42. Aquel día se marcó su siguiente objetivo: «Volver y ser campeona». Tiene sólo once años pero la ambición y el palmarés digna de cualquier súper deportista.

Hizo frente Noemi (porque su nombre es así, sin tilde) a un complicado 2020, con entrenamientos online incluidos y demás, y cerró el año logrando el Grand Winner y ser campeona en la Fase Final Kumite Infantil.

En su colegio, el CEIP San Juan de Ribera, en Alfara del Patriarca, están muy pendientes de sus competiciones. La escuela presume por poder contar con una estrella del karate. «Todos» le animan a continuar compitiendo sin dejar de lado la formación académica. De mayor, Noemi quiere ser maestra de escuela.

Le gusta el fútbol, deporte que practica, y es del Valencia, aunque lo que realmente le hace feliz es el kárate. Empezó a disfrutarlo desde la grada. Creció viendo a sus hermanos Ángel y Nacho practicándolo. De ser una simple espectadora, pasó al tatami con sólo 6 años. Ha transcurrido poco más de un lustro desde que Noemi se limitaba a ver a sus hermanos desde la grada. El kárate es un pilar fundamental en su familia, ya que ellos dos también alimentan las vitrinas con trofeos.

La pequeña admira al primero y del segundo, que ahora está lesionado, guarda algunos consejos de estrategia que le ayudaron en alguna ocasión. Sus otros referentes son sus entrenadores, José y Pepe Carbonell, éste último campeón del mundo y de Europa que combina su competición con la formación de sus pupilos como su padre, y también maestro, hizo y sigue haciendo con él.

Hace unas semanas, con las restricciones por la pandemia para los deportistas federados un poco más flexibles, Noemi pudo volver al CD Kazokusport, su centro de entrenamiento, para poder seguir practicando y soñando con un futuro no muy lejano cuando ella se vea por «la televisión».

Mientras, continúa creciendo a pasos agigantados en un deporte en el que desde categorías inferiores hay que tenerla en cuenta como una de las perlas de la cantera del kárate.