En país de secano triunfa la vela

Salvo algún descanso los regatistas españoles han estado presentes en los Juegos de las últimas Olimpiadas subiendo al podio. La historia concede a Santiago Amat, que ganó bronce en Los Ángeles, en 1932, el primer dato histórico. Ahora, cuando todavía no se ha hecho el cómputo total en el medallero, ya ha llegado el oro gracias a la pareja formada por Diego Botin y Florian Trittel.

España tiene aproximadamente 8.000 kilómetros de costa. La vela no es una de las más importantes federaciones en número de clubes y licencias. Tal vez pueda producir error comprobar cómo en los puertos marítimos atracan embarcaciones diversas, la mayoría de las cuales son simplemente de recreo.

En España según ciertas cifras oficiales hay unas 11.000 licencias de las que 7.300 son hombres y 3.500 mujeres. Los casi 11.000 practicantes de este deporte pertenecen a poco más de cien clubes. Cataluña tiene el mayor número de licencias federativas por delante de la Comunitat Valenciana, Baleares, Andalucía y Canarias. Cataluña también lidera el número de clubes seguido por las comunidades ya anunciadas en el número de federados.

Los nombres de los participantes que han subido al podio están unidos a los Juegos en que participaron. La lista es numerosa con Gorotegui-Millet, Abascal-Moguer, Doreste-Molina, José Luis Doreste, hermano del anterior, Theresa Zabell y Guerra (oro) y Natalia Via-Dufresne (plata) y esta y Zabell, ambas medallistas de oro en 1992, José Luís Ballester y Fernando León, además de la citada de Botin y Trittel. Cuando escribo estas líneas lo hago con la esperanza de que haya de nuevo presea para nuestros representantes.

Entre los ganadores se puede confundir al otro José Luis Ballester Rubert, 24 veces campeón de España de natación, castellonense, tres veces olímpico y esposo de Sonia Barrio, medallista de oro en hockey sobre hierba en Barcelona 1992. Ambos son padres de Josele Ballester, prometedor jugador castellonense de golf, iniciado en el Club Costa de Azahar del Grao de la capital de La Plana, y alumno de Amancio Sánchez y posteriormente de Sergio García. El otro José Luis Ballester, consejero de deportes de Baleares, fue conocido político balear que tuvo problemas con la justicia.

El Comité Olímpico Internacional, que fue muy machista durante años, gracias a Samaranch comenzó a dar paso a las mujeres y en una de las disciplinas a la que más se tardó en bendecir fue la vela. Las chicas tardaron en incorporarse a la competición olímpica y lo hicieron por la puerta grande. Theresa Zabell conquistó dos medallas de oro, en Atlanta-96 y Barcelona-92, y su pasado no fue inadvertido porque además del deporte practicó la política y fue diputada europea en Bruselas por el Partido Popular.

Perteneció a la Comisión de Cultura, Juventud, Educación, Medios de Comunicación y Deporte. En esta faceta la conocí mejor en un viaje a Bruselas al que nos invitó a algunos periodistas. Especialmente a quienes habíamos dedicado atención al deporte y a las mujeres atletas. La vi por última vez en los Juegos Olímpicos de Pekin, pero entonces era simplemente espectadora. Para entonces ya había abierto el camino a las mujeres en una especialidad en la que las federaciones tardaron en conceder participación olímpica a las chicas. La primera embarcación para competir solía ser la 470.

En el mundo de la política, también por el Partido Popular, participó la saltadora y medallista en altura Ruth Beitia. Fue diputada regional por Cantabria y abandonó cuando Pablo Casado la designó candidata a Las Cortes por su comunidad. Ante el rechazo de parte de los militantes optó por retirarse.