El Pantera gradúa a las pioneras de Les Abelles

Jorge Diego 'El Pantera' no sólo es sinónimo de Les Abelles, sino de rugby en Valencia. En este club trabajó de forma incansable por el crecimiento del deporte del balón ovalado en la ciudad. «Esta es una modalidad que no excluye a nadie». Estas palabras no son suyas, al menos esta vez no las ha pronunciado él. Pertenecen a Irene Noguera, una joven de 22 años que forma parte de un proyecto que se graduará este domingo en Quatre Carreres. En el campo que lleva el nombre de El Pantera, donde se va a vivir una jornada para la historia.

Por primera vez, Valencia acoge un partido de la máxima categoría femenina del rugby español. Les Abelles debuta en casa en la Liga Iberdrola y lo hace contra un viejo conocido, el Eibar, también recién ascendido. El crecimiento de ambos equipos ha ido en paralelo, pues llevan un par de años 'pegándose' en fases de promoción. «En cierto modo es una revancha porque la última vez nos ganaron, la anterior nosotras. Va a ser un partido divertido», afirma Irene Noguera.

¿Y quién es Irene Noguera? Pues una chica a punto de acabar Bellas Artes, que se va a graduar antes en rugby: «Aún no tengo del todo decidido de qué haré el TFG... hay mucho donde elegir. Y luego me gusta la fotografía, así que a ver si puedo hacer prácticas en una empresa de diseño gráfico».

Irene forma parte de las pioneras de Les Abelles, un puñado de jugadoras que se enfundaron por primera vez la elástica del club y que no la han dejado de lado en la última década. El proyecto alcanza en este 2021 la cifra redonda, por lo que el encuentro de este domingo en Quatre Carreres tiene un enorme valor sentimental en todo el club.

Es el éxito de las hijas, las hermanas, las amigas... a las que se animó a probar el rugby cuando para nada estaba extendida su práctica entre las mujeres españolas. Irene Noguera empezó con 12 años: «Yo antes practiqué otros deportes, como tenis, baloncesto, hípica, natación...». Su padre –Isidro Noguera– y su hermano ya jugaban entonces en Les Abelles. No le quisieron imponer el balón ovalado, pero tampoco la desanimaron: «Yo estaba acostumbrada a este mundillo porque iba a los partidos».

Hasta que un buen día, Pepa, otra de las pioneras, le dijo que se iba a apuntar. Irene se animó a probar, y hasta hoy: «El rugby es un deporte de contacto pero en el que no se excluye a nadie. Hasta el más pequeño puede derribar a un contrincante, al que sea. Cualquiera puede jugar».

Irene y Pepa, pero también Marga, Gloria y Esther... y Pepi, que este año no puede pero que está siempre al tanto de cómo le va a su colmena. Porque la comparativa es recurrente, pero no por ello menos válida. «Hay gente que ha tenido que dejárselo, pero que está ahí», comenta. Noguera recuerda que su hermano le recomendó entrenar con chicos: «Me dijo: 'Vas a aprender una barbaridad'. Entrené un año con el sub-14, y así fue».

Eran tiempos en que no había categorías inferiores femeninas. Desde los 12 años, Irene Noguera ha jugado en el equipo senior. El proyecto creció en paralelo a ella misma: «Hace cuatro o cinco años nos planteamos llegar hasta la máxima categoría. Sin prisas, paso a paso».

La joven valenciana compaginó el deporte con su formación universitaria. «Pau, un preparador físico que tuvimos, me dijo un día había tiempo para todo, que los exámenes sé cuándo los tengo y que es cuestión de organizarse», recuerda Irene Noguera. Lo ha conseguido, tanto que también está en la escuela, para que las niñas que empiezan lo tengan todavía más fácil para seguir practicando rugby.

Ella y todas las pioneras son el modelo. «En División de Honor se nota que todas van al gimnasio, son más fuertes, pero es cuestión de adaptarse», desliza Irene Noguera. El Pantera seguro que daría el visto bueno para graduarlas con matrícula de honor.