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Ricardo Ten, a la derecha. Proyecto FER
Poder valenciano en Tokio

Poder valenciano en Tokio

Los deportistas del Proyecto FER se adaptan a la Villa a un día del inicio de los Juegos Paralímpicos | Ricardo Ten ya sueña con el momento de lucir como abanderado del equipo español

julián lafuente

Domingo, 22 de agosto 2021, 23:29

La expedición valenciana vela armas en Tokio desde hace dos días a la espera de que arranquen, posiblemente, los Juegos Paralímpicos más esperados de la historia. Lo hacen después de un viaje de 14 horas que les llevó desde Madrid a la capital nipona. No a todos. Ricardo Ten, que este año será uno de los abanderados de la delegación española, lleva ya varios días en Japón, a los pies del Monte Fuji y a 82 kilómetros de la capital, donde se celebran las pruebas de ciclismo en ruta y pista. El valenciano es una de las grandes esperanzas de medalla del Proyecto FER, iniciativa impulsada por la Fundación Trinidad Alfonso que preside Juan Roig, en los que son sus sextos Juegos Paralímpicos. Sería un hito, además, que lo consiga sobre dos ruedas, después de haberse proclamado tres veces campeón olímpico como nadador.

Los otros 15 deportistas sí están en la Villa Paralímpica, tremendamente preparada, como no podía ser de otra forma conociendo a los japoneses, aunque con algún inconveniente según relata algún deportista. «Es increíblemente grande. Hemos visto algunas cosas, pero nos queda muchísima Villa por descubrir. Hay multitud de restaurantes, tiendas… Es una maravilla. A mí me fascina el trabajo que han hecho para que la igualdad de trato entre los olímpicos y paralímpicos (detalles en las tiendas, los regalos que nos han hecho) sea real. Es muy de agradecer», comenta Héctor Cabrera. El mayor 'pero', quizás, se encuentra en el propio hotel: «Hay cosas que parecen sin acabar. El suelo, por ejemplo, parece hormigón aplanado, sin más», indica Cabrera.

En el mismo sentido habla Kim López: «Está muy bien, pero se nota que hay cosas que no llegaron a tiempo porque está sin acabar». El lanzador valenciano destaca la inmensidad de las instalaciones: «Es muy, muy grande. El comedor, la zona de ocio… todo es enorme. También me ha gustado la variedad de comida que hay. De todos los países, sushi, por supuesto, hay todos los días. Incluso carne cortada al método musulmán 'halal'. Hay para todos los gustos».

José Antonio Marí y David Levecq. Proyecto FER

El nadador José Antonio Marí destacó las ya famosas camas de cartón de los Juegos: «La Villa está bien, quizás la esperaba algo más moderna y más amplios los apartamentos, pero está bien. Por sorpresa la cama de cartón es muy cómoda y se duerme bastante bien. En cuanto a la comida, en los juegos siempre hay de todo para comer, pero como estamos en Japón hay bastantes cosas de shusi, gyozas, takoyakis. Soy bastante fan de la comida japonesa, así que estoy disfrutando también de todas estas cosas». Además, destacó la rápida adaptación: «El primer día, por suerte pudimos ir a tocar agua y entrenar esa misma tarde. La verdad que el cansancio se me pasó nada más ver la piscina de competición. El centro acuático es una pasada, el complejo está muy bien».

David Levecq. Proyecto FER

David Levecq estaba igual de animado: «El viaje fue bastante pesado, estuvimos cerca de seis horas de trámites, papeles, PCR, etc. hasta que llegamos a la Villa, pero una vez aquí y con la ilusión de competir ya te entra el subidón». En cuanto a las instalaciones, «la villa está muy bien, tengo vistas a la bahía y se agradece, porque hay compañeros que tienen habitaciones que dan al interior y no lucen tanto. Ahora ya toca disfrutar del ambiente de unos Juegos. Yo me he traído un patinete para desplazarme y me la he recorrido de arriba abajo, es enorme».

Héctor Catalá. Proyecto FER

 

Sensaciones parecidas tenía uno de los debutantes del Proyecto FER en unos Juegos Paralímpicos, el triatleta Héctor Catalá: «Es una sensación nueva para mí. Acostumbrado a viajar para competir y tener que encargarme de todo, viajar así, despreocuparme, que esté organizado, fue genial y muy profesional todo. Lo que sí se hizo muy duro fue el trámite de entrada a Japón, fueron seis horas que se nos hicieron interminables a todos. Ahora ya estamos en la Villa, entrenando, y adaptándonos al jet lag, aunque he hecho una preparación previa para adaptarme lo antes posible y creo que va a salir todo bien. Lo más impactante es el calor, empezar a correr y que parezca que te han tirado un cubo de aguda por encima».

El que se encuentra ya plenamente adaptado es Ricardo Ten, que viajó antes que el resto a Japón de sus compañeros del Proyecto FER: «Me he adaptado muy rápido, la verdad, mucho antes que en otras ocasiones. Quitando el primer día que estás muy cansado, y el segundo que aún vas un poco desorientado, estoy sorprendido de lo rápido que esta vez se ha adaptado el cuerpo». El valenciano está deseando debutar en unos juegos como ciclista: «Son cinco años entrenando para esta cita y con todo lo que ha pasado entre medias, la verdad, estoy deseando competir», asegura el abanderado de la delegación española: «Eso es un regalo que me han dado, un premio que no se me va a olvidar en la vida».

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