Los primeros pasos hacia Paris 2024

La trigésimo tercera olimpiada de la Era Moderna ya ha empezado. No el domingo. Para muchos, ya se inició días antes de que arrancasen los Juegos de Tokio que han cerrado el anterior ciclo. Es el caso de dos atletas de la Comunitat, Claudia Conte y Quique Llopis, quienes se han prometido a sí mismos darlo todo por estar en la cita de París de 2024.

Ambos cosecharon éxitos en el Europeo sub-23 de atletismo celebrado en Torun poco antes de los Juegos. Conte fue plata en heptatlón, poniendo la guinda a una gran temporada, y Llopis logró un más que meritorio bronce que curó el escozor de no haber podido pelear por la cita olímpica a causa de una lesión. «Siempre me había quedado cerca de las medallas en los campeonatos internacionales, la primera es especial. Las sensaciones en ese campeonato no eran buenas porque en las últimas semanas ni siquiera había podido entrenar vallas. Pero en la final estuve inspirado, pude meter la cabeza y estoy muy contento», señalaba el joven deportista de Bellreguard.

«Quedarme fuera de Tokio me dio rabia porque en las dos últimas competiciones no pude ni siquiera pelearlo por una lesión. Si no hubiera hecho la mínima, algo que tampoco veía imposible, creo que habría entrado por ranking», asegura Quique Llopis. Eso nunca lo sabrá, pero sí ha compartido la bestial temporada de Asier Martínez, de su misma hornada y que ha disputado días atrás una final olímpica: «Y también están Kevin Sánchez y Luis Salort... las vallas nunca habían estado a un nivel como el de ahora en España. Debemos seguir trabajando y dando pasitos».

En esa final de Torun, Asier Martínez y Quique Llopis se fundieron en un emotivo abrazo. Compartir podio con un rival y a la vez amigo, concluir la temporada con una medalla... todo tras sufrir una lesión, incentiva. Ahora el valenciano ya descansa, pero con el foco puesto en un reto que ha acariciado en Tokio y con ambición: «Los Juegos de París son un objetivo, pero espero ir con uno todavía más grande. Nos quedan tres años para seguir trabajando y mejorando».

Como Claudia Conte, quien empieza a creerse eso de que puede ir a unos Juegos Olímpicos: «Siempre me he visto fuera, como que me faltaba ese puntillo que sí tienen otras personas. Pero sí es cierto que este año sin quererlo y sin buscarlo no me he quedado lejos». La castellonense no lo dice con pesar, sino con su eterna sonrisa y con la convicción de que, manteniendo su máxima de disfrutar compitiendo, tiene mimbres para intentarlo de cara a 2024: «Me ha hecho soñar de que igual París no está tan lejos como yo pensaba».

Igual para entonces se ve en el tartán con su amiga María Vicente, que se ha estrenado como olímpica en Tokio. «No siento rabia, igual si ahora hubiera ido a por ese objetivo me habría entrado ansiedad. Esta temporada me da confianza para seguir disfrutando y afrontarlo mejor la próxima vez que venga», afirma Claudia Conte, ya de vacaciones y que en septiembre retomará los entrenamientos de cara a una exigente temporada.

Como la de todos los atletas, con un calendario cargado de campeonatos reubicados pro la pandemia. En un santiamén habrá pasado un año de un ciclo más corto y cuya meta, para muchos, ha de estar en París. Como para Eusebio Cáceres, que ha acariciado la medalla o Jorge Ureña. O Laura Méndez, que hizo mínima en su debut en maratón y en Tokio saboreó las hieles de la distancia. O Lola Riera y su selección de hockey, que esperan dar último pasito hacia las medallas. O Paula Arcos, que quiere consolidarse como Guerrera...  

la llama olímpica nunca se apaga.

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