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Michelle Alonso y Ricardo Ten, abanderados en los Juegos Paralímpicos de Tokio EFE

Ricardo Ten guía a España en Tokio

El valenciano porta la bandera junto a Michelle Alonso en la inauguración de los Juegos Paralímpicos | La edición tendrá el récord de participación con 4.510 deportistas, casi 200 más que en Río de Janeiro 2016, llegados de 163 países

JULIÁN LAFUENTE

Tokio

Martes, 24 de agosto 2021, 19:10

Los 16º Juegos Paralímpicos despliegan sus alas. Los más extraños de la historia, desde que en 1960 celebraran su primera edición en Roma. Acechados por una pandemia mundial, tras sufrir un retraso de un año, con buena parte del pueblo japonés en contra de su celebración y con la incertidumbre, hasta hace bien poco, de si realmente iban o no a poder celebrarse. Ha echado a volar, por fin, el evento que reúne a los deportistas paralímpicos más ilustres, los mejores ejemplos de esfuerzo y superación: los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

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A las 20 horas de Tokio, bajo su humedad característica, arrancó la ceremonia de inauguración de esta edición. Con un estadio vacío, a excepción de la tribuna de prensa, y convertido en un 'Paraeropuerto' y con el objetivo de lanzar un mensaje de concordia, igualdad e integración. Antes de encender la llama paralímpica hubo casi tres horas de espectáculo de luces y sonido; de personajes de cuento teatral, pero, sobre todo, de deportistas y emociones a flor de piel. 'We have wings' (Tenemos alas) era el lema elegido por el Comité Paralímpico Internacional para esta edición. Libertad, igualdad, superación de barreras como reflejo de lo que son capaces de hacer estos 4.510 deportistas, capaces de sobreponerse a las adversidades y sobrevolarlas, como la pequeña protagonista de la representación teatral de la ceremonia de inauguración, para demostrar que el deporte es capaz de todo.

Una edición que llega con retraso, pero también con récord. 4.510 deportistas procedentes de 163 países. Casi 200 participantes más que en Río de Janeiro. De ellos 2.618 son hombres (58%) y 1.892 mujeres (42%), con lo que se bate también el número de mujeres en los Juegos Paralímpicos con mayor paridad de género de la historia. Ha tardado un año en arrancar, pero a nivel deportivo prometen mucho.

Al frente de la delegación española, que desfiló en la posición número 72, uno de los grandes deportistas paralímpicos nacionales de la historia: el valenciano Ricardo Ten. Siete veces medallista olímpico en cinco Juegos diferentes y a punto de debitar como ciclista en sus sextos. Junto al valenciano, la nadadora canaria Michelle Alonso, doble campeona olímpica en Londres y Río. Tras ellos, los deportistas de la delegación española, prácticamente todos los desplazados a la capital nipona. El reto en la comitiva nacional es claro: superar las 31 medallas conseguidas en Rio de Janeiro. Y entre ellos, los componentes valencianos de esta edición. Dieciséis deportistas, todos ellos integrantes del Proyecto FER, impulsado por la Fundación Trinidad Alfonso que preside Juan Roig, que buscan loa gloria en el país del sol naciente.

Las opciones de los valencianos pasan, sobre todo, por Ricardo Ten y Kim López. La delegación española cuenta con ellos para sumar al menos una presea cada uno y aguarda con esperanza que el ciclista y abanderado pueda rascar alguna más en alguna de las pruebas en las que competirá. Junto a ellos, Héctor Catalá, en triatlón, y Héctor Cabrera, en lanzamiento de jabalina, son dos de los favoritos al pódium. A partir de ahí, a soñar en que la natación, el atletismo o el Fútbol 5 para ciegos vuelvan de Tokio con una medalla.

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La organización ha querido sacar pecho y destacar, con razón, que estos deben ser más que nunca los Juegos Paralímpicos de las mujeres. Los Juegos de Tokio 2020 continuarán con el impulso al deporte femenino porque batirán el récord histórico de paralímpicas (1.892). El número de mujeres experimenta de esta forma un continuo aumento. Atrás quedan los registros de Río 2016 (1.671) y Londres 2012 (1.501), que eran hasta ahora las ediciones con más mujeres deportistas. Ello se acompaña con la sugerencia del Comité Paralímpico Internacional de que, al igual que ocurrió con los Juegos Olímpicos, una mujer y un hombre porten la bandera de sus países en la ceremonia de inauguración.

Hubo momento también para acordarse de los acontecimientos que se están produciendo en Afganistán. En solidaridad con el pueblo afgano, y aunque ninguno de sus atletas estará en Tokio, la bandera del país desfiló junto al resto. «Es importante resaltar que es un mensaje de solidaridad y paz que enviamos al mundo», indicó el presidente del Comité Paralímpico Internacional Andrew Parsons.

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Todo esto convierte a los Juegos Paralímpicos de Tokio, según el propio Andrew Parsons, en los «más importantes de la historia» por las especiales circunstancias que han rodeado su celebración, por las dificultades para cristalizar. Además, sus deportistas representan a cerca de 1.200 millones de personas con discapacidad en el mundo. Se calcula que son el 15% de la población mundial, como viene recordando desde el pasado 19 de agosto, cuando decenas de edificios singulares de todo el mundo (entre ellos el Palau de les Arts de la Ciutat de Les Arts i les Ciències) se iluminaron de púrpura para sumarse al movimiento 'Wethe15', impulsado por el Comité Paralímpico Internacional, y visibilizar la diversidad y la igualdad.

Por delante quedan casi dos semanas para disfrutar del deporte y de la superación. Y con el deseo de trasladar un mensaje al mundo resumido anoche por Andrew Parsons: «Crear un mundo nuevo, tras la pandemia, con mayores oportunidades para todos». La llama paralímpica ya está encendida. Los Juegos Paralímpicos alzan el vuelo.

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