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De izquierda a derecha: José Antonio Marí, Enrique Alhambra, Juan Miguel Gómez, Ricardo Ten y Héctor Catalá. Iván Calatayud

Ricardo Ten: «Los Ángeles 2028 sería una bonita manera de cerrar el círculo»

La Fundación Trinidad Alfonso homenajea a los medallistas paralímpicos de Paris

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 13:49

Una medalla es un éxito. Conseguir 40 es una hazaña para la que no existe un término. El logro de España en los Juegos Paralímpicos, ... impulsado en gran medida por los deportistas valencianos, ha de ser reconocido. Por ello, la Fundación Trinidad Alfonso llevó a cabo ayer un homenaje a sus medallistas. Ricardo Ten, Enrique Alhambra, José Antonio Marí y Héctor Catalá acudieron al acto en representación del resto de atletas del Proyecto FER que estuvieron en Paris.

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Durante el evento, en el que se les entregó detalles de agradecimiento y se les reconoció la labor realizada, los deportistas hablaron sobre su experiencia en París y sus expectativas de cara al futuro.

El joven Enrique Alhambra, que llega de París con dos bronces conseguidos en su primera participación en unos Juegos. Explicó cómo afrontó la carrera individual, en la que rivalizaba con Virchenko y al que finalmente venció para subir al podio: «En ese momento no tenía ni idea de como iba el ucraniano, porque la vista me da para lo que me da. Me fijé en Portal que era el que tenía al lado. Él corre más que mi Virchenko, por lo que sabía que si cogía al francés, le ganaba». Es una rivalidad ya consolidada y el inicio de algo mayor: «Este mundo tampoco es tan grande y los que estamos en estos niveles somos siempre los mismos. Llevamos compitiendo mucho tiempo y, ahora que ya los he alcanzado, siento que hay batalla para años», explicó.

José Antonio Marí, bronce en relevos 4x100, contó lo beneficioso que había sido para España el poder competir en mixtos: «Ahora somos una potencia en los relevos. Desde entonces hemos quedado campeones del mundo, medallas en europeos, medalla en Paralímpicos... Siempre nos faltaba alguien de alto nivel en el masculino y en el femenino». Pero este bronce cuenta por dos. José Antonio se lo llevó haciendo equipo con Sarai Gascón, su mujer: «Las cosas, cuando las haces en equipo, sientan mejor. Lo celebras con más gente. Poder compartirlo en ese momento también con mi mujer, es un éxito que se queda en casa para los dos. Si nos va mal, nos va mal a los dos; y si nos va bien, también, así que mucho mejor.»

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El tercero en intervenir fue Héctor Catalá. Él no pudo llevarse ninguna medalla de Tokio pese a ser de los favoritos. Su tándem en la prueba de triatlón adaptado se rompió, y también lo hizo su alma. Ahora, afronta el proceso de recuperación mental: «Fue un problema mecánico, una avería que sí que habíamos previsto. Le he dado muchas vueltas a la situación y, cuando uno hace todo lo que tenía que hacer, creo que no se puede achacar nada. La semana antes de viajar cambiamos todo del tándem en Granada. Lloré mucho, no soy de lágrima fácil». A partir de ahí, se refugió en su familia y en el deporte: «No se me pasó nada por la cabeza en ese momento. Tuve la suerte de que estaba mi familia cerca y me apoyó mucho. Para curarse se necesita tiempo y entrenar. La plata de Tokio se atenuó muy rápido y esto se va a atenuar también. El sábado tenemos campeonato de España en casa, en Valencia. Por suerte, la vida no empieza ni termina en los Juegos y el tiempo lo cura todo. Y, sobre todo, entrenar. Como hice ayer, bajarme a las seis de la mañana a la cinta y pegarme fuego o incluso en la villa después de despedirme de la familia, me puse las zapatillas y me fui a la cinta a envenenarme solo. Es mi mejor medicina».

La invitación y el vínculo con la Fundación Trinidad Alfonso han supuesto un apoyo adicional: «Quiero dar las gracias, porque todos sabemos lo resultadistas que son las instituciones. Creo que tiene significado la invitación por el valor por la cultura del esfuerzo y el ser una familia. Significa mucho. Cuando me invitó Carles no me apetecía nada, pero el alma está algo más curada. Estar aquí con la leyenda valenciana -Ricardo Ten-... Me siento parte de toda esta familia formada por el Proyecto FER y estoy hoy significa muchísimo.»

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El final se reservó para Ricardo Ten, que es parte del Proyecto FER desde su inicio de 2013 y vuelve de París con tres medallas más que se suman a las obtenidas desde Atlanta 96. Ahora, aunque no responde a la incógnita sobre su futuro, deja caer que cerrará el ciclo en el 2028: «Soy un deportista ya con cierta edad. Es cierto que en el deporte paralímpico no es tan handicap como en el deporte tradicional, y menos aún en categorías como la mía. La gente sabe que estoy estirando el chicle hasta que se rompa, pero sé que, no a muy tardar, tendré que decir adiós al deporte. Aunque, teniendo estos éxitos tan recientes, creo que no estoy preparado todavía para marcharme». Le motiva también la narrativa de esos próximos Juegos: «Cuando tuve el accidente, tenía todo el día para mí y vi la inauguración de Los Ángeles 84. Me impactó muchísimo y me hizo vibrar con el sentimiento Olímpico. Ahí empezó a fraguar la cosa un poco. Sería una bonita manera de cerrar la participación en unos Juegos después de muchísimos años, en la ciudad que me inspiró». Más tarde, habló de una forma más clara sobre el futuro y la incertidumbre que él mismo no es capaz de responder: «Es imposible decir que voy a seguir, pero no lo descarto. Incluso en otro deporte (ríe). Me llena y me ha dado tanto que, ahora mismo, creo que dejarlo me provocaría alguna enfermedad. Estaría vacío por dentro. Tengo claro que algún día deberé renunciar, pero mientras mi cuerpo me lo permita, voy a seguir disfrutando», afirmó.

Por otra parte, quiso mostrar su apoyo a Héctor Catalá, ilustrándole con su experiencia en Tokio, donde llegó en su mejor estado de forma pero quedó muy lejos del objetivo: «Cuando eres deportista te preparas al máximo para que, cuando llegue el momento, esté todo amarrado. Nos volvemos excepcionalmente meticulosos para que todo salga a la perfección, pero es imposible controlarlo. Entiendo perfectamente su sentimiento. Es dificilísimo tener la recompensa de los metales, cualquiera sueña con transformar su esfuerzo en una medalla y muchas veces se pierden, no porque haya gente mejor, sino porque no se han dado las circunstancias. Yo estoy orgullosísimo de poder brindaros este botín, porque es una manera de devolveros el acompañamiento que me habéis dado y todo lo que la Fundación ha hecho por nosotros», concluyó.

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