

Secciones
Servicios
Destacamos
CAYETANO ROS
Valencia
Viernes, 4 de octubre 2019, 00:21
-¿Qué convierte a una niña normal en una deportista de élite?
-El atletismo es un deporte muy duro, totalmente físico, y para poder llegar a ser un deportista de élite has de tener un 85% de condición física. Después añades la motivación, las ganas, la constancia, y todos los valores del deporte. Pero si no partes de una buena condición física, es imposible.
-¿Ha conocido algún atleta que, sin una gran condición física, haya llegado lejos por la constancia?
-Ninguno. También entra la técnica, pero ya después de ser el que más rápido corre, el que más salta, el que más aguanta y el que más lanza.
-¿Y la mente?
-Es importante. Te ayuda cuando estás bien. Pero no basta.
-¿Qué relación ha tenido con su cuerpo?
-Yo fui consciente completamente de mi cuerpo cuando me quedé embarazada (hace 10 años). Cuando volví después de dar a luz, era como si mi cuerpo no fuera mío: quería hacer unas cosas que estaba acostumbrada a hacerlas, que no me costaban nada, pero mi cuerpo no respondía. Era como si mi cuerpo estuviera fuera de mí. Hasta que, en dos meses, ya me dio un empujón.
-¿Ganó mucho peso en el embarazo?
-Sí.
-¿Cuánto?, ¿se acuerda?
-Sí, claro que me acuerdo (se ríe).
-¿Se sintió abandonada al quedarse embarazada?
-Si tú, cuando te quedas embarazada en un trabajo normal, ya le cuesta a la empresa darte la baja, imagínate si eres atleta, que pierdes el año de embarazo y el año para poder volver. Se va el patrocinador, el club no puede aguantar y en mi época tampoco se mantenían las ayudas que ahora sí se mantienen del ADO (becas de la Asociación de Deportes Olímpicos) y del COE (Comité Olímpico Español). Antes, con 30 años ya eras vieja para ser deportista y ahora, afortunadamente, la carrera se alarga. Yo tenía 29 años y no quería esperarme a retirarme para ser madre: llegué de Pekín 2008 muy desanimada por haberme roto un dedo del pie y pensé que era el momento. Cinco meses después, ya estaba compitiendo y siendo campeona de España. Fui al Europeo un año después y forcé mucho el cuerpo para llegar ahí. Después de dar a luz me ofrecieron trabajar de administrativa, y eso me dio una estabilidad mental para aguantar en el atletismo hasta los 39 años: trabajaba, cuidaba a la niña (Alba) y entrenaba. No es fácil cuando tienes 30 años en un país como España, donde no se cuida al deportista.
-Fraser-Pryce reivindicó su condición de madre tras ganar en 100m en el Mundial de Doha. ¿Se identifica?
-No solamente con las madres deportistas, sino con todas las madres trabajadoras.
-¿Ya no ha vuelto a saltar?
-No, ni uno. Llegué a 2018, fue meterme en el pasillo y pensé: 'No me apetece saltar'.
-Es una disciplina muy agresiva (esprintar, saltar y caer) para el cuerpo.
-Y para la mente: había días que yo no estaba para saltar porque el salto requiere de una concentración y de un sistema nervioso.
-¿Llegó a odiarlo?
-No, pero a veces que me ponía en el pasillo era como si mi mente se apagara, como si entrara en off. Tuve un problema de salud con una alergia y me repercutía en todo.
-¿Habrá hecho más de 1.000 saltos?
-Sí, son 20 años de alto nivel, desde el primer Mundial absoluto, más lo que he hecho desde pequeña.
-¿Logró lo que quería?
-No, siempre he querido saltar 7 metros. No pudo ser, pero me quedé cerca, 6,92.
-¿Si se tuviera que quedar con un salto?
-No te puedes quedar con uno porque cada cual tiene sus circunstancias: la primera vez que pasé de seis metros, el récord de España junior, el primer 6,89 o el 6,86 que me dio el pase para Río.
-¿Le dejó secuelas el atletismo?
-Por suerte, no, ya no me levanto coja. Pero he estado más de 10 años levantándome coja y bajando los escalones uno a uno, protegiendo siempre el tendón del pie de batida: bajaba el pie derecho y protegía el izquierdo. Poniéndome hielo por la mañana, al mediodía y por la noche, hielo después de entrenar, cremas, buscando alternativas para no ponerme las zapatillas de clavos porque eran muy agresivas para aguantar los entrenamientos... He dejado de entrenar y por lo menos no estoy coja. El otro día se lo decía a mi hermana y a mi marido (el también exatleta Venancio José Murcia, récord de España de 100 metros): 'He bajado los escalones y los bajaba de uno en uno'.
-Si la niña Concha Montaner mirara por un agujero a la mujer Concha Montaner, ¿se sorprendería?
-Supongo que sí. Mis padres me dijeron: 'Elige un deporte y hazlo'. Era bastante nerviosa y había que quemar esa energía. Probé la gimnasia rítmica y no se me daba bien. Hice atletismo porque se me daba bien y porque tenía las amigas. Las marcas fueron muy buenas desde el principio, pero, como decía un entrenador mío, campeones de España los hay todos los años. Después di un paso más: subcampeona de Europa, campeona del mundo Junior, fui a unos JJ OO... Yo ni lo soñaba.
-¿Y ser concejal?
-Tampoco, yo cuando me retiré ni lo pensaba hasta que me lo planteó Salva Torrent (alcalde de L'Eliana). Llevo desde junio y me encuentro cómoda. Lo peor es que quieres ir rápida y la administración va lenta. La burocracia. Y la gente no entiende que no hagas las cosas ya.
-¿Cuáles son los retos en Salud, Igualdad y Deportes?
-Salud es intentar que la gente sea más consciente a través de la alimentación y el deporte: que el centro de salud y el polideportivo estén unidos. El área de Igualdad está chula porque hay mucha gente que quiere la igualdad. Y en Deportes es donde más me van a exigir y más me voy a exigir yo. Es un pueblo muy volcado y hay que dar un paso más mejorando las condiciones del polideportivo. Que todo el mundo tenga donde ir a hacer deporte.
-¿Qué trastadas hizo de niña?
-Simplemente me movía mucho y pasaban cosas. Saltaba de la mesa al sofá y del sofá a la mesa. Lo hizo mi primo y se quedó inconsciente. Y con las bicis, igual: rampa que veías con piedras, allí ibas para tirarte. Y cuando más empinada, mejor.
-¿Qué virtud le ha acompañado en su carrera?
-Es una virtud y un defecto: tengo un objetivo y tengo que hacerlo, soy muy constante y muy cabezona. O al menos intentarlo hasta que no puedas más. Estoy considerada la mejor saltadora de longitud española de todos los tiempos y la mejor atleta valenciana, pero ese objetivo nunca me lo planteé. Mis objetivos eran tangibles: seis metros, campeona de España, ir a unos JJ OO...y cuando te retiras miras atrás, dices: 'Sí he hecho cosas'. Mientras estás en activo no lo ves.
-¿Disfrutaba del día a día?
-Solo al final, en 2017, que iba a competir y valoraba más lo que saltaba. De joven, saltaba 6.70m y me iba enfadada.
-¿Y lo de ser campeona de España de 100 metros?
-Eso fue un capricho que me di. Siempre fui rápida, tuve el récord de España en relevos 4x100 en el València Terra i Mar, pero nunca preparaba el 100 porque nunca iba a estar en la élite mundial como con en la longitud. En Pamplona, me permití el lujo tras los JJ OO de Londres 2012.
-¿Sus padres creyeron que viviría del atletismo?
-Lo cabezona que soy me ha dado disgustos con mis padres porque no podía descuidar mi nivel académico. Entrenaba por la mañana y por la tarde, con 16 años, y les costó entenderlo un poco después de haber estado castigada en verano, aunque nunca me prohibieron que entrenara. No sacaba las notas que debía, pero acabé BUP y COU.
-¿Se quedó con ganas de estudiar?
-Me he matriculado en Derecho, on-line, porque no puedo ir a clase. En la UCAM (Universidad Católica de Murcia) porque da facilidades a los deportistas.
-¿Qué ha supuesto Rafa Blanquer en su vida?
-Llegué a entrenar con Rafa con 15 años, él ha sido la persona que me ha explotado, es decir, la atleta que ha sacado de abajo y ha llegado a nivel mundial, ha sido a mí. Y, bueno, como todas las relaciones, pasan los años, yo crezco y hubo cosas que no me gustaron de él y, a él habría cosas que no le gustaron de mí. Y decido dejar esa relación después de que no me seleccionaran para los JJ OO de Atenas 2004. Ahora tengo una relación cordial. Me he retirado y prefiero quedarme con lo bueno.
-Ha participado en cuatro JJ OO, el primero en Sidney 2000.
-Tenía 18 años, fui a competir con muchas aspiraciones de pasar a la final, pero hice tres nulos y fue un disgusto grande. Al mes, seguí entrenando, no podía ir al Instituto y me fui a Santiago de Chile, donde gané el Mundial Junior. Los JJ OO de Pekín 2008 eran mis Juegos, iba con una forma física excepcional, con la mala suerte de que, en el último entrenamiento de técnica, me lesioné el pie de batida. Me quedé a un puesto de pasar a la final, aunque, tiempo después, la rusa Tatiana Lebedeva, la que quedó por delante, dio positivo. Una pena, con el pie roto, habría pasado a la final y habría disfrutado de una final olímpica.
-Otra rusa dopada le quitó en un principio una medalla del Mundial.
-En 2011 veo en twitter que Tatiana Kotova había dado positivo en 2005 y eso son dos años de sanción. Ella había ganado el Mundial de Rusia 2006 y yo, de cuarta, pasé a ser tercera. 'Soy bronce, soy bronce'. Sentí alegría, rabia no porque yo competí bien. La única rabia fue no haber subido al podio. Eso sí, yo había llorado mucho porque me puse segunda, de segunda a tercera, la portuguesa me iguala la marca... y ella fue tercera por ser en el segundo salto. La rusa hizo siete metros en el primer salto.
-Por lo visto después, habrá competido contra muchas atletas tramposas.
-Te crea esa duda, sí. Como cuando quedé cuarta en Europeo de Múnich 2002 y Tatiana Kotova fue primera, en las Diamonds...
-Aun disputó dos Juegos más.
-En Londres 2012 no me aclaraba con mi técnica y pasaba un momento físico duro, no fui bien. Y después Río 2016: me costó mucho la clasificación, pero iba coja. Eran cuatro años más de golpes, de impactos, de ser más mayor. Llevas todo al límite. Hay que tener más cultura deportiva y no solo cada cuatro años. Todos los deportistas que no somos futbolistas, jugadores de baloncesto o de tenis, sufrimos mucho para estar ahí. 'Yo he tenido que batir tres veces el récord de España para venir a los JJ OO', dijo Sabina Asenjo, campeona de España de disco. Falta cultura deportiva.
-¿Qué ha pagado de IRPF?
-Mucho dinero para lo que gano. No me parece correcto porque no es compensatorio.
-¿Cuál es su plan b?
-No puedo tener otro plan b: estoy trabajando, de regidora y estudiando una carrera.
-¿Es remunerado el trabajo en el Ayuntamiento?
-Ahora mismo, no,
-¿Lo hace por amor al arte?
-Ahora mismo, sí.
-¿Ha ganado mucho dinero como deportista de élite?
-No, no para haber sido de las mejores del mundo. Si estuviera en otro país o en otro deporte, no tendría que trabajar más.
-¿Qué países?
-Norte de Europa, Francia... están muy reconocidas.
-¿Qué le hace reír?
-No soy muy risueña. Tengo un humor raro. Me hacen gracias los memes, pero no me gustan las películas de risa ni los monologuistas.
-¿Es una vergüenza que el Mundial de Atletismo de Doha (Qatar) se esté celebrando en un estadio casi vacío?
-Me parece una vergüenza someter a los deportistas a esas condiciones sobre todo para la maratón, la marcha y el 10.000 metros. Mucha humedad, mucho calor, no va gente al estadio, ¿por qué se celebra allí? Y es año de pista cubierta y de JJ OO.
-Y aún así hay historias preciosas como la de la pertiguista sueca Angelica Bengtsson.
-Sí, se le rompe la pértiga, le deja una la francesa, lo salta y pasa. Una prueba de pértiga puede durar cuatro horas y tienen un compañerismo muy fuerte.
-¿Qué opina de Sebastian Coe como presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF)?
-Ha heredado una federación complicada por la corrupción de su antecesor, Lamine Diack. Coe ha sido un atleta y se le pide que lleve al atletismo donde le corresponde.
-¿Nos recomienda algún libro?
-Me gusta mucho leer: 'El valle de Batzán', de Dolores Redondo, y 'Patria', de Fernando Aramburu. Y tengo pendiente uno de derecho deportivo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.