La valenciana Sheila Martínez, campeona de Europa

«Sheila, prepárate porque ahora vienen cosas muy grandes». Sheila Martínez escuchó esta proclama mientras trataba de dominar la euforia y ya se la ha tatuado en la mente. «No sé lo que vendrá ahora, pero a seguir entrenando duro, como hasta ahora, por mi sueño», asegura. Y el de esta joven de 24 años, que residió toda su vida hasta hace 4 en Massanassa, es la de alzar el cinturón como la reina del mundo profesional del boxeo en el peso pluma.

Por eso su fantástica victoria de la madrugada de este sábado en Roma, que la acredita como campeona de Europa, no es sino un paso previo hacia su gran meta. Ha derrotado a la italiana Anna Lisa Brozzi, defensora del título y que además peleaba en casa. «Ella era la favorita», destaca Sheila Martínez. La transalpina ha salido al ring agresiva, tratando de intimidar, presionando, obligando a la valenciana a defenderse.

Pero Sheila Martínez ha ido cambiando el signo de la pelea, pasando a ser la dominadora para que los jueces le acabasen adjudicando la victoria a los puntos después de diez asaltos. «Ha habido un momento que creía que la tiraba», reconoce la española: «Yo he hecho caso a mi entrenador (Jesús Labrador). Me dice que maneje el directo de izquierda, los ganchos... que intente marear a mi rival». Y lo ha conseguido. «Al final del combate, ella me ha dicho que soy una máquina, que no paro».

Entonces ya estaba envuelta, otra vez, de la bandera del Levante: «La llevaba todo el rato... en el pesaje, después de la pelea... ¡yo es que soy granota a muerte! Y el club se porta muy bien conmigo». Le abrieron las puertas del Ciutat para hacer una grabación y ya están en contacto con ella para que realice un saque de honor antes de un partido del primer equipo: quizás este mismo domingo contra el Lugo o en la siguiente jornada en casa. Pero es que Sheila Martínez ha sido levantinista de siempre.

Empezó jugando al fútbol y, de hecho, estuvo en la escuela granota. También se ha movido por un barrio de alta tradición del Levante, pues trabajó en una panadería del Cabanyal durante muchos años. Hubo un tiempo en el que vivía en la calle y dormía en un banco al lado de este establecimiento. Después llegaron unos problemas aún más graves («problemas familiares», se limita a decir) y descubrió el boxeo cuando estaba en busca de un antídoto para quemar todo el veneno interior que amenazaba con consumirla. El cuadrilátero la conquistó y, cuando empezó a avanzar en ese mundillo y a ver que tenía muchísimo margen de mejora, se vio en una encrucijada. «Al final no podía con el fútbol, el boxeo... y con el trabajo. Tuve que decidir, fue muy complicado. Aún me duele al pensarlo», sostiene Sheila Martínez.

Hace cuatro años tuvo que dar un vuelco a su vida. Dejó Massanassa y el trabajo en el Cabanyal. Empezó a entrenarse con Jesús Labrador en La Nucia con la idea de progresar en el boxeo profesional. Que debería llamarse 'de élite' porque aún hoy, ya toda una campeona de Europa, no puede centrarse sólo en progresar en su deporte. «Quien tiene una meta tiene que esforzarse. Yo entreno todos los días. De lunes a viernes, dos veces. Los sábados, una o dos dependiendo de si tengo guanteo. Y los domingos intentamos que sea una. Además tengo que trabajar», detalla Sheila Martínez. Ahora reside en Alfàs del Pi y entre sesión y sesión, está como empleada de mantenimiento en un camping de Altea.

Por las mañanas va al gimnasio y hace el físico. Después, hace sus horas en el camping y por la tarde, el entrenamiento de guanteo. «Normalmente el boxeo es por la tarde. Y ya te digo, que los sábados hago una o dos sesiones dependiendo de si tengo o no sparring», precisa. Que puede ser chico o chica. Este sábado Sheila Martínez, a sus 24 años, vuela de Roma con más peso el de la maleta. El del cinturón que la acredita como campeona de Europa de peso pluma. «No sé qué haré ahora. Igual sale una pelea para defenderlo, o por el campeonato del mundo», señala la doble campeona de España. Ese es su sueño.

Aunque ahora, aunque no lo dice abiertamente, sólo quiere disfrutar de ese deporte que la enamoró. Y por eso quizás lo defienda con tanta pasión. «Es el deporte más maravilloso del mundo. A la gente que dice que es agresivo yo les contesto que todo lo contrario. Muchos piensan que si nos enfrentamos a alguien por la calle vamos a pegarnos, y es todo lo contrario. Tratamos de dialogar porque sabemos golpear y queremos evitarlo», asegura la valenciana.

Sheila Martínez repite la frase que escuchó hace unas horas: «Prepárate porque vienen cosas muy grandes». Asegura que algún día le encantaría poder pelear en unos Juegos Olímpicos, aunque ahora mismo su mundo está en el ámbito profesional. Desde que destronó a Anna Lisa Brozzi, los promotores se han puesto en marcha. La valenciana granota, que dejó el fútbol y el Cabanyal por el boxeo, parece que va a dar mucho que hablar.

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