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Toda una vida en Les Abelles

Toda una vida en Les Abelles

Antonio Márquez preside el club valenciano tras quince temporadas como jugador | Aúna experiencia sobre el césped y vastas nociones empresariales para prolongar el crecimiento de la entidad, que suma trescientos deportistas

jorge peiró

Lunes, 28 de octubre 2019, 00:04

La metamorfosis es una de las fases del ciclo vital de una abeja. Se trata de un proceso en el que el insecto se desarrolla desde su nacimiento hasta la madurez y sufre grandes cambios estructurales. Es algo similar a lo que le ha ocurrido al club valenciano de rugby Les Abelles en las últimas décadas, que actualmente se encuentra sobrevolando los primeros puestos de la División de Honor B y lucha por participar en la máxima categoría. Parte de su éxito puede atribuirse a su actual presidente y exjugador: Antonio Márquez. Veinticinco años en la entidad respaldan a alguien que se ha convertido en historia viva de Les Abelles. «Entré con 15 años sin ningún conocimiento del deporte. Un amigo me invitó a entrenar un día, me enganché y me quedé hasta hoy», relata Márquez.

Los campos del polideportivo Quatre Carreres, lugar donde suele ejercitarse el equipo, suelen estar plagados de jóvenes correteando con un balón debajo del brazo. Ahora hay muchos más de ellos, andan mejor equipados y galopan por un verde de mejor calidad que el de la época de su actual presidente. Les Abelles ha evolucionado. Tanto el número de jugadores como el de equipos se ha ido multiplicando en el club valenciano exponencialmente con el paso del tiempo: «En mi época solo teníamos dos equipos en escuela, y ahora tenemos trescientos jugadores además de un combinado o dos por categoría». Tras su debut, Márquez fue ascendiendo de categorías, pasando por la sub-16 y la sub-18, antes de alcanzar el equipo senior. Allí viajó por todo el país de campeonato en campeonato e hizo piña con unos compañeros con los que todavía mantiene una estrecha relación: «Somos como familia. Viajamos juntos y compartimos aficiones», apunta. La disputa de una campaña en División de Honor puso el broche a su brillante trayectoria de quince temporadas en la primera plantilla: «Aquello fue una experiencia y un aventura», admite el directivo de la entidad.

Apodado ‘Oso’ por sus amigos desde joven –de pequeño le salieron pelos en las piernas antes que a sus compañeros–, Antonio vivió en el año 2009 sus últimos minutos en el primer equipo aunque mantuvo durante tres años ficha con el segundo. Su paso a la directiva supuso un punto de inflexión en su vinculación a Les Abelles. Llegó la hora de descalzarse las botas y cambiar el césped por el palco: «Tocaba refrescar la directiva pero a modo de continuismo, que se sumara gente nueva con la misma filosofía pero con nuevos enfoques». Márquez tendrá que acostumbrarse a vivir ahora el rugby desde la grada, lugar del que no es demasiado amigo pues prefiere disfrutarlo desde el terreno de juego, ayudando a sus compañeros: «Me perdí una fase de ascenso porque me rompí el peroné e iba con muletas. Recuerdo vivirla desde la grada con una angustia terrible, padecí de verdad viendo el partido. Recuerdo una presión y una angustia enormes». Una vez en la presidencia, Márquez, que también gestiona una consultora, ha transportado sus conocimientos empresariales al rugby como si de polen portado por una abeja se tratara. «Esta vinculación con el mundo de la empresa tratamos de aplicarla aquí. Los conocimientos que traíamos en la mochila los hemos intentado aplicar para hacer crecer el club y el deporte». No satisfecho con esta propuesta, su intención también es la de extraer puntos fuertes del rugby y exportarlos a otras esferas de la sociedad: «Pensamos que este deporte que tiene mucho que aportar al mundo empresarial».

El club se ha convertido en el primero en Valencia en cobrar a sus aficionados por ver jugar a su equipo: «Hace falta afición, si no consigues llenar las gradas, el deporte se va a caer por su propio peso. Que la gente venga y conozca el rugby que les gustará». Además de crear y mantener una masa social sólida, el sueño del máximo mandatario de Les Abelles es el de volver a competir en División de Honor: «Sería un gran escaparate para nosotros, el poder subir un escalón más. Somos ambiciosos y queremos demostrar a los chicos que empiezan que se puede llegar». La ambición de Les Abelles parece no tener techo.

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