

Secciones
Servicios
Destacamos
DaVID SÁNCHEZ DE CASTRO
Miércoles, 13 de enero 2016, 17:09
Toda la alegría del martes explotó este miércoles como una burbuja en el desierto de Fiambalá. La atípica décima jornada de competición en el Dakar acabó con Carlos Sainz hundido, destrozado anímicamente y sin ninguna opción de poder llevarse la victoria, por un problema en la caja de cambios de su Peugeot 2008. El madrileño había salido con el primer puesto amarrado, con más de siete minutos de ventaja sobre Peterhansel y todo se esfumó en pocas horas. Ya lo avisaba el propio Sainz el día antes, cuando pisaba por primera vez el primer puesto de la general en toda esta edición: ojo a la jornada del miércoles. No le faltaba razón: no iba a tener las huellas de las motos, ya que en la etapa salieron los diez primeros a la vez, en un extraño experimento que no gustó a nadie.
Fue el agorero preludio a un día para olvidar del español. Nada más afrontar la salida ya empezó mal: se perdió buscando el WP1, el primer punto de control. Mientras lo estaba buscando, pinchó. Mientras tanto, por detrás, Stepháne Peterhansel se aprovechaba y le superaba con comodidad. El piloto madrileño no se lo podía creer. De ser líder y serio favorito pasaba a verse adelantado por Nasser Al-Attiyah, el vigente campeón que también acababa perdiendo muchísimo tiempo por un vuelco que dejó su Mini destrozado.
A pocos kilómetros del final, la hecatombe: una rueda se le rompía y le dejaba, definitivamente, tirado. Él y su copiloto Lucas Cruz se bajaban del coche para esperar a las asistencias, mientras, a través de Twitter, su mánager Juanjo Lacalle y su hijo Carlos Sainz informaban a los fans ávidos de información. El Matador abandonaba el Dakar por una avería «en la carcasa de la caja de cambios», en palabras textuales del que fuera copiloto de Sainz en sus inicios. En caliente, todo apuntaba a un abandono. Conforme pasaron los minutos, Peugeot Sport informaba de que el dúo español estaba esperando las asistencias. Fuera una baja definitiva o una baja competitiva (parafraseando a Aitor Karanka en su época como segundo entrenador del Real Madrid), a Carlos Sainz se le ha ido su segundo Dakar entre los dedos.
El bicampeón del mundo de rallies sale de este Dakar con dos victorias de etapa, siempre peleando con los de arriba, y justo cuando más ganas tenía de dar un golpe encima de la mesa, la mecánica le volvía a dar la espalda, para propiciar el considerado cuarto abandono de Sainz, tras el de 2009 con Volkswagen en una zona muy cercana a la de este año, y los de 2013 y 2014. El ganador del día fue un Stepháne Peterhansel que ahora prácticamente se queda solo para la victoria. El once veces campeón del Dakar tiene a tiro llevarse su duodécimo Touareg, sexto en la categoría de coches, ya que su primer perseguidor es Al-Attiyah, al que le saca exactamente una hora.
Y eso que Peterhansel tuvo un susto, que él mismo relataba en la meta de La Rioja: «Hemos empezado francamente mal la especial. ¡Nos hemos perdido en torno al kilómetro 32 y hemos dado vueltas durante al menos 15 minutos! Después he decidido ir a por todas porque pensaba que lo había perdido todo. He asumido riesgos y conducido a tope. () Todas las complicaciones con las que uno se puede topar en un rally, vaya. () He pinchado y me he puesto a gritar como un poseso. La verdad que hoy he perdido un poco los papeles. Pero cuando le he dado gas, lo he hecho a conciencia», contaba el líder de la general, que visto lo que le ha ocurrido a Sainz aún debe tener cuidado para lo que queda de Dakar.
El podio del día lo completaron Cyril Despres, un mochilero de lujo para Peterhansel, y Nani Roma, que tiene con el francés una pelea espectacular en menos de 20 segundos por el quinto puesto.
Price contemporiza
En la categoría de motos, la competición ha entrado en una cómoda y apacible velocidad de crucero. Toby Price, sabiéndose líder de sobra, no apretó, sino que dejó a sus rivales que llevaran las riendas. El eslovaco Svitko se llevó la victoria, primera para él en este raid, con casi tres minutos de ventaja sobre Benavides y casi seis sobre el australiano. Price no arriesgó lo más mínimo, y se limitó a cubrir los casi 250 kilómetros (estaba prevista sobre 278, pero se recortó de nuevo por la crecida de los ríos) a un ritmo suficiente como para mantener la ventaja. Ahora son poco más de 24 minutos los que tiene de colchón.
El mejor español del día fue Farrés, que entró a 26 minutos de Svitko, en una jornada relativamente plácida para ellos. Viladoms finalizó decimoctavo, a 47 minutos, mientras que Monleón lo hizo a 55 minutos. Más de una hora se dejaron Iván Cervantes, Antonio Gimeno o Laia Sanz. La española mantiene una lucha in extremis por entrar en el top 15, ya que están en apenas cuatro minutos el portugués Patrao (15º), la piloto española (16) y el holandés Verhoeven (17º).
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.