El adiós de Lorenzo marca el inicio del Gran Premio

Que los tres Mundiales lleguen definidos al Ricardo Tormo no es sinónimo de que el GP de la Comunitat se convierta en un evento anodino. Más bien al contrario. Cuesta creer que Cheste y Jerez entren en la alternancia que planea para las carreras en la península más allá de 2021 porque son las dos citas europeas más relevantes para el paddock. El desembarco en el Viejo Continente en el trazado y la guinda final, con un clima amable que atrae a patrocinadores, son dos GP imprescindibles. Valencia, aunque no traiga emoción deportiva, además de oportunidades de negocio suele reservar hitos en la historia del motociclismo. Algunos llegan por sorpresa –aunque en este caso se trataba de una opción que planeaba en el ambiente– como ha sido la retirada de Jorge Lorenzo.

Así lo anunció ayer un emocionado piloto mallorquín. «Viendo mi carrera, he de considerarme un tipo afortunado», destacó el pentacampeón del mundo, tres de ellas en MotoGP. El piloto balear disputará su última carrera como profesional el domingo en el Gran Premio de la Comunitat. «El día de mi retirada como piloto profesional ha llegado», zanjó.

Lorenzo se marcha a los 32 años, tras 17 en el Mundial. Este campeonato ha sido el del triunfo de Márquez y el del bajísimo rendimiento del balear, en un año en el que ha pasado de salvar un gris inicio gracias al crédito acumulado en su trayectoria, sobre todo en el último curso con Ducati, en el que remontó una situación bastante adversa, a pasar a ser uno de los focos de atención de cada carrera de MotoGP por sus decepcionantes actuaciones.

En 2015 lo había ganado todo. Cinco Mundiales, tres de ellos en MotoGP y dando la sensación de tener una montura hecha a su medida. Pero decidió salir del círculo de confort. «Ser perfeccionista requiera mucha motivación y tras nueve años en Yamaha, que fueron los mejores de mi carrera, sentí que necesitaba un cambio», destacó. Y ahí empezó el declive porque no ha logrado los resultados esperados, ni con Ducati ni en Honda.

«Tardaron en llegar, pero al final conseguí una maravillosa victoria en Mugello delante de toda la afición», subrayó sobre quizás su mejor instante desde que se marchó de Yamaha. Porque en Repsol Honda, lo que parecía en un 'dream team' junto a Marc Márquez se convirtió en un infierno para Lorenzo.

«Nunca me he sentido natural encima de la moto, pero tampoco perdí la paciencia», aseguró. La caída en Montmeló pero, sobre todo, la de Assen hizo que el piloto se replanteara la vida. Sufrió una lesión cervical pero pudo hacerse mucho daño y por primera vez se vio fuera de la parrilla. «Cuando estaba en la gravilla pensé en si valía la pena seguir», desveló. «Fui a la gira asiática en busca de una motivación, pero en Malasia comuniqué a Alberto Puig una decisión que creo que es la mejor para mí y para el equipo», destacó Jorge Lorenzo.

«Quiero dar las gracias a toda la gente que ha confiado en mi trabajo. A Carmelo (Ezpeleta) y a Dorna por el trato recibido. A Derbi, Aprilia, Yamaha, Ducati y Honda, las marcas con las que he corrido. A mi madre por traerme al mundo y a mi padre por enseñarme a trabajar duro para ganar», señaló el balear en una multitudinaria comparecencia en la que estuvo una amplia representación de la parrilla de MotoGP.

¿El futuro? Incierto, al menos por ahora. Repsol Honda no había anunciado al cierre de esta edición al tercer compañero de equipo de Marc Márquez en otros tantos años. ¿Zarco? ¿Nakagami? ¿Crutchlow? ¿Su hermano Álex formando un 'Márquez Team'?

Respecto al propio Lorenzo, le queda por correr un fin de semana y buscar, ya libre de presión, su mejor resultado con Honda a partir de hoy. «Después me voy a tomar unas buenas vacaciones. Hay muchas cosas que me apasionan más allá de las motos, después pensaré en cuál es el siguiente capítulo de mi vida, pero todavía no he planificado nada», comentó. Sobre las dos ruedas, desde aquella primera victoria en Brasil y su primer título en Valencia, lo ha conseguido todo. En este circuito con nombre de leyenda, donde fue rey del mundo hace sólo cuatro años.