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La presentación del cartel del GP de la Comunitat es el acto que marca el inicio de la gran fiesta del motociclismo valenciano. Y poco más. Lo que debería ser un arma publicitaria se ha convertido en un simple símbolo. Cheste ya no necesita ningún cartel. "MotoGP es un producto fantástico", repite cada año orgulloso el director del Circuit, Gonzalo Gobert. Desde 2013 prácticamente se ha completado el aforo en cada edición y para esta ya se han agotado las localidades, excepto las que se han de reservar por ley, para la cita del 12 de noviembre.
El motociclismo valenciano llega a su gran cita con los deberes hechos. La organización sólo ha de preocuparse de abrillantar su producto. Se han mantenido mejoras como la zona de animación en el apeadero y las diez pantallas gigantes. Además, se ha creado una aplicación oficial donde se indican los puntos de interés del circuito y que permitirá escuchar la retransmisión de las carreras que se ofrece por la megafonía. El resto lo pondrán los pilotos sobre la pista. "Joan Mir está haciendo un año de campeón. Morbidelli y Luthi se están peleando por Moto2, y Márquez quiere sentenciar MotoGP en la gira asiática. Preferimos que haya lucha deportiva, pero tampoco pasa nada si llega todo decidido. En ese caso, organizaremos una gran fiesta", señaló Gobert.
Lo dijo en un acto de presentación del cartel al que acudió el director general de Deportes, Josep Miquel Moya. Ambos estuvieron flanqueados por los cuatro pilotos de la Comunitat que disputan este Mundial: Héctor Barberá, Jorge Navarro, Iker Lecuona y Arón Canet. Ellos también correrán en casa sin presión y con ilusión.
Barberá admite que sentirá un sabor agridulce. "Puede que este sea mi año más complicado desde que corro en MotoGP", admitió el valenciano, confirmado ya por Pons Racing para Moto2 en 2018: "Si doy un paso atrás es para tratar de ser campeón del mundo. Es lo que me falta en el palmarés y puede que sea el impulso que necesite".
El piloto de Dos Aguas no ocultó su decepción por un 2017 en que había depositado muchas ilusiones al contar con la Ducati oficial del pasado Mundial. "Se puede exprimir más, pero no nos entendemos, es como un matrimonio roto", lamentó. Tampoco está satisfecho Iker Lecuona, quien recordó que las lesiones le han llegado cuando estaba progresando: "Estas últimas carreras pueden ser positivas para seguir aprendiendo".
En los mismos términos, pero con un discurso más optimista, se expresó Jorge Navarro, con quien comparte parrilla en Moto2. "Ya sabía que el primer año en esta categoría sería complicado. He dado el salto, llevo a la moto y no ella a mí. Afronto la gira asiática con ganas y a ver si podemos dar lo máximo en Valencia y tocar el podio", señaló.
Arón Canet reiteró que el objetivo para 2017 -estar en el grupo de delante- lo ha cumplido y deslizó: "Me hacía ilusión el primer podio, la primera victoria... y lo siguiente es ganar en Valencia. Sería un sueño", indicó el de Corbera, que tiene claro su reto para 2018: "Intentaremos ser campeones del mundo".
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