La encrucijada legal de la Subida al Garbí

La Subida al Garbí se encuentra en una complicada encrucijada legal que ha arruinado los dos últimos intentos de volver a realizar la prueba -2016 y 2017, en una edición que estaba programada para este fin de semana- y que dejan en el aire la posibilidad de que pueda organizarse en el futuro. Fuentes de la Generalitat consultadas por este periódico indican que, por ahora, no es posible autorizar competiciones de deportes de motor en medio natural protegido. El Gobierno autonómico está en proceso de redacción de un decreto que regulará estos eventos, que tampoco podrían ser celebrados en el caso particular del Parque de la Calderona.

Tanto es así que la situación que ha venido dándose en los dos últimos años podría repetirse en 2018. Para que la Generalitat pudiese autorizar la Subida al Garbí, según argumentan las mismas fuentes, ha de concluirse la redacción del decreto sobre usos deportivos del medio natural y, al mismo tiempo, que este haya sido aprobado. Una vez se encuentre en vigor, debería modificarse la normativa del Parque de la Calderona (el PORN y el PRUG), reserva natural donde se encuentra el pico del Garbí.

Pese a que desde la Conselleria de Deportes se muestran partidarios a realizar la prueba siempre y cuando se respete el entorno natural, se precisa que los usos de los parajes protegidos son competencia del departamento de Medio Ambiente. La Subida al Garbí, que en 2017 iba a cumplir su edición 46, iba a ser organizada por la Escudería Bengala y la Federación Autonómica de Automovilismo. En un comunicado hecho público el miércoles, los impulsores del evento lamentaban verse obligados a suspenderlo de nuevo.

De forma paralela, informaban de que iban a explorar la vía judicial para posibilitar que la carrera se celebre en el futuro. De hecho, según precisa el escrito, para este año se había solicitado la suspensión cautelar de la orden por la cual se aprobó el PORN de la Calderona, que data de 2010, y que no contempla la organización de deportes de motor en el suelo protegido ni en la zona de afección de la reserva.

La posibilidad que se ofrece desde la Generalitat a la organización es que la carrera se celebre en un lugar distinto. Para simplificar la alternativa, mantener la marca ‘Subida al Garbí’ pese a trasladar el trazado fuera de la Calderona, al estilo rally Dakar: en su caso, cambió África por Sudamérica ante la amenaza terrorista. Los organizadores de esta prueba con gran arraigo en la Comunitat rechazan esta posibilidad de forma tajante.