Merhi prueba el muro de Mónaco

Los más agoreros hablaban de lluvia para el Gran Premio de Mónaco, aunque de momento sólo para los libres. Y se cumplieron con creces las previsiones más pesimistas. Durante la noche previa a la disputa de la jornada de ayer cayó un chaparrón sobre el Principado, y la recién asfaltada pista se convirtió en una auténtica pista de patinaje. Sin embargo y, pese a las complicadas condiciones, en los primeros libres se pudo disputar la sesión con razonable normalidad. Nada hacía pensar en lo de después.

Todo comenzó con Roberto Merhi en los segundos libres. Se había disputado apenas media hora de jornada cuando el castellonense cayó en una trampa por todos conocida del circuito de Mónaco. A la salida del túnel hay un sempiterno bache, que hace que frenar antes de que la chicane se convierta en todo un desafío. Teto Merhi, que en ese stint estaba probando una nueva especificación de los frenos, perdió el control de su Manor y acabó estrellado contra el muro. Las grúas hicieron su primera aparición para sacar el coche del español, que notablemente decepcionado se fue a ver a los médicos para despejar cualquier signo de lesión. Tras confirmar que estaba bien, se dirigió al box. Para él ya se había acabado la sesión, pero al resto tampoco les quedaría mucho trabajo por delante.

Y es que, justo cuando la consecuente bandera roja de Merhi se retiró, la lluvia decidió reaparecer. El circuito de Mónaco se convirtió en una pista de patinaje y nadie se la jugó. Esto evidentemente enfadó al público.

Al final salieron. Tanto en seco como en mojado fueron los más rápidos los Mercedes. Carlos Sainz finalizó quinto y sexto en cada sesión de libres. Alonso, por su parte, undécimo y octavo.

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El Manor de Merhi bloquea el trazado tras su salida de pista ayer en Mónaco. :: afp