Michael Schumacher, en su etapa en Mercedes.
Fórmula 1

Dos años de vigilia por Michael Schumacher

El expiloto alemán sigue postrado en su casa sin apenas cambios en su estado físico tras el accidente de esquí sufrido el 29 de diciembre de 2013

David Sánchez de Castro

Martes, 29 de diciembre 2015, 01:11

El 29 de diciembre de 2013 la Fórmula 1 en particular y el mundo del deporte en general contuvieron la respiración. Llegaban noticias muy preocupantes de la estación de esquí de Méribel, en los Alpes franceses. Michael Schumacher sufría un desafortunado accidente mientras practicaba uno de sus deportes preferidos y desde entonces se encuentra en un estado que dista mucho del que deslumbró por los circuitos de todo el mundo.

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Dos años después de aquel fatídico día y, una vez superados los primeros momentos de miedo y temor por su vida, las noticias sobre Michael Schumacher llegan con cuentagotas. El heptacampeón del mundo de Fórmula 1, el mejor piloto de todos los tiempos según los números, está luchando por su vida enclaustrado en su mansión de Suiza, con algunos momentos de consciencia pero muy lejos de la brillantez que le hizo convertirse en una leyenda de la historia del automovilismo. Tras las paredes de su gigantesca casa en Gland, al borde del lago Leman, todo son cuidados para intentar que Schumacher recupere algo de calidad de vida.

Corinna, su esposa, ha tenido que dedicarse en cuerpo y alma a su marido, para otorgarle toda la asistencia posible, aunque eso suponga un ingente gasto estimado en unos 140.000 euros semanales. El patrimonio de los Schumacher se ha visto reducido, obviamente, para asumir estos costes. Recientemente vendieron el jet privado o una casa de vacaciones en Noruega, por casi 40 millones de euros en total, pero eso es lo de menos. La familia Schumacher sabe que su patrimonio (estimado en más de 700 millones) puede asumir sin problemas los gastos que suponen los constantes cuidados del siete veces campeón del mundo de Fórmula 1.

Dentro del 'gran circo' no se le olvida. El presidente de la FIA y exjefe de Schumacher en Ferrari, Jean Todt, le visita con regularidad y mantiene contacto constante tanto con Corinna como con Sabine Kehm, representante y única portavoz autorizada por la familia. Es la veterana agente del 'Kaiser' la encargada de desmentir de tanto en cuanto los rumores que de vez en cuando salpican las páginas de los medios de comunicación. La última a la que ha tenido que salir del paso: que ya anda. Lamentablemente, no era verdad. El «Keep fighting, Michael» que hace no tanto era un grito unánime de la Fórmula 1, no obstante, se ha convertido en un lánguido recuerdo. Los coches de Mercedes, última escudería de Schumacher, lo lucieron en sus dos monoplazas durante la temporada 2015 que han dominado sin piedad. Sin embargo, poco a poco, la situación del expiloto alemán ha caído en un progresivo recuerdo, casi un zumbido, en la memoria de los fans.

Sus opciones de recuperación, pese a que está probando los tratamientos más innovadores, descienden cada día que pasa. La pérdida de peso que ha sufrido es notable (algunos especulan que ha llegado a caer hasta sólo 45 kilos), al igual que el nivel de consciencia de lo que ocurre a su alrededor, y penas se comunica con su entorno. Las lesiones neurológicas que arrastra desde esa fatídica caída son demasiado graves aunque, de momento, parece que la vida de Schumacher no peligra.

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Mick, el mejor heredero

Este 2015 que firma sus últimas horas ha sido también el de la explosión a nivel mediático e internacional de Mick Schumacher, el hijo mayor de la familia. El joven ha abandonado el apellido de su madre, Betsch, con el que empezó a competir en karting, para evitar los focos masivos de la prensa para lucir, orgulloso, el legado de su padre. El mejor homenaje posible hacia Michael, que según qué momentos tiene lucidez, es que su hijo compita, aunque de momento con un éxito relativo.

En abril de este año comenzó en la prestigiosa ADAC Formula 4 alemana, una de las canteras más importantes del mundo, compitiendo junto a nombres como el británico Harrison Newey (hijo del diseñador de los Red Bull campeones, Adrian Newey), el sueco Joel Eriksson o el alemán Marvin Dienst, que ha sido quien se ha proclamado campeón. Mick Jr. debutó con una victoria en la tercera carrera del fin de semana en Oschersleben. Más allá de eso, su primer año en monoplazas no ha sido demasiado brillante, al menos con respecto a las expectativas puestas en él. Al final del año, la citada victoria y un tercer puesto han sido sus mejores resultados, para un décimo puesto final en la clasificación general.

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