

Secciones
Servicios
Destacamos
La vida de un Fórmula 1 no se apaga cuando termina el Mundial y los ingenieros vuelcan sus esfuerzos en preparar una nueva generación para ... la siguiente temporada. Fuera de los grandes premios, de los focos que alumbran a Alonso, Hamilton y compañía, estos bólidos pueden seguir rugiendo con furia. Cuando transcurre un tiempo razonable y dejan de ser útiles para las escuderías, salen al mercado. Y a lo largo y ancho del planeta hay multimillonarios con la caña preparada y ganas de vértigo. Estos empresarios, ilusionados con heredar los monoplazas que protagonizan el Gran Circo, realizan inversiones con las que acceden a un selecto grupo. Incluso celebran campeonatos privados en determinados circuitos. Y dentro de esta exclusividad, juega un papel relevante una fábrica ubicada en Alaquàs. Se trata de Goysar. Una nave de la que salen llantas únicas tanto de competición como de calle. Esta firma proporciona los recambios necesarios para que los F-1 no dejen de sonar.
Las piezas fabricadas en Goysar están sujetas a exigentes cláusulas de confidencialidad. Más allá de la discreción, los dueños de esta empresa se sienten orgullosos. Esta firma nació en 2008 de la mano de Paciano Gómez y Juan Miguel Sargues, quienes acumulaban una jugosa experiencia. Su nacimiento coincidió con el aterrizaje de la Fórmula 1 en el circuito urbano de Valencia y llegó a acuerdos para crear las llantas de cuatro escuderías.
Previamente, estos dos socios valencianos habían trabajado durante seis años en una compañía que fabricaba modelos para Fórmula 1 y para preparadores de gama alta. Entonces, una crisis se convirtió en una oportunidad.
«Por una mala gestión, aquella empresa se fue al traste y nosotros dos decidimos iniciar esta aventura. Aprovechamos el vacío de esta empresa y, a través de un comercial en Italia, pudimos fabricar llantas para varias escuderías punteras. Hasta hace poco estuvimos trabajando para una de mitad de parrilla», destaca Juan Miguel Sargues, quien explica su actual plan de negocio: «Ahora, aparte de la gama alta, como preparadores alemanes e ingleses, nos dedicamos a trabajar para multimillonarios que adquieren los F-1 cuando los retiran las escuderías. Preparan los coches, alquilan circuitos, circulan por ahí y hacen vueltas rápidas. Disfrutan de su dinero de esta manera«.
Paciano Gómez se ha jubilado, aunque sus hijos, Borja y Alejandro, se han convertido en los nuevos socios de Juan Miguel. En la nave de Alaquàs, las máquinas funcionan las 24 horas del día. Hay que cumplir con los encargos con la mayor premura y calidad posibles: «Ya se nos conoce. Llevamos muchos años en el mercado y no hay muchas empresas que se dediquen a esto». Las conversaciones se producen con intermediarios: «Los coches se guardan en circuitos. Entonces la gestión privada de ese circuito es la que se encarga del mantenimiento, no el propietario del vehículo. Hay unos ingenieros y unos mecánicos que se encargan de contactar, pedir piezas... El millonario quiere llegar y tener su coche listo. Aquí en España hay alguno. En Francia y en Italia también. Son los que conocemos nosotros y con lo que trabajamos«.
Ciertos multimillonarios se citan en circuitos para competir y buscar la vuelta más rápida. «Los monoplazas van al límite en todos los aspectos y para particulares intentamos dar un plus de seguridad. Intentamos reforzar la llanta», señala Juan Miguel. Goysar goza de prestigio. «En cuanto a calidad, somos de los mejores de Europa. Y normalmente se sorprenden del acabado de nuestras llantas«, añade el de Catarroja.
Los bólidos de Fórmula 1, cuando son retirados de la competición, sirven para pruebas de las escuderías durante un período. Posteriormente, los equipos los sacan a la venta: «Estos coches pasan a empresas privadas o particulares que pueden permitirse el lujo de mantenerlos y disfrutan ellos o sus clientes. Hay coches que los transforman en triplazas. En Valencia tenemos uno. Y esos coches también utilizan bastantes llantas«.
Cada llanta cuesta entre 1.000 y 1.500 euros: «La materia prima ya es muy cara, es magnesio y hay pocos productores en el mundo. Y el tiempo real de producción es de 16 horas aproximadamente entre los diferentes procesos». Su peso final oscila entre los tres y los cuatro kilos. Pero el bloque original asciende a 30 o 40.
En Fórmula 1, se emplea unas 200 llantas al año por escudería: «Un particular, depende. Si no tiene golpes pueden durarle varios años». Goysar cuenta con un negocio diversificado, ya que también trabaja con preparadores de coches de alta gama, con primeras marcas para hacer prototipos y con equipos de GT y rallies. «Particulares también nos contactan porque quieren llevar una llanta especial, por ejemplo, con su nombre... Hay futbolistas«.
Goysar fabrica las llantas para las firmas que contratan sus servicios. La empresa valenciana permanece en la sombra, pero se marca un objetivo: «En un futuro la idea es lanzar una marca propia. Supone una inversión importante en marketing y ferias». Y contempla un regreso al Mundial de Fórmula 1: «Estamos abiertos a volver. Estamos preparados. En cualquier momento podemos empezar a producir». Mientras tanto, prolonga la vida de los bólidos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
San Pedro, un barrio de Mucientes que recuerda a Hobbiton
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.