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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
Madrid
Viernes, 8 de octubre 2021, 13:18
Después de la victoria en Rusia, Lewis Hamilton no piensa en otra cosa que no sea repetir en el Gran Premio de Turquía de este fin de semana. Pero si lograrlo en Sochi fue complicado, aquí lo será mucho más. Como muy arriba, saldrá undécimo, después de que en Mercedes decidiesen sacrificar un eventual primer puesto en la parrilla para darle un motor más fiable.
La escudería alemana, a diferencia de lo que hizo Red Bull hace dos semanas con Max Verstappen, decidió minimizar el castigo. Solo le colocaron el ICE (el motor de combustión interna) nuevo a Hamilton, con lo que serán diez puestos de castigo salvo que este sábado le sustituyan algo más. A menos que antes de los terceros libres encuentren algún problema, no parece que lo vayan a hacer.
Y es que el rendimiento de Hamilton en los libres de este viernes fue letal. Con Red Bull tapada, el británico impuso un ritmo altísimo desde la primera tanda, cuando ya marcó una vuelta rápida mejor que la pole de 2020, en una carrera en la que se hizo con su séptimo título mundial. Aunque el viernes no suele ser significativo, sí fue toda una declaración de intenciones: Hamilton intentará luchar por el primer puesto en la clasificación, aunque a efectos prácticos no le suponga una pole, para salir como mucho el undécimo. No es lo mismo remontar en seco (aunque hay ligera posibilidad de lluvia) en un trazado amplio como el de Turquía que en mojado con uno como el de Sochi, donde el error penaliza mucho más.
Pese al optimismo en Hamilton, que afirmó ya antes de subirse al coche que su objetivo era la victoria (con buena muleta bien se torea), este fin de semana se presenta como una oportunidad de oro para ver alternancia. Max Verstappen es el primer candidato pero no el único, ni mucho menos, que quiere sacar rédito de esa sanción, propiciada por el conservadurismo de los equipos (él mismo lo sufrió) ante una normativa técnica que choca frontalmente con el pantagruélico calendario diseñado. Todos los pilotos que no han penalizado ya lo harán en próximas carreras, obligando de facto a tirar por tierra un buen resultado en el (teóricamente) peor circuito que se les dé. Así, en Ferrari la víctima fue Charles Leclerc en Rusia y aquí le toca el turno a Carlos Sainz.
Los coches de la Scuderia mostraron su mejor cara en los libres. El monegasco fue el único en poder seguirle el ritmo a Hamilton en la segunda tanda de libres, si bien todo apunta a que no estará tan arriba en la clasificación. Sainz, mientras, dedicó la jornada a hacer ensayos de carrera puros, toda vez que será su labor fundamental en lo que queda de fin de semana. Haga lo que haga este sábado, saldrá último.
Una de las constantes de este viernes fue ver a pilotos con vueltas eliminadas en la tabla de tiempos. Los dichosos límites de pista, especialmente en la curva 9 y la 14, le causaron auténticos dolores de cabeza a muchos tanto en vuelta como en preparación de la misma.
La necesidad de conseguir pista limpia propició una imagen en los libres que desquició a más de uno. Lance Stroll ralentizó la marcha en un momento en el que llevaba cuatro coches detrás, justo en una curva ciega en la que nadie podía pasarle con seguridad. Por detrás venían un Red Bull y un Mercedes, el de Hamilton, que se tuvo que salir a la escapatoria para esquivar a un Esteban Ocon que se asomó por fuera para intentar sobrepasar al de Aston Martin. «Esto es un desastre», se quejaba el último de ese pelotón, Fernando Alonso. Instantes después, en una imagen que no se vio en la retransmisión pero sí en las cámaras interiores, el asturiano le dedicó el dedo corazón extendido (lo que se conoce como una peineta) a Valtteri Bottas cuando le adelantaba. ¿Le confundió con Stroll o realmente ese gesto iba hacia el finlandés? Sea uno u otro, lo cierto es que la tensión con la que Alonso llega a este gran premio queda bien demostrada. Ya el día anterior había dejado una rueda de prensa para el recuerdo, atizando a diestro y sobre todo a siniestro a la prensa británica.
El séptimo puesto final del asturiano sabe a poco, especialmente después de la buena carrera que protagonizó en Sochi. Todo lo que sea igualar o mejorar esa posición será bien recibido, siempre que no se encuentre ningún 'estorbo' en su camino.
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