Hamilton y Verstappen trasladan su guerra a Portimao

Después de dos carreras sin un favorito claro, la Fórmula 1 aterriza en Portugal, que por avatares de la pandemia se ha convertido en la segunda prueba en Europa este año. Lewis Hamilton no olvidará nunca su única participación aquí, ya que fue en Portimao donde se convirtió en el piloto con más victorias en la historia de la Fórmula 1, 92 por entonces. Si este fin de semana sale desde la 'pole', serán 100 veces las que parta a por la victoria desde la primera posición.

La igualdad que se han encontrado Mercedes y Red Bull para este fin de semana garantiza espectáculo, lo que es toda una gran noticia visto lo ocurrido en los años anteriores. La pelea por ganar se ha convertido en cosa de dos, ya que tanto Valtteri Bottas (del que nada se espera) como Sergio Pérez (aún ajustándose a su nuevo equipo) se han visto totalmente superados por sus compañeros, líderes indiscutibles de sus respectivas escuadras. La pelea arrancará este mismo viernes, en los libres, cuyo nuevo formato se ha descubierto como un inesperado éxito incluso para la propia organización.

Portimao será un circuito muy distinto a los de Baréin e Imola. Una auténtica montaña rusa, llena de cambios de rasante, cuestas y variaciones de altura que pueden suponer una auténtica pesadilla para muchos pilotos… o una bendición para otros. Sea con lluvia -que no se descarta- como en seco, hay muchos candidatos a asomarse al podio, empezando por un Carlos Sainz cada vez más cómodo al volante del SF21. El madrileño ya protagonizó hace unos meses una de las remontadas más espectaculares de su carrera, del decimoquinto al quinto puesto, y sabe que tiene una oportunidad de oro para marcar territorio en la primera de las dos carreras ibéricas que se van a disputar en estas semanas.

De hecho, desde Mercedes abren la puerta tanto a Ferrari como a McLaren para pelear por la victoria, vista la igualdad que han propiciado los retoques normativos. En un trazado donde, además, no tienen demasiada experiencia todos los presentes, se puede esperar cualquier cosa.

Uno de los debutantes en Portimao, al menos con un Fórmula 1 (ya rodó en unos test con el Toyota del Mundial de Resistencia) es Fernando Alonso. El asturiano no se siente a gusto con su actuación en su regreso al 'gran circo'. Autoexigente como pocos, pese a que no todo es achacable a sí mismo -el Alpine es un camión, y eso es lo peor que se puede decir de un monoplaza-, admite que no está en el punto que le gustaría de forma.

En su caso, se ve reflejado en los pilotos que han cambiado de equipo con respecto al año anterior. «Hay cosas que cada equipo hace de manera diferente en términos de manejo del volante, del pedal, la forma en que el coche responde, el paso por los pianos, rendimiento de los frenos, degradación de neumáticos… Esas son cosas que se descubren con carreras y con experiencia», analizaba. En cualquier caso, esto no es una excusa. «En mi caso es aún más grande porque no es que haya cambiado de equipo; cambié de deporte, básicamente. Llevará tiempo. No es una excusa. Solo necesito trabajar más duro y preparar las cosas mejor durante el fin de semana. Cambié de equipo y cambié de categoría muchas veces en mi carrera y nunca fue un problema. Tampoco será un problema esta vez. Pronto estaremos al cien por cien», promete.

El primer objetivo para Alonso será batir a Esteban Ocon, que se ha presentado como un duro rival. No se le puede exigir más al francés, que está cumpliendo con solvencia al superar a su ilustre compañero tanto en rendimiento como en sensaciones en este inicio de campeonato. Portugal será también un examen para el propio equipo Alpine, que necesita mejorar sus sensaciones después de dos carreras en las que ni mucho menos ha cumplido con las expectativas iniciales.