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Un aficionado, en una de las zonas más embarradas.

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Un aficionado, en una de las zonas más embarradas. damián torres

El aguacero pone en jaque el Gran Premio

El Circuit perderá la mitad de sus accesos si jarrea como ayer | El Ejército ofreció un puente portátil para habilitar una entrada cortada al anegarse un barranco aunque al final se desestimó la medida

MOISÉS RODRÍGUEZ

Sábado, 17 de noviembre 2018, 00:58

Las lluvias torrenciales avisaron ayer. Le lanzaron el jaque al Gran Premio de la Comunitat en la primera jornada con actividad en pista de una instalación donde acudieron unas 15.000 personas. La previsión es que hoy haya mucha más afluencia de público y que las gradas estén totalmente llenas para mañana, en la jornada de carreras. Este sábado el temporal parece que dará una tregua, pero se estima que los aguaceros vuelvan el domingo. Si jarrea como lo hizo horas atrás, el Ricardo Tormo se quedará con sólo dos de sus cuatro accesos.

Uno de ellos, el más cercano a las obras de un parque logístico que se está desarrollando, estará cortado al 100%. Era una entrada auxiliar, de alivio, que quedó inutilizada casi en cuanto empezó a llover. El problema se generó cuando las precipitaciones evolucionaron a torrenciales en la zona próxima a los lugares de acampada y al apeadero del tren de Cercanías.

El camino transita por un barranco durante algunos metros, que cuenta con unos aliviaderos que normalmente son suficientes para mantener el paso abierto. Pero ayer el bancal quedó anegado, por lo que este acceso quedó teóricamente cerrado. Pese a ello, numerosos aficionados que usaron el transporte ferroviario o están acampados decidieron cruzar por ahí hasta el Circuit. A esto hay que añadir que mañana se había previsto dejar también junto al apeadero a los espectadores que aparquen en polígonos industriales de Riba-roja y sean trasladados en autobuses lanzadera.

«En muchos circuitos del Mundial hubiese sido muy arriesgado rodar», afirma Márquez

Cuando sucedió esto, se celebró una junta de seguridad en la que se ofreció una solución: un puente desmontable que el Ejército podía trasladar desde Zaragoza y que estaría habilitado en una hora. Fuentes de toda solvencia especificaron que llegaría en la madrugada de hoy y permitiría a los autobuses circular.

La decisión era impedir el paso peatonal por esa zona. A los aficionados que vinieran en tren (en torno a 8.000 el día de carreras) se les instaría a bajarse en Cheste. Horas después, sin embargo, se anunció que finalmente quedaba descartada esa solución sin que al cierre de esta edición se hayan ofrecido más detalles al respecto. En la jornada de hoy hay prevista una nueva reunión de la junta de seguridad.

El Circuit mantiene el aumento de autobuses lanzadera para los pasajeros de Cercanías. Renfe, que fleta este fin de semana 160 trenes, instará a los pasajeros a no bajarse en el apeadero, sino en Cheste.

Además, ha de decidirse un nuevo punto para dejar a los aficionados que aparquen sus vehículos en polígonos industriales para que no tengan que salvar el barranco en caso de un nuevo episodio de lluvias torrenciales. Porque esta es la precisión: el caos se generaría en caso de precipitaciones como las registradas este viernes. En todo caso, se espera una mayor intensidad de tráfico, por lo que se recomienda para mañana acudir con tiempo.

De forma paralela, los pilotos rodaron durante toda la jornada con la salvedad de que hubo que parar en dos ocasiones los entrenamientos libres de MotoGP. «Nos ha salvado que Valencia tiene un gran drenaje y una gran adherencia y en muchos circuitos del Mundial hubiese peligrado la jornada, porque habría sido muy arriesgado rodar», afirmó Marc Márquez, opinión que compartieron otros pilotos como es el caso de su todavía compañero de equipo, Dani Pedrosa.

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