Un afortunado gana 128.370,85 euros con la Bonoloto de este lunes en un municipio de 1.500 habitantes
Albert Arenas, manteado por los miembros del Asar Team. efe/jose sena goulao

Arenas es la quinta esencia del Aspar Team

El catalán gana el Mundial de Moto3 tras una dura batalla con Ogura y Arbolino hasta la bandera a cuadros | El español sobrevive a una última vuelta de locura para acabar duodécimo y volver a colocar en la cima a la escudería valenciana

Lunes, 23 de noviembre 2020, 00:21

La RAE recomienda escribir 'quintaesencia', junto, para referirse a «lo más puro, fino y acendrado de una cosa» o la «última esencia o extracto de algo». Pero también acepta 'quinta esencia', separado, que define mejor aún lo que supone Albert Arenas para el Aspar Team. La trayectoria del catalán puede tomarse como ejemplo de una estructura que ha vagado por el desierto desde 2012, no dejaba de trabajar, siempre le salía cruz y ahora, en este convulso 2020, vuelve a la cima. Tras Álvaro Bautista, Gabor Talmacsi, Julián Simón y Nico Terol, que reinaron con la escudería valenciana a principio de siglo, el de Girona se encarama al olimpo del equipo, que puede haber abierto otra edad dorada.

Publicidad

Los 150 latidos por minuto de Jorge Martínez 'Aspar' cuando se apagaron los semáforos definen lo que se jugaba no sólo Albert Arenas, sino todo un proyecto. El tetracampeón del mundo cosechó entre 2006 y 2011 los éxitos de un trabajo que inició cuando estaba a punto de retirarse, abonándolo durante los primeros años de existencia del Circuit de Cheste. La Cuna de Campeones fue un vivero para la escudería y de esa simbiosis, Nico Terol se convirtió en el principal éxito.

Luego llegó la caída a los infiernos. La deportiva y la que Aspar prefiere olvidar tras los años de la Fórmula 1. El cambio de signo político en las instituciones fue otra zancadilla. Pero el alcireño no se rindió. Se cobijó en el paddock, exprimió la era CRT –subcategoría de MotoGP que sustenta el actual éxito de las motos satélite y de Suzuki– y también sacó algo de jugo de la Mahindra. Realizó una maniobra de marketing al renombrar su escudería como Ángel Nieto Team, en honor al primer campeón del mundo español.

Pero sabía que a su proyecto se le juzga en la pista. Y por eso ha ido reconstruyendo, apoyándose en su inseparable Gino Borsoi y en un equipo técnico que sabe de sobra el camino del éxito. Algunos técnicos llevan media vida en el Aspar Team, que en este 2020 ha asistido al campeón número 21 del motociclismo español: Albert Arenas.

El catalán también tocó fondo en 2019, cuando partía como favorito para el título. Sufrió un desgraciado accidente en bicicleta tras el que le extirparon el bazo y que le impidió rendir al máximo hasta la gira asiática. Tarde para luchar por la corona de Moto3. Pese a ello, el Aspar Team había decidido renovarle.

Publicidad

Aspar percibió en Arenas su mismo espíritu trabajador y la pasión por las motos. Y sabe que el de Girona es frío y calculador, como el helado que se merendó durante el GP de España de 2018 tras haberse quedado fuera de carrera en la vuelta 9. Le cazaron los comentaristas de la señal internacional de MotoGP y el español se sintió avergonzado.

Esa sensación inicial desencadenó en una charla desenfadada y en una apuesta: si hacía una buena carrera en el siguiente GP, les invitaba a un helado. Y dos semanas después, en Le Mans, Albert Arenas logró su primera victoria –también se estrenaba en el podio– en el Mundial. Cumplió su promesa que, desde entonces, se convirtió en una especie de premio tras cada buen resultado. De ahí la celebración del Mundial de Moto3, montando un puesto de helados en Portimao.

Publicidad

No fue, aunque lo pareció, una forma de regodearse por la capacidad que demostró de mantenerse frío y calculador sobre la pista. Hasta en esa última vuelta en la que, como suele ocurrir en Moto3, no sirvió nada de lo que había ocurrido durante el resto de la carrera. Bueno, sí, que se escapó Raúl Fernández de salida. Y que Arbolino se alió con los Leopard –Foggia y Masià, que se cayó cuando luchaba por el podio– para remontar.

Se marcharon Foggia, Alcoba, Masià y Sergio García Dols, lo que fue importante para el título. Eso dejó a Arbolino y Ogura casi sin margen para limar sus 11 y 8 puntos de desventaja con el español, pero percibieron que no iba cómodo. Su única opción era que en la guerra de guerrillas de un grupo numeroso Arenas se equivocase. Se desencadenó el zafarrancho, pero el catalán de nuevo actuó con decisión, sin rehuir en el cuerpo a cuerpo.

Publicidad

«Al principio estaba cómodo y disfrutando, pero luego he tenido algún problema con el neumático trasero», reconoció Arenas: «Me costaba mantenerme con máxima inclinación, pero he vuelto a recuperar el ritmo para coger a Arbolino y Binder. En la última vuelta ha habido mucho lío y hemos estado ahí».

Arenas desveló que el sábado por la noche vio la carrera de Tailandia de 2019, la victoria en la que quizás terminó de convencerse de que podía ser campeón del mundo. El último cimiento, por lo tanto, del quinto título en la historia del Aspar Team, todos en la categoría pequeña. Queda inaugurada una nueva era en la que no faltan retos: reinar en Moto2, coronar a otro valenciano... la fórmula se conoce de sobra: trabajo y, cono si fuera un guiño la marca de Moto3 para 2021 y 2022, GasGas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad