Canet se cuela en la élite de MotoE

Arón Canet ha tenido que reinventarse, al menos de forma temporal. Rookie en Moto2, en Catar tuvo un esperanzador estreno en la categoría intermedia al acabar octavo a algo más de tres segundos del podio. El confinamiento, que está llevando a cabo en su piso en Valencia, le ha obligado a cambiar su actividad cotidiana. Ahora triunfa en la categoría de monturas eléctricas, que debe completar en este 2020 su segunda temporada en el calendario del Mundial.

«Estoy el 26 de todo el mundo en Cheste, ¡que no está nada mal!», reivindica el piloto de Corbera. Habla del videojuego, que emplea en estos días para combatir el tedio y mantener a raya el gusanillo por las carreras. Porque Arón Canet, como todos los pilotos, es un animal competitivo. Admite, sin embargo, que los mandos de una consola poco tienen que ver con una moto y el circuito virtual es totalmente diferente a la sensación de volar sobre el asfalto.

«Una de las grandes diferencias es el componente de riesgo que yo estoy acostumbrado a gestionar en cada carrera y que aquí no está», indica el piloto valenciano: «Apuro demasiado en cada curva, porque en la consola no tengo el condicionante ese de que si te caes te puedes hacer daño. Como máximo, ves cómo sale volando la moto y te echas unas risas». Pero claro, Canet quiere mejorar y, como desde que empezó en esto de las carreras desde muy niño, estar delante. Por eso, trata de retar a los mejores.

«En estos días voy a enfrentarme a Adrián, que es uno de los mejores pilotos en esto de los eSports», especifica. En los últimos años, desde el auge de los llamados deportes electrónicos, este usuario ha adquirido fama mundial en ese mundillo. Dorna organiza una competición con el videojuego oficial cuyas finales se celebran durante el GP de la Comunitat. Y Adrián ha estado en la lucha por el título: «Quiero batirme cara a cara con él, quedaremos uno de estos días. Está en el top 10 mundial y puedo mejorar compitiendo con él».

Porque si algo tiene ahora Arón Canet, como el reto de pilotos, es tiempo. Y lo que es peor, en un momento en el que debería estar viajando por el mundo y corriendo en moto, pero real y sobre asfalto. «Para mí es una faena porque era el año de rookie en una nueva categoría. Estoy en un momento de la carrera deportiva en el que entras en una curva ascendente y ahora de repente, te cortan», lamenta.

Está expectante a lo que acontece con el Mundial. Esta entrevista se realiza justo después del aplazamiento de Montmeló y Mugello. «Ahora como pronto volveremos hacia finales de junio, en Alemania», apunta. Mucho tiempo sin subirse a una moto a la que aún se está adaptando. «Ahora la cogeremos y diremos: ¿Esto cómo va? Necesitaremos un test antes de afrontar la primera carrera para volver a coger sensaciones. Es lo más sensato», afirma el piloto recién aterrizado en la estructura del Aspar Team.

Además de jugar a la consola, el valenciano aprovecha los días para mantenerse bien físicamente. Hace rodillo todas las mañanas y también ejercicios de fuerza, sobre todo de tríceps y de hombro. «Es de lo que más he trabajado para ganar masa como parte de la adaptación a Moto2 y no debo perderlo. Si no, puedes hacer dos vueltas pero cuando tienes que hacer treinta vas cambiando el estilo de pilotaje por la fatiga y no eres tan eficiente», argumenta Canet.

También está diseñando un casco para lucirlo en la siguiente carrera, que vista la situación ya nadie se atreve a pronosticar cuándo se celebrará. Será con motivo del coronavirus, a modo de homenaje a los afectados y a todas las personas que están en primera línea para combatirlo. «Ahora lo que más tengo es tiempo, así que ahí estamos preparándolo», indica el valenciano, que trata de levantarse a diario más tarde para eliminar una comida y se obliga desde esta semana a estar unas horas con ropa de calle. Pequeñas estrategias contra el aburrimiento. «Eso, por que si no gano 100 kilos o me pego un tiro. ¡Y ninguna es una buena solución!», bromea.