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Hay que ponerse en la piel de Fabio Quartararo. 20 años. Uno de los pilotos con más futuro del Mundial. Durante la temporada se ha hartado de enseñar el colmillo. Lo tiene todo el francés, salvo la victoria. Fue segundo en Cataluña y primero Marc Márquez. Fue segundo en San Marino y primero Marc Márquez. La misma escena se repitió en Tailandia y Japón. Quartararo debió pensar que había llegado su momento cuando pisó tierra valenciana. Ya con el líder saciado por el campeonato del mundo, con su distancia sideral respecto al segundo del Mundial y un carro de victorias (11) en una única temporada. Pero Quartararo pinchó en hueso. El caníbal de MotoGP no deja ni las migajas. Abre gas y sólo contempla un objetivo: pasar el primero. Es una historia mil veces repetida del último lustro en la categoría reina. El '93' gana o acostumbra a ganar y los otros van peleando por objetivos menores. Es lo que hay. En el Ricardo Tormo no fue diferente.
A las 15:30, como un reloj, el mayor de los hermanos Márquez sacó a pasear su bola negra de billar con el número 8 y encendió la traca junta a la grada del Circuit. El de Cervera, huelga decirlo, tenía motivos de sobra para celebrar. El récord de victorias en una temporada (12), el tope de puntos (420) y el gran servicio a su fábrica. Márquez sirvió en bandeja la triple corona a Repsol Honda, el único 'título' que todavía estaba sin dueño antes de desembarcar en Cheste. "La triple corona es lo que buscaba el equipo todo el fin de semana, lo que me exigían y lo que aceptaba, porque yo también tenía ganas de conseguirlo. Quería darles los máximos puntos por la parte que me tocaba. Lo hemos conseguido y tenía ganas de hacerlo sobre todo por los patrocinadores, por Repsol, y por Honda, pero también para darle una despedida con estilo a Jorge (Lorenzo)", apuntó.
La marca japonesa concretó en el circuito valenciano el entorchado de equipos (Repsol Honda acaba con 458 puntos por los 445 de Ducati Team) y constructores, al imponerse con claridad a Yamaha. Todo, gracias a la tiranía de Márquez, prácticamente el único semillero de puntos para su equipo. "Ha sido un año increíble, que será casi imposible de mejorar y casi de igualar. No me gusta decir la palabra 'imposible', pero será muy difícil la constancia que hemos demostrado. Es la diferencia que ha habido. A nivel de velocidad creo que ha habido pilotos más rápidos en algún momento, como Quartararo, Rins, Maverick o Dovizioso en algunas carreras, pero la constancia que hemos tenido nosotros es lo que nos ha hecho marcar la diferencia. Será muy difícil de igualar, pero intentaremos hacerlo o acercarnos", anunció.
La batalla, desde el inicio
Fue Quartararo el único hombre de la parrilla que el sábado pudo bajar de 1:30. El de Yamaha tuvo ritmo durante todo el fin de semana y partió desde la pole. La zona alta quedó definida desde el principio, con Jack Miller como invitado a la batalla entre los dos pilotos que mejor rodaron en Cheste. Quartararo pudo mandar hasta el octavo giro, cuando Márquez le pasó sin contemplaciones para liderar la prueba. Acto seguido, uno de los lances más controvertidos de la temporada en MotoGP. Primero Petrucci, luego Zarco y Lecuona se cayeron en el mismo sitio con escasos segundos de diferencias. Los que peleaban la victoria ni se inmutaron. Con Miller se agrupaban Dovizioso y Rins pero sin la fuerza necesaria para enganchar con los dos primeros. "La estrategia era estar delante, aunque no fuese tan rápido como otras veces que he liderado. Me sorprendió a mí mismo incluso la distancia que tuve y, cuando vi que Fabio estaba a 0.6 me puse a tirar. No quería esperar por ese riesgo", analizaba Márquez.
En ese momento Quartararo sabía ya de sobra que se jugaría el triunfo en Cheste con el capo. "Para mí es el piloto más rápido a nivel de velocidad. Está claro que le ha faltado experiencia, pero en esta segunda parte de la temporada casi debe ser el segundo piloto que más puntos ha conseguido", elogió el de Cervera a Quartararo, a quien además incluye entre los favoritos a ganar el Mundial la próxima temporada. Por detrás, la quinta plaza de Álex Rins no le sirvió para arrebatar el podio de la general a Maverick Viñales, que cierra el curso por detrás de Márquez y Dovizioso.
Todos empezarán de cero desde mañana mismo, con los test en el Ricardo Tormo, incluido (en principio) el elegido por Honda para sustituir a Jorge Lorenzo. La elección es la comidilla del paddock e incluso se bromea con la hora exacta a la que se hará oficial el fichaje de Álex Márquez. Puede ser hoy o no, porque los miembros de Honda no sueltan prenda ni tampoco Marc. "Sé que hay un francés (Zarco), un inglés (Crutchlow) y un campeón del mundo de Moto2 (su hermano Álex). También Zarco es campeón de Moto2. Será interesante, pero independientemente de quién sea mi compañero de equipo, mi mentalidad va a ser la misma y mi intensidad, también", volvió a repetir el de Cervera para echar balones fuera.
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