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Morbidelli, segundo ayer y campeón del mundo de Moto2, enciende la tradicional traca al final de la carrera. EFE/Manuel Bruque
Otro duro invierno para Jorge Navarro
GP Comunitat Valenciana | Moto2

Otro duro invierno para Jorge Navarro

El piloto de La Pobla se cae cuando luchaba por los puntos en una carrera en la que Oliveira agua la despedida soñada del campeón Morbidelli | El valenciano sufre una fractura en su mano sana y se despide de los test

Lunes, 13 de noviembre 2017, 00:27

El deporte de élite no siempre es justo con los guerreros. Al contrario. En demasiadas ocasiones penaliza a quienes se esfuerzan en sobreponerse a las adversidades. La historia de Jorge Navarro desde Australia hasta ayer es digna de una tragedia griega. Nada de novelas rosas con un final feliz. El valenciano se cayó en Philip Island, en cuyo asfalto se dejó un tendón del dedo anular de la mano izquierda. Ha padecido horas de rehabilitación y curas dolorosas para estar en la carrera de casa. Y frente a su gente, cuando trataba de meterse en los puntos, lo más parecido a la victoria a lo que podía aspirar, se fue al suelo con el infortunio de sufrir una fractura en su extremidad sana.

"Me he fracturado el escafoides de la mano derecha. Ha sido precisamente al intentar proteger la izquierda", lamentó el piloto de La Pobla de Vallbona. El valenciano empieza a estar harto de las lesiones. No hay manera de que tenga un invierno normal, en el que esté sano y pueda preparar el curso siguiente sin contratiempos.

Le sucedió en su primer año completo en el Estrella Galicia. En 2016, cuando había conseguido su primera victoria y aspiraba a plantar cara a Binder, se partió la pierna entrenando con una supermotard. Apretó los dientes y volvió antes de tiempo, pero las caídas cercenaron sus opciones de campeonato al tiempo que no le permitían curar la lesión en esa extremidad y otra en el hombro. El último invierno tuvo que pasar por el quirófano, lo que le obligó a replantear su primera pretemporada en Moto2.

En su primera temporada en la categoría intermedia, el valenciano ha sido capaz de acabar el 14 en la clasificación general y de pescar 60 puntos. Sus mayores botines, los diez que consiguió tanto en Montmeló como en Aragón y en Alemania. Con la lesión de Australia, sabía que llegar al sexto puesto era una quimera en Valencia. Pero quería correr: "El equipo se ha esforzado al máximo y yo se lo debía". Llegó.

Tenía el invierno medio planificado. "Esta vez no hay que recuperarse de lesiones fuertes... bueno está lo del dedo y me tienen que quitar el clavo de la operación del año pasado", señaló el viernes. Ayer recibió un nuevo varapalo. Se cayó después de completar 16 vueltas. El revolcón fue feo, pero en un principio el Team Gresini, su equipo, compartió por las redes sociales una fotografía suya en el box diciendo que el piloto estaba bien.

Pero le dolía la mano y prefirió pasarse por la clínica del circuito. A mitad de la tarde, mientras en el resto del paddock resonaba el jolgorio de los partidarios de Márquez, a Navarro no le salían las palabras. Su equipo emitió unas escuetas declaraciones a través de un comunicado: "Tengo que someterme a un tac y valoraremos operarlo lo antes posible. De esta manera termina un fin de semana desastroso". A Navarro se le abre un periodo de recuperación de en torno a dos meses. "A sufrir voy a una carrera, a los test no", avisó ya el viernes. Renunciaba a los de Jerez, pero mantenía la duda de estar en Cheste dentro de una semana, ya con la moto de 2018. Ahora, como es de esperar, da por cerrada la temporada. El valenciano tratará de recuperarse para subirse en enero a la moto, con tres meses para preparar la carrera de Catar, en el que será su segunda campaña en la categoría intermedia.

El placer de correr con Rossi

Quien ya no estará en la parrilla es Franco Morbidelli. Al italiano le aguaron su fiesta de despedida. Salió como un tiro, dejando atrás a su compañero y poleman, Álex Márquez. Cuando parecía que el triunfo era suyo, apareció por ahí Miguel Oliveira, el portugués de finales de año excelsos: ha ganado las tres últimas carreras y si hubiese mantenido este nivel habría sido un más que firme candidato al título.

Mejor para la Cuna de Campeones y para la escuela de Rossi. Porque Morbidelli es un orgullo para ambas. Con 12 años, este romano venía a Valencia junto a su familia para formarse en el campeonato de promoción del Circuit: "Fue mi primera experiencia con motos grandes y con un equipo de mecánicos profesional. Le debo mucho a los dos Julián Miralles". Luego siguió formándose en la academia de Il Dottore, con quien ya ha corrido en el rancho: "Será un orgullo correr junto a él en MotoGP. ¿Compartir podio? Difícil, pero sería un honor".

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