Héctor Barberá triplica la tasa de alcohol al ser parado por exceso de velocidad

Héctor Barberá volvió a tropezar este jueves con la misma piedra. El piloto de Moto2 dio otra vez positivo en un control de alcoholemia tras ser parado por la policía cuando circulaba con su Audi R6 a gran velocidad por una avenida de Valencia. Los hechos ocurrieron sobre la una y cuarto de la madrugada de ayer en la avenida de Baleares, cuando una patrulla de la Policía Local persiguió el coche que conducía Barberá y logró interceptarlo poco después cuando se detuvo en un semáforo en rojo. El excesivo ruido del motor tras un acelerón y los derrapes de las ruedas traseras del Audi R6 pusieron a los policías locales en alerta.

Tras someterse a la prueba de alcoholemia, el resultado de la misma fue de 0,69 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, casi el triple de la tasa máxima de alcohol permitida al volante. Como rebasaba el límite de la falta administrativa, que está situado de 0,60 miligramos, los agentes informaron al piloto valenciano que iban a imputarle un delito contra la seguridad vial y le leyeron sus derechos. Barberá se mostró muy arrepentido y colaboró en todo momento con los policías cuando le dijeron que tenía que soplar en el etilómetro y que iban a trasladarlo en un coche patrulla a la central de la Policía Local, situada en la avenida del Cid, para realizar las correspondientes diligencias. La segunda prueba de alcoholemia que le realizaron con un etilómetro digital arrojó un resultado de 0,67 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.

Mientras los agentes trasladaban al deportista de élite a las dependencias de Unidad de Atestados, otra patrulla de la Policía Local inmovilizó el Audi R6 para que una grúa lo llevara a un depósito municipal. Cuando ocurrieron los hechos, el piloto de Moto2 iba acompañado en el coche por un amigo, pero este no pudo llevarse el vehículo porque también presentaba síntomas de embriaguez.

Fuentes cercanas a Barberá señalaron que está muy arrepentido tras protagonizar este nuevo incidente. El piloto había cenado con unos amigos para celebrar el cumpleaños de uno de ellos y tomó varias cervezas y copas de vino. Barberá será juzgado hoy viernes por un delito contra la seguridad vial, según informaron fuentes judiciales.

El piloto valenciano ya fue detenido el 11 de diciembre de 2014 tras ser sorprendido al volante de un Maserati a pesar de que tenía el carné de conducir retirado. Una patrulla de la Policía Local identificó a Barberá en un control rutinario en la calle Pintor Sorolla, en el centro de Valencia, y lo detuvo por un delito de quebrantamiento tras comprobar que tenía el carné retirado. Los agentes le practicaron también la prueba de alcoholemia, aunque el resultado de la misma fue negativo.

En 2013, el piloto fue condenado a seis meses de prisión, conmutable por trabajos en beneficio de la comunidad al contar con antecedentes, por maltratar a su pareja tras un juicio rápido celebrado en el Juzgado de Violencia de Género de Jerez de la Frontera; y el juez le impuso una orden de alejamiento de 200 metros de la víctima.

La pareja del piloto, Desirée P. M., que en aquel entonces tenía 23 años, también fue condenada a cinco meses de prisión después de que se denunciaran mutuamente por agresión, aunque en su caso la pena quedó suspendida porque no contaba con antecedentes penales.

En septiembre de 2013, Barberá fue imputado por llevarse unos aparatos electrónicos en un restaurante que poseía junto con dos socios. El piloto negó los hechos en su declaración ante el juez y aportó facturas que acreditaban la propiedad de los bienes de cuya apropiación había sido acusado por una antigua pareja, que se encargaba de regentar el local situado en la calle Alta de Valencia.

Un año antes, la Policía Local de Valencia detuvo a Barberá por dar positivo en un control de alcoholemia, saltarse varios semáforos en rojo y circular a gran velocidad por las calles de la ciudad, y horas después emitía un comunicado en el que pedía disculpas y reconocía que había protagonizado «un acto de irresponsabilidad» por su parte al conducir ebrio tras cenar con unos amigos.

Barberá se quedó entonces sin carné de conducir durante diez meses, y además pagó 1.200 euros de multa al dar positivo en el control de alcoholemia -concretamente el resultado de la prueba duplicó la tasa de alcohol permitida- que le realizó la Policía Local de Valencia. El piloto de MotoGP en aquel entonces aceptó esta condena en un juicio rápido con conformidad que se celebró en la Ciudad de la Justicia de Valencia. Todo parece indicar que el abogado de Barberá tratará de llegar a un acuerdo también hoy con la Fiscalía.

Tras la conducción temeraria que protagonizó en 2012, con la alcoholemia positiva incluida, el piloto prometió que «no volverá a ocurrir» algo similar. En el comunicado que emitió, y que fue redactado antes del juicio rápido, se puso a disposición de cualquier asociación de víctimas de conducción bajo los efectos del alcohol «para realizar una sesión junto a ellos y dar el ejemplo que debería haber ofrecido anteriormente».